Sergio Zermeño
Petróleos: el peligro latente
La huelga en Pemex se conjuró, pero no debemos darle carpetazo al asunto, pues en medio de los alardes y las bofetadas hemos aprendido mucho. Se desplegaron dos tipos de escenarios, unos espectaculares: nos dimos cuentan hasta qué grado vivimos y dependemos de un recurso natural, de algo que está dado, que no producimos, que sustraemos, que apenas procesamos. Federico Reyes Heroles nos recordó que de estallar la huelga le hubiera costado al país una caída similar a la del 82 o la del 94. Ilán Semo y Luis Javier Garrido pusieron en claro que, a diferencia de los momentos de crisis energética de los años 70 a 90, hoy estamos en vísperas de un ataque a Irak, en medio de la pretensión estadunidense, en particular de George Bush y los grandes intereses de sus halcones, por llevar adelante una cruzada para controlar las fuentes de energía planetarias. Hay quienes fueron más allá al asegurar que en la medida en que la revisión salarial se hizo coincidir con las acusaciones de corrupción sindical y el desafuero de los líderes, el escenario estaba pensado para ir a fondo, para no ceder en lo más mínimo y empujar a Pemex a la locura huelguística, debilitando desde ahora al actor que podría oponerse con mayor fuerza a la apertura de ese sector al capital privado extranjero; se mantendrían en funcionamiento los pozos más productivos con ayuda del personal de emergencia y de las secciones sindicales que se fueran deslindando de la tutela del charrismo, obteniéndose como ganancia adicional el desprestigio priísta en el marco de las elecciones de 2003.
Otros escenarios fueron menos espectaculares pero, a nuestra manera de ver, más preocupantes, y es que instalada la opinión pública en el ambiente de repudio a los liderazgos corporativos y corruptos, por demás justificado, muchos de los medios de comunicación dieron un salto temerario, estableciendo que Pemex tiene bajísima productividad, que con sus casi 140 mil empleados y 50 mil jubilados se encuentra en el último lugar por su baja eficiencia entre las ocho mayores empresas del mundo; sólo faltó agregar que en estas condiciones es difícil venderla. El diario Reforma mostraba en su primera plana que los ingresos de la empresa por cada trabajador empleado son de 284 mil dólares, mientras su similar brasileña obtiene por cada uno 638 mil dólares, la venezolana 996 mil y la British Petroleum un millón 500 mil dólares por trabajador... El sindicalismo charro, agregaba Sánchez Susarrey, se apoya en "clientelas, redes y privilegios que incluyen a todos los obreros... los mejor pagados en todo el país... una verdadera aristocracia obrera". Enrique Galván ha mostrado que esto no es cierto: 90 mil petroleros ganan entre 3 mil y 6 mil pesos mensuales; 15 mil técnicos medios 11 mil pesos al mes; 3 mil 500 trabajadores de alta categoría 12 mil pesos (mientras los empleados de aseo de la Chevron Texaco ganan 17 mil pesos). Por lo demás, los salarios del personal sindicalizado se encuentran muy por debajo de absorber 10 por ciento de los ingresos de la empresa, en tanto que las ganancias de ésta, una vez transferidas, constituyen más de la tercera parte del erario y desde ahí reciben parte sustancial de su ingreso millones de mexicanos (más de un millón de trabajadores y maestros de la educación básica, media y superior, así como un contingente similar en el resto de la burocracia pública, entre los que se encuentran los trabajadores de la salud y tantos otros gremios no inmediatamente productivos).
Uno de cada cinco mexicanos debemos beneficiarnos de manera directa o indirecta de la melaza de nuestro subsuelo. ƑA quién se le estará ocurriendo que para elevar la productividad de Pemex y de otras industrias nacionales hay que poner en la calle a la mitad de sus trabajadores, con lo que se elevaría a corto plazo nuestro índice de pobreza de 55 a 75 millones de mexicanos, concentrándose aún más la riqueza, colocándola en las finanzas globales y facilitando la corrupción a gobernantes y empresarios hasta la demencia? Tendremos entonces, en lugar de asalariados, mendigos peleándose por las becas ultrafocalizadas de Progresa, Contigo, Oportunidades, Arranque Parejo... ƑPor qué en Europa y Norteamérica los agricultores sí están subsidiados y muchos comerciantes y taxistas, a pesar de su baja productividad debido a sus altos ingresos, no les dejan sus puestos a los inmigrantes, que harían el mismo trabajo por la tercera parte del sueldo?
Hay muchas cosas que cambiar en Pemex, particularmente atacar la corrupción de la elite de los administradores y del sindicato, lograr mayor eficiencia de los trabajadores, pero nada justifica la reducción de la planta laboral, la reducción de los salarios de esos obreros o la privatización de una empresa que le da de comer a los mexicanos. Es como decir que los maestros deberían ganar menos porque Ƒno nos hemos pasado la vida diciendo que deben ganar más para que eduquen mejor a nuestros hijos? Esos son los peligros que quedaron latentes en este conflicto con engañoso happy end.