Hay pocas posibilidades de consenso acerca de los temas más importantes
Creel y dirigentes partidistas analizarán reformas estructurales
ALONSO URRUTIA
Este mediodía las dirigencias nacionales de todos los partidos políticos volverán a encontrarse con el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, con el objeto de impulsar -según se dijo en una reunión preparatoria de la semana pasada- la agenda para sacar adelante las reformas estructurales del país. En principio se buscará que algunos temas pudieran ser aprobados en este mismo periodo ordinario de sesiones.
Dejando de lado el conflicto de Pemex se definirán temas como las modificaciones necesarias en el ámbito electoral, cambios que impliquen mayor equilibrio de poderes y la reforma fiscal que involucre, entre otros temas, mayor certidumbre a la hora de aprobar el paquete presupuestal a final de este año.
Esos son los temas más destacables, pero con pocas posibilidades de consenso a corto plazo, pese a las discusiones que se han tenido en las numerosas mesas temáticas instaladas y cuya negociación corresponde a la Subsecretaría de Desarrollo Político. De los pocos temas donde parece existir coincidencia para su aprobación casi inmediata es en modificar la regulación que rige al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y dotar a este organismo de autonomía que permita darle certeza a su trabajo.
Mas allá de los escasos acuerdos logrados en meses de discusión, en la agenda que volverán a calendarizar los dirigentes partidistas se encuentra las denominadas reformas estructurales, que abarcan: el sector eléctrico, cambios a la Ley Federal del Trabajo, al sistema de salud pública y seguridad social, así como otros relativos a los medios de información y al ámbito de telecomunicaciones.
Respecto al fortalecimiento del Poder Legislativo se discutirá la posible relección de los legisladores, la ampliación de los periodos de sesiones, la regulación del referéndum y la iniciativa ciudadana. También se pretende abordar la recomposición de las cámaras y la revisión de las facultades exclusivas que tiene cada una de ellas.
En cuanto al Poder Ejecutivo, algunos de los puntos sobresalientes son la legislación en torno al plebiscito, la aprobación de la posibilidad de que el Presidente de la República sea sometido a juicio político, la sanción del Congreso a los miembros que integran el gabinete y la discusión de una segunda vuelta en la elección presidencial.
También hay reformas a consensuar vinculadas con el Poder Judicial, tales como la revisión de la Ley de Amparo, la incorporación a la Corte Penal Internacional, la posibilidad de que el Poder Judicial tenga capacidad de generar iniciativas legislativas y el perfeccionamiento de los medios de ejecución de resoluciones judiciales.
De igual forma, y aunque fuera de tiempo, se ha incluido la discusión de temas electorales, entre los cuales sobresale la regulación de precampañas, las candidaturas comunes, modificaciones de los esquemas para otorgar el registro a los partidos, regulación del financiamiento, concurrencia de las elecciones estatales y federales, así como el voto mexicano en el extranjero.
Junto a ellos, hay otros temas rezagados, entre los cuales destaca la aprobación de la reforma política del Distrito Federal, la incorporación de las garantías de los derechos humanos en la propia Constitución y la autonomía del INEGI.