Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 23 de septiembre de 2002
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Política

Solicitan a la titular del INM que se les repatrie

Retienen a salvadoreños en estación migratoria por denunciar vejaciones

VICTOR BALLINAS

En la estación migratoria de Iztapalapa se encuentran retenidos la joven salvadoreña Graciela Morales y su compañero de viaje hacia Estados Unidos, Omar Castro Morales, por haber denunciado ante La Jornada las amenazas y vejaciones de que fueron objeto por parte del grupo Beta en Mexicali, Baja California. A los 39 centroamericanos restantes -de ese grupo de 41 detenidos en la zona fronteriza hace 15 días- ya los deportaron.

Graciela Morales y Omar Castro hicieron una llamada telefónica a la organización de defensa de los derechos humanos de migrantes y refugiados Sin Fronteras para comunicar lo ocurrido.

Personal de Sin Fronteras acudió a la estación migratoria y comprobó que de los 41 centroamericanos que detuvieron integrantes del grupo Beta hace 15 días en Mexicali, Baja California, cuando intentaban cruzar hacia Estados Unidos, a 39 ya los deportaron, pero dejaron retenidos a dos.

Graciela, en entrevista con Sin Fronteras, indicó que "del grupo de centroamericanos que fuimos detenidos en Mexicali y que llegamos a la estación migratoria de Iztapala, después de que hicimos la denuncia ante la prensa nos apartaron y nos dijeron que nos íbamos a quedar encerrados más tiempo por haber abierto la boca con la prensa y por haber acudido a derechos humanos".

Confundidos y atemorizados por esa acción en su contra, la salvadoreña y su compañero Omar Castro comentaron a Sin Fronteras que "les pedimos a los funcionarios de Migración de aquí de la delegación que nos dijeran por qué sólo a nosotros dos nos retuvieron. ƑPor qué ya deportaron a los demás del grupo que venían con nosotros?"

En seguida, los mismos salvadoreños agregaron: "sólo nos dijeron que tenían indicaciones de no dejarnos salir".

Entregaron a Sin Fronteras copia de una carta que enviaron a la comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Magdalena Corrales Cuevas, en la que exponen su caso y le piden: "Por medio de la presente le solicitamos que nos envíe a nuestro país. Todo el grupo de salvadoreños detenidos junto con nosotros ya se fue, ya lo deportaron, y a mí -Graciela Morales- y a mi compañero de viaje, Omar Castro, ignoramos las razones por las que nos retuvieron. El licenciado de aquí, de Migración, dice que es por mi queja ante derechos humanos".

Cuando fueron entrevistados en la estación migratoria, Graciela y Omar advirtieron: "vamos a decir lo que nos pasó, lo que los agentes del grupo Beta nos hicieron, porque no está bien que nos hayan tratado como delincuentes. Esperamos que no haya represalias en contra nuestra". Sus temores se confirmaron con su retención.

Durante la entrevista en la estación migratoria de Iztapalapa, Graciela Morales dijo a este diario que "se me vinieron abajo todos mis sueños. Ya casi estaba del otro lado cuando nos detuvieron."

Asumiendo los riesgos de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, Graciela aseveró: "me van a deportar, pero voy a volver a intentarlo".

-ƑPor qué correr ese riesgo?

-Porque allá en El Salvador sufrimos mucho. Lo que gano no alcanza para mantener a mis hijos, menos ahora que soy viuda, pues mi esposo se ahogó al intentar cruzar en lancha la frontera de Guatemala con México.

Ella relató su travesía: "desde que salí de El Salvador hasta que llegué a Mexicali transcurrieron 30 días. A veces no comíamos. Yo salí con dos personas más, un señor y una joven de 19 años. Al llegar a la frontera sur de México nos encontramos con otros paisanos que también pretendían llegar a Estados Unidos.

"Nos contactamos en el sur de México con los polleros que nos llevarían hacia nuestro sueño, pero nos entregaron al grupo Beta. Del sur hacia Mexicali tardamos como 17 días en llegar. A veces caminábamos, otras veces pedíamos raite. Viajábamos en camionetas, en tráileres.

"Teníamos miedo de que algo nos pasara en el camino, pero afortunadamente nada nos ocurrió hasta llegar a Mexicali. Ahí sí sentimos mucho miedo cuando el grupo Beta nos detuvo. Nos apuntaron con sus armas de alto poder. La señora con ocho meses de embarazo se empezó a sentir mal y se rieron de ella. Pidió agua y no le dieron, le dijeron que 'no que muy machita, ahora šaguántese!'"

Omar Castro, también en entrevista con este diario, relató: "a mí me dijeron que si era mexicano; dije que sí. Me preguntaron cosas que no sabía, y entonces ellos -los agentes- se reían de mí. Me esposaron y amenazaron: 'si no nos dices de qué nacionalidad eres, ahorita mismo te vamos a encerrar seis meses'. Entonces tuve que decirles que no era mexicano".

Los centroamericanos añadieron que " los polleros nos juntaron a varios grupos en el desierto de Mexicali. Cuando llegamos nosotros, ahí ya estaban esperándonos otros compañeros, había guatemaltecos y salvadoreños. No viajábamos todos juntos. Unos nos conocimos en el camino y a la mayoría los vimos por primera vez allá donde nos detuvieron".

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