Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 6 de octubre de 2002
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Economía

José Antonio Rojas Nieto

šTambién en París hace aire!

Como lo reseñó este viernes La Jornada, el jueves pasado en París se manifestaron cerca de 80 mil trabajadores franceses en contra del intento gubernamental de privatizar algunas de las empresas estatales, sobresalientemente los dos grandes consorcios de la energía: Electricité de France (EDF) y Gaz de France (GDF).

Esta primera gran manifestación que enfrenta el nuevo gobierno conservador actualizó en la Francia democrática el profundo debate entre quienes consideran que existen muchos beneficios al responsabilizar a la empresa privada de servicios, como el suministro de electricidad y gas natural, y aquellos que piensan que el carácter público de dicho servicio obliga a su control y manejo estatales. Tres consignas fueron presentadas en esa marcha: 1) hacer prevalecer el carácter de servicio público del suministro eléctrico; 2) conservar los derechos laborales de los trabajadores de las empresas estatales en lo referente al retiro y la jubilación; 3) rechazar la privatización de las grandes empresas públicas de Francia.

En el marco de la difusión de este importante acto, la radio, la prensa y la televisión francesas presentaron diversas opiniones específicas sobre la mayor o menor pertinencia de que las empresas públicas -en este caso EDF -continúe siendo la responsable del suministro eléctrico, sin perjuicio de impulsar, en cierta medida como ya se ha hecho, las directivas de la Unión Europea que presionan a una mayor apertura a la concurrencia en el suministro eléctrico francés. Los medios dan razón del reavivamiento de un intenso debate, en estos días centrado, por cierto e inevitablemente, en el estado de las tarifas eléctricas, permanentemente sometidas a comparación con las de las otras naciones de Europa.

A este respecto se ofrecen dos opiniones: las tarifas eléctricas francesas se ubican en la media europea o, por el contrario, están por encima de ese promedio. ƑA quién creerle, se preguntan Le Monde y L'Express?

Hay que notar que, efectivamente, los manifestantes defendían su fuente de trabajo y su régimen de jubilación y retiro, pero también el carácter de servicio público de la electricidad; y cuestionaban la privatización impulsada por el actual gobierno francés. Y, sin embargo -como señala Le Monde- no todo terminó el jueves, pues el mismo viernes la ministra delegada de Industria de Francia, Nicole Fontaine, se reunió en Luxemburgo con el Consejo de Energía de la Unión Europea para enfrentar las presiones de apertura a la competencia que ejerce la Comunidad.

Sin duda esta historia continuará, pues a decir de esta representante del gobierno francés, la manifestación refuerza los argumentos gubernamentales -sin duda defendidos con mucha timidez por los conservadores de hoy-, en torno al carácter de servicio público del suministro de electricidad. Y es que, a decir de otros personeros gubernamentales franceses, la manifestación más que enfrentar al gobierno, expresó el ánimo popular de defender ese carácter del suministro eléctrico, precisamente el de ser un servicio público que, en esencia, debe seguir en manos del Estado y no estar sujeto a los vaivenes de la concurrencia. Este ánimo se había expresado ya en una encuesta nacional realizada entre el 24 y el 29 de junio pasados en la que, pese a descubrirse cierto desinterés y mucha desinformación en torno al debate sobre la apertura a la concurrencia en el sector eléctrico, 95 por ciento de los encuestados consideró que la empresa eléctrica estatal francesa EDF funciona bien y que debería continuar su desarrollo internacional. (Ver L'Express del sábado 5 de octubre de 2002).

No deja de ser curioso que hoy mismo en Francia -como en México- no sólo se debata sobre estos tres puntos cruciales de nuestra vida económica y social (servicios públicos, retiro y jubilaciones, privatizaciones), sino que ya se abran las manifestaciones de protesta (no había marchas masivas desde 1995), frente a una gobierno conservador que, sin duda, no ha convencido a los franceses -como tampoco lo ha hecho el gobierno de México, por cierto- de la pertinencia de su proyecto de restructuración de la vida económica y social. Bien hace el prestigiado especialista sueco de la Universidad Uppsala, Ferdinand E. Banks (A simple economic analysis of electricity deregulation failure; OPEC Review, June 2002), al escribir que el fracaso de la desregulación en, al menos, California, Estados Unidos; Alberta, Canadá, y Brasil, hace pensar que en esto de la desregulación y la privatización eléctricas, las cosas nuevamente deberán someterse a intenso debate, un debate que deberá enfrentar la mentira y la hipocresía. Por lo pronto da la impresión de que, también como en México, la mayoría de los franceses considera que al dejar el servicio público de electricidad en manos privadas, se corre el riesgo de que no sólo se impongan los criterios de ganancia, beneficio y rentabilidad máximos, sino que se ingrese a dinámicas especulativas y se medre con esta necesidad fundamental. A decir de varios analistas de aquel hermoso y querido país, la manifestación del pasado jueves evidencia la voluntad popular de oponerse a la vulgar mercantilización de un bien colectivo.šSin duda sí, sin duda, también en París hace aire!

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