Bush y Tony Blair no lograron convencer a Rusia
para que se sume a la embestida
Miles repudian en Londres y Roma amenazas de guerra
de EU contra Irak
Una agresión a Bagdad hundiría al mundo
en un grave conflicto, advierte un legislador británico
Estados Unidos, democrático en lo interno y fascista
externamente: investigador Johan Galtung
DPA, AFP, PL Y REUTERS
Londres, 28 de septiembre. Unos 250 mil británicos
se manifestaron hoy en las calles de Londres en repudio a las amenazas
de una guerra estadunidense-británica contra Irak al grito de "no
queremos sangre por petróleo", al tiempo que más de 100 mil
italianos protestaron en Roma contra los planes bélicos del presidente
George W. Bush.
Diplomáticos británicos y estadunidenses
no lograron convencer al gobierno ruso de sumarse a una nueva resolución
del Consejo de Seguridad impulsada por Washington y Londres, la cual pretende
im-poner un plazo de siete días para el regreso de los inspectores
de armas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sin restricciones
de ninguna clase, con acceso incluso a los palacios de gobierno de Bagdad
y bajo la amenaza de ataque militar en caso de no aceptarse.
El documento exige además a los inspectores entregar
su primer in-forme en el plazo de un mes.
"Con esta manifestación estamos enviando un mensaje
a todo el mundo de que Tony Blair no representa al pueblo británico",
declaró entre los manifestantes el diputado laborista, Jeremy Corbyn.
Su colega Tam Dalyell advirtió a Londres que una
invasión militar a Irak hundiría al mundo en el conflicto
más peligroso desde la crisis de los misiles con Cuba en 1962.
"Paren la guerra", "No queremos sangre por petróleo"
y "Libertad para Palestina" eran algunas de las consignas de los manifestantes,
que la policía contabilizó en unos 150 mil, mientras que
los organizadores estimaron que eran entre 250 mil y 400 mil.
Cruzada con olor a petróleo
La marcha partió de Trafalgar Square, avanzó
a lo largo de Westminster, pasó por la zona del barrio oficial de
Whitehall, donde se ubica Downing Street, la residencia de Blair, y culminó
en Hyde Park.
En esta marcha estuvieron presentes varios diputados y
personajes como el cineasta británico Ken Loach, quien señaló
que "no podemos participar en esta guerra, no podemos imaginar matar a
100 mil iraquíes sólo para defender los in-tereses petroleros
de Estados Unidos y su dominio en la región".
También se unieron a la manifestación -convocada
por la Coalición contra la Guerra y la Asociación de Musulmanes
de Gran Bretaña- el alcalde londinense, Ken Livingstone, y el ex
inspector de desarme de la ONU Scott Ritter, quienes dijeron que el informe
de Blair sobre la supuesta capacidad armamentista iraquí no justifica
ningún ataque contra Bagdad.
Para analistas políticos, esta ma-nifestación
da una idea a Blair de lo que le espera a partir de este domingo durante
el Congreso de su Partido Laborista en Blackpool, donde sindicatos y militantes
anunciaron que protestarán por el respaldo británico a las
amenazas es-tadunidenses de atacar a Irak.
En Roma, miles de personas respondieron a una convocatoria
de los comunistas italianos contra las amenazas de guerra de Washington
sobre territorio iraquí, cuyos organizadores estimaron atrajo a
más de 100 mil manifestantes.
Un ataque contra Irak se tornará en "una guerra
de los países ricos contra el sur pobre del mundo", advirtió
el líder comunista Fausto Bertinotti, quien condenó "la nue-va
arrogancia de Estados Unidos" y la "política de neoimperalismo".
Los beneficios del sistema
Para el investigador noruego Johan Galtung, la nueva política
internacional de Estados Unidos hace que se convierta en "un país
geofascista", porque busca imponer un sistema económico por sobre
el valor de vidas humanas.
No es una "contradicción que un país que
sea democrático en el interior sea fascista a escala internacional",
y "al fascismo lo defino por la violencia... si se busca imponer ob-jetivos
políticos sacrificando un número indeterminado de vidas humanas",
acotó el fundador del Instituto Internacional de Investigaciones
por la Paz, de Oslo.
Recordó que "todas las intervenciones militares"
de Estados Unidos han tenido como fin "asegurar beneficios para el propio
sistema económico", y estimó que desde la Segunda Guerra
Mundial las víctimas de las intervenciones militares se ubican entre
"12 millones y 16 millones de personas".
En el caso de Irak, resaltó, los intereses de Washington
están en las reservas de petróleo de ese país y de
los vecinos, de modo que pue-da dominar así "la estratégica
re-gión caucásica, ya que desde allí se controla toda
Euroasia y quien controla Euroasia controla el mundo".
Así, mientras Estados Unidos y Gran Bretaña
insistían en imponer una nueva resolución a Irak, Rusia reiteró
su postura de un regreso inmediato de los inspectores de la ONU sobre el
actual formato ya aceptado por Irak.
Bush insistió en su programa de radio de hoy que
"el peligro es grave y va aumentando", porque el gobierno de Saddam Hussein
po-dría ser que algún día le dé a algún
grupo terrorista ántrax o gas nervioso VX o algún arma nuclear.
Por último, Australia ratificó su apoyo
para que el Consejo de Se-guridad emita una resolución que emplace
a Irak a aceptar el regreso de los inspectores de armas o se use la fuerza
en su contra, mientras alrededor de 3 mil australianos se manifestaron
en Sydney contra los aprestos bélicos estadunidenses.