ASTILLERO
Julio Hernández López
El discreto encanto neoyorquino
Reprimir a los pobres para quedar bien con los ricos
Rudolf Giuliani, un ogro policiaco salvado por el 11-S
ANDRES MANUEL LOPEZ Obrador sigue cumpliendo promesas
de campaña: "primero los pobres" fue su lema, y en efecto, serán
ellos los principales destinatarios de la represión clasista, discriminatoria
y violatoria de los derechos humanos que tratará de trasladar a
Chilangolandia el ex alcalde neoyorquino Rudolf Giuliani, quien
durante ocho años instauró en la gran manzana un régimen
de tintes fascistoides que permitió asesinatos, torturas y abusos
de toda índole de parte de la policía (predominantemente
blanca) contra las minorías étnicas (negros e hispánicos,
en primer lugar) y las franjas poblacionales desvalidas.
"PRIMERO
LOS POBRES", pero al ver que fracasó su programa de mejoramiento
de la seguridad pública, el jefe de Gobierno capitalino ha preferido
abdicar de su responsabilidad, al ceder el diseño de las estrategias
de contención de la criminalidad al sector económico privado,
que financiará la asesoría de la empresa que Giuliani formó
con parte de quienes colaboraron con él en la administración
neoyorquina. Eso sí, Marcelo Ebrard se esforzó en puntualizar
una y otra vez que los millonarios patrocinadores pondrán su dinero
nomás porque sí, a cambio de nada, casi como mero servicio
social: "... en ningún momento se ha planteado a cambio de algo.
Simplemente (los empresarios) fueron invitados a participar en la iniciativa
de seguridad. Creo que es positivo que lo hagan (...) pero no hay ningún
condicionamiento. Al contrario..." Por lo pronto, la primera condición
que hubo de respetar escrupulosamente el secretario de Seguridad Pública
fue no dar a conocer los nombres de las empresas o personajes que están
financiando la polémica asesoría ("luego", "más delante").
Otra condición fue no mencionar el costo de los servicios de quien,
según la revista Poder, ofrece dar discursos a corporaciones
a razón de "aproximadamente 100 mil dólares cada uno" y está
dedicado a escribir su autobiografía y un libro de negocios, "por
los cuales recibió un adelanto de 3 millones de dólares".
Lástima de gobierno capitalino que se asume de izquierda pero que,
en lugar de fortalecer y defender la conducción gubernamental de
los asuntos públicos, cede de manera comodina sus funciones a los
intereses privados.
GIULIANI RESULTA, SIN EMBARGO, un ingrediente muy
atractivo desde el punto de vista electoral (que es, a fin de cuentas,
el motor que está detrás de todo el jaloneo político
actual). Los primeros resultados de la mágica presencia convocada
podrán ser vistos, ¡oh, casualidad!, por allá de junio,
a unas semanas de los comicios estratégicos. En esos menesteres
de estrategias comiciales le ayudará a López Obrador la buena
fama final que Giuliani se ganó con su activismo imparable el 11
de septiembre trágico y los días posteriores (contrastante
con la postura timorata y huidiza de George W. Bush). Pero ese Giuliani
posterior a la caída de las Torres Gemelas no es el mismo que gobernó
durante ocho años Nueva York. Cuatro días después
de los vuelos suicidas organizados por Al Qaeda, Enric González
escribía para El País, desde Washington: "Giuliani
era un hombre debilitado por el cáncer de próstata, un alcalde
que en los meses finales de su mandato tendía a extremar sus defectos
hasta la caricatura: intolerante, antipático, despectivo con la
prensa y risible por el vodevil en que había convertido los continuos
conflictos entre su esposa y su amante". Otro diario español reportaba:
"Rudy, de 57 años, andaba desdibujado en el ocaso de su mandato.
Atrás quedaban sus ocho años de prosperidad y lucha contra
los maleantes. Ahora empezaba a aflorar la basura acumulada bajo la alfombra:
la brutalidad policial, la discriminación de las minorías,
la crisis a la vuelta de su esquina (...) Los enemigos acechaban en la
recta final. Giuliani tuvo que soportar todo tipo de invectivas. Le tacharon
de insensible y agresivo, vengativo y ególatra. La ciudad, decían,
estaba cada vez más envilecida y dividida por su culpa".
TOLERANCIA CERO, TEORIA de las ventanas, los tres
strikes (acumulando ese número de faltas menores, directo
a la cárcel), persecución a los homeless totonacas:
eso es lo que López Obrador cree que puede trasplantar de Nueva
York al Distrito Federal, mientras sigue pronunciando discursos en los
que dice entender que los problemas delictivos no se arreglan con soluciones
policiacas sino con proyectos políticos y con justicia social. Abundan
los casos de abusos extremos de los prepotentes cuerpos policiacos dirigidos
por Giuliani (Anthony Baez, Abner Louima, por ejemplo): negros o latinos
asesinados porque los agentes policiacos creyeron ver una arma saliendo
del bolsillo del sospechoso cuando en realidad era una cartera... Carl
Dix, quien organizó en 1998 el "Proyecto Vidas Robadas de la Coalición
22 de Octubre, para parar la brutalidad policiaca, la represión
y la criminalización de una generación", escribió
al respecto: "El programa contra el crimen de Nueva York le da carta blanca
a la policía para que se descargue contra quienes cometen delitos
menores, con el razonamiento de que quien toma una cerveza en público,
especialmente si es negro o latino, muy probablemente va a cometer un delito
grave. Además le pide a la clase media que respalde esas medidas
represivas. En la práctica ese programa le permite a la policía
desatar una desenfrenada violencia contra el pueblo". El Proyecto Vidas
Robadas dijo haber "documentado 187 asesinatos policiales en Nueva York
entre 1992 y 1995, muchos de ellos en circunstancias dudosas".
LO DICHO: PRIMERO, por delante, los pobres, rumbo
al paredón del Broadway chilango-tabasqueño (y, en todo caso,
se pregunta este tecleador de inteligencia cero: ¿para qué
ir a Nueva York por un personaje así, teniendo productos nacionales
tan exitosos como Acosta Chaparro -aunque está preso- o Nassar Haro,
o Coello Trejo, o tantas otras glorias locales igual de buenas para la
represión aunque no hayan sido nombradas Hombre del Año por
revistas estadunidenses?).
Y POR ESTA SEMANA ha sido todo. Nos encontraremos
aquí el próximo lunes, mientras Fox sigue dando albazos negociados
en lo oscurito como la cancelación claudicante y poca
jefa del tiempo oficial de 12.5 por ciento en medios electrónicos.