El conflicto binacional por el líquido
podría agravarse en los próximos meses
Prevé la CNA que se mantendrá el déficit
en la entrega de agua a EU
México adeuda mil 741 millones de metros cúbicos
Se esperan presiones estadunidenses
ANGELICA ENCISO L.
El conflicto entre México y Estados Unidos por
el agua del río Bravo podría intensificarse en los próximos
meses debido a que la Comisión Nacional del Agua (CNA) preveía
que al cierre del ciclo 26 del Tratado Internacional de Aguas de 1944,
que ocurrió el jueves pasado, el déficit sería de
mil 741 millones de metros cúbicos, 500 millones más que
en el periodo anterior.
Desde el año pasado el gobierno de George Bush
empezó a presionar a las autoridades mexicanas para el cumplimiento
del pago del adeudo de agua -mil 264 millones de metros cúbicos-
correspondiente al ciclo 25 de 1992 a 1997, que en su momento no se saldó
en su totalidad por la sequía que existe en el norte del país
desde principios de los noventa.
Todavía durante este año se mantuvo la exigencia
de que México enviara el agua a Estados Unidos. Para cumplir con
ese compromiso se dejó sin líquido a 14 mil 500 agricultores
del Distrito 025 del bajo río Bravo y además se redujo la
disponibilidad para otros cinco distritos de riego de Tamaulipas, Coahuila,
Chihuahua y Nuevo León.
El conteo final, en octubre
De acuerdo con la CNA, el déficit de entrega de
agua de México a Estados Unidos se mantuvo al cierre del ciclo 26
(el pasado 26 de septiembre), aunque será a finales de octubre cuando
se haga el conteo final del adeudo mexicano.
El
Tratado Internacional de Aguas de 1944 establece que cada año se
enviarán a Estados Unidos 431.7 millones de metros cúbicos
del río Bravo y al término del ciclo de cinco años
se hace la evaluación final para que en caso de "extraordinaria
sequía" se cubra el déficit en el siguiente periodo. Desde
que comenzó el ciclo 25, en 1992, México no ha enviado a
Estados Unidos el total de agua que le corresponde debido a la baja disposición
de líquido en el río Bravo.
De 1940 a 1992 los escurrimientos del río Bravo
fueron en promedio de mil 681 millones de metros cúbicos, pero a
partir de 1993 esta media bajo a 492 millones de metros cúbicos,
lo cual fue un cambio drástico, según la CNA.
Ante las presiones estadunidenses se firmó la minuta
308 en el seno de la Comisión Internacional de Límites y
Aguas (CILA) para establecer entregas de líquido al vecino del norte
por 11 millones de metros cúbicos, y si en octubre de este año
no se ha recuperado esa cantidad de los escurrimientos del río Bravo
en las presas, ese país devolverá a México el agua
necesaria para cubrir esa cifra.
De acuerdo con la minuta, será el 26 de octubre
cuando se haga la evaluación del ciclo 26 (1997-2002) y se definirá
la cantidad de agua que México adeudará.
Un análisis de la CNA indica que desde 1953, cuando
se empezó entregar agua del río Bravo a Estados Unidos, los
pagos fueron puntuales, incluso antes de que concluyeran los periodos de
cinco años. Fue en el ciclo 25 cuando quedó un rezago de
mil 264 millones de metros cúbicos, de los 2 mil 355 millones que
suma el periodo.
Las entregas que se han hecho en estos dos últimos
ciclos, que suman 2 mil 158 millones de metros cúbicos, indican
que el periodo 25 ya está pagado y que habría un déficit
de mil 741 millones de metros cúbicos del último ciclo.
Frente a la baja disponibilidad de agua en la cuenca,
la CNA prevé mejorar la eficiencia de uso del líquido mediante
una reconversión integral orientada a cambiar los sistemas y modernizar
la infraestructura de riego. Se desarrolló ya un programa para los
distritos de riego con el fin de cambiar el sistema tradicional por uno
de alta presión para alrededor de 9 mil hectáreas, lo cual
representaría un ahorro de 50 millones de metros cúbicos
de líquido.
Entre otras medidas está la construcción
de plantas de tratamiento para recolección de aguas negras y ampliación
de los servicios de agua potable y alcantarillado en las ciudades fronterizas;
se prevé contar con recursos del Naftbank.
El director de la CNA, Cristóbal Jaime Jaquez,
afirmó que hay consenso acerca de que las condiciones de desarrollo
y las necesidades de la población y los usuarios de la cuenca del
río Bravo han cambiado desde 1944, porque hay ciudades con una gran
dinámica económica en ambos lados de la frontera, pero "no
creemos estar en condiciones de negociar un tratado en mejores condiciones
del que tenemos ahora porque las demandas de los usuarios se han incrementando
en forma importante".
Consideró que de buscarse la renegociación
del acuerdo habría una disputa y una presión para ampliar
la participación de los usuarios del agua, "vemos que sería
difícil conseguir un tratado en mejores condiciones del que tenemos".
Aunque reconoció que la disponibilidad de agua
es diferente ahora a la que existía en 1944, del otro lado de la
frontera también hay sequía. "Es la presión de la
demanda por un recurso que se ha vuelto más escaso; como usuarios
mexicanos tenemos menor disponibilidad de agua, pero lo mismo ocurre del
otro lado. El esfuerzo que tenemos que hacer ya está plasmado en
la minuta 308, ambos países debemos hacer un uso más eficiente
del líquido".
Dijo que un riesgo de la renegociación del tratado
es que resulte más desventajoso para México, "podríamos
ir con la expectativa de ganar algo, pero en el camino perderlo. Entonces
es algo que se tiene que contemplar y evaluar muy seriamente".
Indicó que ese proceso sería competencia
de los legisladores, aunque el gobierno también participaría,
pero cualquier acuerdo tendría que ser aprobado por el Senado de
la República. Hay consenso de que no se haga la renegociación,
aunque hay voces que se pronuncian por ello, concluyó.