Carlos Marichal
El mundial de las finanzas
De manera similar a los campeonatos deportivos, cada año se realiza una reunión mundial de todos los ministros de hacienda y banqueros centrales, al celebrarse la reunión anual de gobernadores y delegados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Desde el miércoles pasado comenzaron a llegar a Washington los representantes financieros de los 184 países que pertenecen a estos organismos. Se quedan hasta este domingo, cuando se realizará la sesión plenaria y la consabida conferencia de prensa, en la que presumiblemente se anunciará que todo está bajo control en las altas esferas de las finanzas.
ƑCuál es el propósito de esta magna reunión de los señores del dinero público y privado? Un primer propósito formal consiste en elegir los nuevos miembros de los comités ejecutivos de las máximas organizaciones financieras multilaterales. Un segundo objetivo se cifra en la participación en diversos seminarios de discusión de algunas de las cuestiones más candentes de las finanzas internacionales actuales con objeto de formular una agenda que supuestamente puedan compartir desde los ministros y banqueros de los países más ricos hasta los más pobres. Un tercer punto menos explícito consiste en la negociación de acuerdos entre los miembros de la elite financiera globalizada.
En numerosas ocasiones, estas asambleas han servido para que los ministros de determinados países en vías de desarrollo obtengan préstamos. Pero debido a la pésima situación actual de las finanzas mundiales, este año habrá poca oferta de capitales. La mayoría de los seminarios se dedican a la discusión de la crisis en las distintas regiones del planeta. En la primera de estas reuniones celebradas este jueves pasado (las cuales están cerradas al público), el tema ha sido la recuperación financiera en México: la estrella del acto fue Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, que compartió el estrado con sus amigos de los bancos de inversión Goldman Sachs, J.P. Morgan y UBS-Warburg. Inmediatamente después siguió Brasil, con un discurso de Pedro Malan, ministro de Hacienda, acompañado por el vicedirector del FMI y varios banqueros privados internacionales.
Otra muestra del destacado papel de Latinoamérica en el mundial de las finanzas es la conferencia sobre las crisis financieras en el hemisferio que ha presentado este viernes Stanley Fischer, vicepresidente de Citigroup, el grupo financiero más poderoso de Estados Unidos. Su participación es una muy clara muestra de la estrecha imbricación entre las finanzas públicas y privadas en el más alto nivel. Fischer fue durante años el vicedirector del FMI y uno de sus ideólogos más destacados. El Citigroup (dueño de Banamex) lo fichó por sus dotes en el campo resbaladizo de las finanzas mundiales, al igual que fichó a Robert Rubin, ex secretario del Tesoro del gobierno de Estados Unidos. En ambos casos los contratos fueron por sumas multimillonarias.
El otro gran tema bajo discusión en esta asamblea global de las finanzas consiste en una nueva propuesta para renegociar la excesiva acumulación de deudas de los gobiernos de las naciones del Tercer Mundo. No se puede esperar una expresión de "mea culpa" de parte del FMI por haber alentado el endeudamiento alocado de gobiernos de países como Argentina en la década de 1990. Pero ahora, ante la evidencia de que el país sudamericano no puede devolver dichas sumas debido al colapso de su economía, la vicedirectora del FMI, la temible Anne Krueger, ha impulsado la formulación de una solución novedosa pero tardía: de hecho, esta economista ha anunciado de manera despectiva que no le preocupa si fracasan las negociaciones con las autoridades argentinas.
Aun así, la moratoria argentina representa una amenaza latente. Por ello, en estos días en Washington, las discusiones más álgidas giran alrededor de la propuesta de crear un mecanismo de restructuración de deudas soberanas (SDRM, por sus siglas en inglés). El documento de base, formulado esencialmente por el departamento legal del FMI, propone dos rutas críticas. Una consiste en incorporar a futuros contratos de deuda, una serie de cláusulas que aten a los países deudores a condiciones extremadamente severas. El segundo apartado de la propuesta es más novedoso en tanto sugiere la necesidad de crear un marco normativo universal para poder llevar a cabo negociaciones entre gobiernos deudores y la mayoría de sus acreedores. Inclusive se menciona la conveniencia de formular un tratado internacional que contribuiría a este fin y a la creación de mecanismos de resolución de disputas a raíz de suspensiones de pagos de la deuda externa.
El mecanismo ha sido propuesto con objeto de que en el futuro se reduzcan los costos salvajes de los rescates de los países que han sufrido grandísimas crisis a raíz de la globalización financiera. En realidad, lo que ocurre es que el FMI está seriamente amenazado a raíz de la explosión de la espectacular burbuja financiera mundial de los años de 1990. El mayor desafío en este momento es la suspensión de pagos de Argentina sobre su enorme deuda externa de 140 mil millones de dólares. La comunidad financiera internacional está buscando una solución a este gravísimo problema ya que pone en cuestión la práctica financiera tradicional de obligar a los países del Tercer Mundo a desangrarse para pagar el servicio de la deuda. En México conocemos demasiado de cerca esta triste realidad, ya que el servicio de la deuda ha absorbido todo el excedente del petróleo exportado desde 1982 hasta hoy. En este sentido, sería indispensable que se avance en diversas propuestas para lograr reformas de la arquitectura financiera internacional que sean más justas y beneficiosas para los países en vías de desarrollo.