La SRE basa su trabajo en la intriga, señala
Sauri
Auténtico vodevil, la política exterior
de Castañeda: PRI
El canciller soportó severas críticas,
incluso del PAN, al comparecer ante senadores El servilismo a EU, queja
constante
ANDREA BECERRIL Y ROSA ELVIRA VARGAS
Con un tono bajo y sin afectaciones, pero también
sin asomo de duda, la senadora yucateca y ex presidenta del Partido Revolucionario
Institucional, Dulce María Sauri, ubicó la política
exterior que practica Jorge G. Castañeda como un "auténtico
vodevil''. Una comedia, definió, "frívola, ligera y picante'',
de argumentos "basados en la intriga y el equívoco''. Ella hablaba
en ese momento del reciente conflicto con el embajador de México
en Cuba, Ricardo Pascoe, pero pronto extendió tal caracterización
a todo el desempeño del canciller.
Y le dijo: "no podemos consentir la frivolidad, la arrogancia
o el mal carácter que sobrepasa las formas diplomáticas más
elementales y que le llevó a usted a declarar que todos los embajadores
son sus empleados''. Esa actitud es un detonador potencial "con repercusiones
delicadas y sobre todo innecesarias para la imagen internacional de México''.
En esa tónica, con más o menos imágenes
irónicas o literales, se dieron casi todas las intervenciones que
escuchó el canciller Castañeda cuando regresó ayer,
después de muchos meses, al Senado de la República. Pero
la constante, incluso entre los miembros del PAN, fueron los severos señalamientos,
críticas y hasta advertencias que le hicieron por "el alineamiento''
a la política internacional y los intereses de Estados Unidos.
Por
ello, una de las preocupaciones de todas las fuerzas políticas fue
saber cuál será la postura que adoptará México
en el caso de que Estados Unidos insista en que el Consejo de Seguridad
de la ONU apruebe una intervención militar en Irak.
El priísta César Camacho Quiroz y el perredista
Marcos Cruz le exigieron apegarse ante tal decisión a la Carta de
las Naciones Unidas y a los principios de la política exterior mexicana,
en los que se establecen alternativas para la paz y no declaraciones de
guerra.
Castañeda Gutman, quien desde el inicio trató
de mostrarse conciliador y hasta apeló a la ayuda del Senado para
tomar una decisión final sobre Irak, deslizó que no debe
olvidarse que en varias ocasiones el gobierno de México "ha aprobado
el uso de la fuerza'' para mantener la paz y la seguridad internacionales.
Pero esto no satisfizo a los legisladores. Camacho Quiroz
lo refutó y le hizo notar que las circunstancias eran otras, como
ocurrió en la década de los 90, pues entonces la amenaza
no era potencial sino real. Aprovechó para decirle que nunca antes
"se ha hablado con tanta crudeza a favor de un alineamiento a la política
internacional de Estados Unidos''.
No hubo soslayo ni concesión de los senadores para
reclamar y pedir cuentas sobre los temas más controvertidos. La
senadora panista Cecilia Romero quiso saber si con el cambio de embajador
en Cuba se busca restañar la "deteriorada'' relación. Y sin
ocultar la sorna, el perredista Gerardo Higuera le preguntó si una
vez que ya "cortó la cabeza'' de Ricardo Pascoe, "¿ahora
va usted por las cabezas de Adolfo Aguilar Zinser y de Porfirio Muñoz
Ledo?''
El canciller, que dejó muchas interrogantes sin
responder, fue especialmente elusivo en el caso cubano, y aunque quiso
señalar que los "episodios'' recientes que han marcado la relación
con La Habana "se han ido superando'', admitió que de algún
modo el cambio de embajador ayudará en el trato bilateral. Pero,
en todo caso, "no habrá reversión sino una nueva etapa'',
afirmó.
Restó importancia al retiro de Ricardo Pascoe con
el argumento de que desde los 70, los representantes mexicanos en Cuba
han durado un promedio de 20 meses. Y respecto al posible retiro de Aguilar
Zinser de la ONU destacó la "gran amistad'' del ex académico
con su homólogo de Estados Unidos John Dimitri Negroponte, "e incluso
con mi colega Colin Powell''.
Camacho Quiroz le reviró: "hacemos votos porque
esa relación extraordinaria también la tenga Aguilar Zinser
con su empleador Castañeda''.
Laura Alicia Garza Galindo, siempre en el mismo tono de
quien habla sin concesiones y conoce muy bien a su interlocutor, le dijo
que hay una entrega sin condiciones a Estados Unidos, particularmente en
lo que se refiere a los recursos energéticos de México. Y
le preguntó: "¿cómo permite usted que funcionarios
de Canadá y Estados Unidos intervengan en el problema entre el gobierno
mexicano y el sindicato petrolero?''
Sobre el conflicto de Pemex "no quiero aventurar ningún
comentario'', respondió Castañeda, aunque luego quiso dejar
claro que el gobierno de Vicente Fox está actuando en este caso
de manera muy distinta a como se hizo en 1989.
Dulce María Sauri llevaba un texto sin desperdicio
argumental. Le pidió cuentas de la forma como maneja y está
organizada la cancillería, de los modos que ha seguido para separar
a Pascoe, al representante en Grecia y "castigar'' a otros por el hecho
de protestar ante actitudes prepotentes y soberbias, así como su
decisión de cerrar sedes diplomáticas y consulados.
También le hizo notar que la política que
ha seguido con algunos países de América Latina y el Caribe
ha tenido ya consecuencias como el que México no ganara la presidencia
de la Organización Panamericana de la Salud y le advirtió
que el Senado espera una explicación convincente de las renuncias
y cambios de embajadores en Grecia y Cuba, porque "no será suficiente
con notificar la vacante a cubrir para que se aprueben'' las propuestas
presidenciales.