Desmiente el vicepresidente Ramadan "vínculos" de su país con Al Qaeda
Han muerto un millón 700 mil iraquíes por el embargo impuesto por EU y aliados: Bagdad
Advierte Irak que cualquier agresión militar no será un "paseo" para los estadunidenses
Versión de que Saddam Hussein renunciará y sería remplazado por el vicepremier Aziz
AFP, DPA Y REUTERS
El Cairo, 28 de septiembre. El embargo impuesto a Irak desde hace 12 años por Estados Unidos y sus aliados ha incidido en la muerte de un millón 700 mil personas, denunció este sábado el ministro iraquí de Salud, Umid Medhat Mubarak, durante una reunión de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, afirmó que el uso por parte de los militares estadunidenses y británicos de municiones con uranio empobrecido en el sur de su país durante la guerra del golfo Pérsico, en 1991, sigue causando numerosos casos de cáncer y malformaciones congénitas, una zona que hasta la fecha sigue siendo atacada por ambos países mediante aviones de combate.
"El número de iraquíes de todas las edades fallecidos debido al embargo se eleva a un millón 732 mil personas", indicó el mi-nistro en la capital egipcia.
La debacle humanitaria sucede pese a la autorización de la Organización de Naciones Unidas (ONU), desde diciembre de 1996, del programa "petróleo por alimentos", pues Irak sostiene que Estados Unidos y Gran Bretaña bloquean constantemente los contratos de compra y embarque.
Por otra parte, Bagdad advirtió que "cualquier agresión" en su contra por parte del presidente George W. Bush no será "un paseo" para los estadunidenses, ya que se desencadenará una "guerra encarnizada".
Además, reafirmó, no aceptará una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, como la que quiere imponer Washington, que pretende dañar al país.
"Los lineamientos de los inspectores de armas de Naciones Unidas fueron decididos y cualquier otro procedimiento que pretenda dañar a Irak no será aceptado", puntualizó el vicepresidente de ese país del golfo Pérsico, Taha Yassin Ramadan, al conocerse que Washington quiere imponer nuevas condiciones en otra resolución que promueve en el Consejo de Seguridad, al que reiteró su oposición Rusia, además de que renueva sus amenazas de una intervención militar colectiva.
Ramadan desmintió las acusaciones estadunidenses sobre supuestos nexos entre Irak y la red Al Qaeda, de Osama Bin La-den, argumentos políticos de Bush para convencer a los estadunidenses que calificó de "mentiras" de la Casa Blanca.
Aseveró el vicepresidente que tanto los funcionarios estadunidenses como los británicos mienten, y se preguntó sobre las supuestas pruebas que dicen tener sus servicios de inteligencia, las que hasta el mo-mento no han sido exhibidas.
El gobierno de Bahrein, por su parte, dijo haber aceptado una petición de la ONU para que el país sirva como base de retaguardia para los inspectores de desarme del organismo mundial que serán enviados a Irak, luego de que Bagdad aceptó la inspección a principios de septiembre.
Mientras tanto, el viceprimer ministro Tarek Aziz reiteró hoy que "cualquier agresión contra Irak no será cosa fácil para los estadunidenses, sino una feroz guerra en la que Estados Unidos sufrirá bajas que nunca ha tenido en décadas".
En el mismo tenor se manifestó el hijo de Saddam Hussein, Udai, quien sostuvo que ante una aventura guerrerista extranjera contra su país, Irak está listo para "decapitar a estadunidenses, británicos y a todo aquel que esté con ellos", citó en forma destacada la prensa local.
En contraposición, el diario árabe Al Wa-tan comentó que en Irak hay rumores de una posible dimisión de Saddam Hussein, quien posiblemente se exiliaría con su fa-milia en Egipto, y que como sucesor quedaría el viceprimer ministro Aziz.
Como fuente mencionó a Bayan Jabor, un portavoz del Consejo Supremo de la Revolución Islámica.
Por su parte, el canciller iraquí, Naji Sa-bri, arribó este sábado a Irán para buscar la solidaridad de ese país del golfo Pérsico ante las amenazas de ataque del presidente de Estados Unidos.
Tanto Irán como Irak, además de Corea del Norte, son señalados por Washington como parte del "eje del mal".