LOS BUITRES Y QUIENES LOS ALIMENTAN
Como
es sabido, el dólar cae frente al euro y al yen debido a la debilidad
de la economía estadunidense. Según la lógica, el
peso, que está ligado a esa moneda, debería mantener con
ella cierto equilibrio, por lo menos a corto plazo, porque existen diferencias
en la inflación y en la productividad que tienden a erosionar el
valor de nuestra divisa. ¿Por qué, entonces, lo estrepitoso
de su caída? ¿Basta para eso el temor a una huelga petrolera
que las negociaciones en lo oscurito entre el gobierno, el Partido Revolucionario
Institucional y los líderes del sindicato para burlar lisa y llanamente
la ley, hacen sumamente improbable? ¿Se explica por el temor a la
inflación y el mal desempeño crónico de nuestra economía,
resultante, por otra parte, de la aplicación de la política
neoliberal que tanto pregonan los medios empresariales que compran dólares?
Aunque nos contamos desde hace tiempo entre los que denuncian
los desastrosos efectos económicos y sociales de esa política,
pensamos que la caída del peso en poco tiempo en cerca de 10 por
ciento tiene otras causas.
En primer lugar, la misma gente que posee casi 50 mil
millones de dólares fugados e invertidos en Estados Unidos tiene
el máximo interés en especular contra el valor de nuestra
moneda para tener muchos más pesos por sus dólares y, eventualmente,
comprar empresas nacionales por un bocado de pan: la alianza entre los
sacadólares y los devaluadores de la moneda ya se reveló
en toda su obscenidad y su alcance trágico en el caso argentino,
que algunos están haciendo de todo para imitar. El mismo control,
casi total, del sistema bancario y financiero por el capital financiero
extranjero, de modo paralelo al control por la misma gente de la mayor
parte de la industria y del gran comercio, facilitan grandemente, a la
vez, la fijación monopolista de los precios (empujando la inflación)
y la utilización del juego con divisas importación-exportación,
así como la especulación bursátil y cambiaria.
La economía no es una fuerza natural: es una relación
entre sectores sociales y está influenciada por la acción
de los grandes intereses, que prescinden de lo que puede convenir o afectar
a las mayorías.
Los buitres de la especulación que alzan vuelo
con el menor pretexto son alimentados por la concentración de la
riqueza y del poder en las mismas personas que, pregonando el libre mercado,
practican el monopolio, vociferando un supuesto amor al país favorecen
intereses extranjeros y aumentan la debilidad y la dependencia de la economía
nacional, y que jurando defender la Constitución negocian la ley
y los principios y presentan públicamente la jugosa perspectiva
para el capital privado, sobre todo extranjero, de una posible venta de
los recursos energéticos a quienes aporten dólares (cada
vez más débiles en el mundo, pero más fuertes en México).
Las autoridades, que no se cansan de decir que no pasa nada y que la situación
económica es maravillosa, ¿no sienten la necesidad de dar
al país alguna explicación sobre lo que está sucediendo,
de un modo tan parecido a lo que se vio en Argentina hace apenas un año?