La causa podría ser el retraso del beneplácito
La sede mexicana en Cuba, aún sin embajador designado
Personajes políticos de la isla, en la despedida a Pascoe
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 27 de septiembre. México podría quedarse sin embajador designado en Cuba a partir del martes próximo, cuando ya no despachará aquí el actual jefe de la misión, Ricardo Pascoe Pierce, que el jueves por la noche ofreció en su residencia una recepción de despedida.
En el coctel, Pascoe fue visitado por el canciller Felipe Pérez Roque, Ramón Castro Ruz, hermano mayor del presidente Fidel Castro, y otros funcionarios. Fue un gesto de cortesía personal con el diplomático saliente, pero al mismo tiempo el retorno de las autoridades cubanas a un acto social de la embajada de México.
Pascoe terminará su misión el próximo lunes 30. El previsto nombramiento de su sucesora, Roberta Lajous, no había sido anunciado oficialmente por la cancillería mexicana hasta este viernes.
No hay una clara explicación a la falta de confirmación oficial de Lajous o de otro embajador en La Habana, y al consecuente vacío político que se podría notar dentro de cuatro días.
La hipótesis más robusta que circulaba anoche entre los invitados a la residencia del embajador mexicano es que, al menos hasta esos momentos, Cuba no había otorgado el beneplácito de estilo para la designación de Lajous.
La falta del beneplácito ata de manos al gobierno mexicano, al impedirle anunciar la designación de un embajador que no ha sido aceptado por el gobierno receptor, a unos pocos días de que la plaza en cuestión quede vacante.
En caso de que esa hipótesis se confirmara, lo primero que salta a la vista es la dilación de una respuesta que en el pasado solía ocurrir en días y hasta en horas.
Contra esa conjetura se hacía notar anoche la presencia de Pérez Roque en la residencia del embajador mexicano.
Hace cinco meses, el 20 de abril, Pascoe había sido desairado por decenas de funcionarios cubanos, que desatendieron masiva y unánimemente una invitación del embajador a un coctel en honor de Enrique Semo, director del Instituto de Cultura del Distrito Federal, que realizaba una visita de trabajo a la isla.
Desde aquel desaire no se producía, como este jueves, un contacto amistoso entre representantes de ambos países en la mansión. Más que detalle de urbanidad, ese reproche fue una de las señales de irritación de los cubanos por lo que había ocurrido el mismo día por la mañana en Ginebra, donde México respaldó una resolución de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, que reclamaba una inspección en la materia en Cuba.
Horas después, los medios informativos de la isla llamaban a México "Judas de último minuto". Esa noche Castro recibía a diputados opositores mexicanos. Tres días después el mandatario difundía la grabación de su conversación telefónica con el presidente Vicente Fox, y precipitaba el congelamiento de las relaciones bilaterales.