Primera feria para empresas de EU desde 1960
Exposición agrícola-ganadera abre hueco en el bloqueo a Cuba
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 23 de septiembre. El mayor hueco que se le haya hecho al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba, hace cuatro décadas, quedará a la vista esta semana cuando se inicie aquí una exposición agrícola y alimentaria, que incluye desde muestras de granos y alimentos procesados hasta búfalos, vacas, cerdos y ovejas traídos por empresarios estadunidenses.
Esta será la primera ocasión desde la imposición del bloqueo, en 1960, en que se instalará en la isla una feria para compañías de Estados Unidos, algunas de las cuales han estado negociando con Cuba desde diciembre pasado.
Tanto las operaciones ininterrumpidas de los pasados nueve meses como la muestra, promovida por la compañía PWN Exhibition International LLC, de Westport, Connecticut, trabajan, caso por caso, con licencias individuales del Departamento del Tesoro estadunidense y al amparo de resquicios de la tupida reglamentación del cerco económico.
Más de 200 empresas con unos 3 mil productos tendrán contacto, la mayoría por primera vez, con un mercado situado a pocas horas de sus granjas, silos y empacadoras. Vendrán apostándole a un futuro de relaciones normales entre los dos países y a un presente de oportunidades en el que por ahora les llevan ventaja sus colegas canadienses y europeos.
Los granjeros estadunidenses que empiecen a partir del jueves 26 a conversar sobre rutas, costos y precios con sus potenciales socios cubanos tienen una retaguardia política y legal: la Cámara de Representantes aprobó en julio pasado un par de medidas por medio de las cuales los ciudadanos de Estados Unidos quedan libres para viajar a Cuba, sin las actuales restricciones, y las ventas de alimentos y medicinas también puede hacerse sin los obstáculos jurídicos de ahora.
Conforme a la legislación vigente, las ventas de alimentos no pueden realizarse a crédito y los estadunidenses sólo pueden ir a la isla cumpliendo una tarea autorizada (artistas, periodistas, diplomáticos, religiosos, actividades humanitarias). Cuba ha anunciado que podría comprar más de mil millones de dólares en comida si la puede adquirir sin restricciones en Estados Unidos, y ha calculado que cuando los turistas de ese país puedan viajar libremente a la isla, el primer año serían un millón, la mitad del total de vacacionistas que vinieron aquí el año pasado.
Todavía falta que el Senado vote esas enmiendas. Si esa Cámara también las aprueba, enfrentarán un anunciado veto del presidente George W. Bush, pero habrán llevado el forcejeo político por la cuestión cubana hasta un nivel sin precedente en el debate interno de Estados Unidos.
Un conglomerado de legisladores, gobernadores y autoridades locales, en especial del medio oeste de Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas, ha empezado a operar en forma coordinada, con la mira común de reducir paulatinamente la legislación que regula el bloqueo a Cuba y abrir fisuras que permitan a los empresarios de sus regiones explorar planes de negocios con la isla.
Una muestra de la tensa división de opiniones en Estados Unidos sobre su futura relación con Cuba es la anunciada visita del gobernador de Minnesota, Jesse Ventura, quien llegará este miércoles con un grupo de agricultores de su estado y cuyo viaje mereció críticas del Departamento de Estado y de Jeb Bush, gobernador de Florida, que está ahora en plena campaña por la relección, para la cual cuenta con el apoyo político y financiero del anticastrismo radical ubicado al sur de la entidad.
Hace casi un año el gobierno cubano pidió a George W. Bush que facilitara la venta de alimentos, en lugar de la ayuda ofrecida por Washington tras el paso del huracán Michelle por la isla en noviembre. El resultado fue un virtual puente naval de granos, soya, pollo, manzanas y harinas que los estadunidenses han cobrado de contado, con una facturación de por lo menos 120 millones de dólares a la fecha.
Esa decisión cubana cambió la política previa de no comprar "ni un grano de arroz" a Estados Unidos, tras las reformas legales de 2000 en ese país, con las cuales se permitió la venta excepcional de alimentos y productos agrícolas a la isla, bajo ciertas regulaciones y siempre con el permiso previo del Tesoro.