Vistieron con símbolos zapatistas una
treintena de estatuas
Singular homenaje en el DF a los héroes de Independencia
Dormimos con Morelos y amanecimos con el sub Marcos,
dijo una mujer en la Alameda del Sur; nadie reivindicó la acción
JESUS RAMIREZ CUEVAS
La madrugada del 16 de septiembre un fantasma recorrió
la ciudad de México y vistió a las principales estatuas de
los héroes de la Independencia con pasamontañas negros, paliacates
rojos y banderas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN). Así, alguien rindió homenaje de manera singular al
padre de la patria y a los insurgentes que lucharon en la gesta iniciada
en 1810.
Justo
192 años después de que el cura de Dolores, don Miguel Hidalgo,
diera el Grito convocando a los mexicanos a levantarse en armas contra
España, una treintena de estatuas de Miguel Hidalgo I. Costilla,
José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero, Ignacio
Allende y doña Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora,
amanecieron engalanados con los símbolos de lucha de los zapatistas
de Chiapas.
Lo mismo ocurrió en las delegaciones de Tlalpan,
Xochimilco, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Iztapalapa, Gustavo A. Madero
y Benito Juárez. En algunas avenidas principales aparecieron algunas
pintas y calcomanías con las siglas del EZLN.
En la plaza Hidalgo de Coyoacán, los vendedores
de la feria que atendieron la fiesta en esa delegación despertaron
con una sorpresa: la estatua de bronce de Hidalgo tenía puesta en
la cabeza una capucha negra, un paliacate rojo al cuello y llevaba en una
mano una bandera negra con una estrella roja y las siglas EZLN. En la base
del monumento, además de una ofrenda floral, lucían unas
calcomanías con las mismas siglas de la guerrilla zapatista.
Este hallazgo coincidió con otros reportes de hechos
similares por toda la ciudad. En un recorrido de La Jornada por
los principales monumentos que recuerdan a los personajes de la Independencia,
se pudo confirmar que cerca de 30 estatuas fueron adornadas son los símbolos
mencionados.
Frente a la Casa de Cultura de la Magdalena Contreras,
el busto de Hidalgo, cuya base estaba llena de grafitis, portaba el mismo
atuendo y pancartas zapatistas.
En el cruce de San Fernando y avenida Insurgentes, la
figura de cuerpo entero de Hidalgo portaba la máscara, el pañuelo
rojo y la bandera zapatista. Lo mismo ocurría con el que hay detrás
del mercado de Mixcoac, en la glorieta Hidalgo, y en el parque de La Bola,
colonia Santo Domingo.
En la Alameda del Sur, entrada la mañana, un grupo
de policías intentaba quitar a la efigie de Morelos las nuevas prendas
que le colocaron subrepticiamente esa madrugada. Testigo de la maniobra
de los agentes, una señora que paseaba a su perro comentó
divertida: "dormimos con Morelos y amanecimos con el sub Marcos".
También la figura ecuestre de Vicente Guerrero,
del parque Hundido, tenía un pasamontañas que le cubría
la mitad del rostro, y de la espada que blande hacia el frente colgaba
una bandera como las demás.
En
la plaza del panteón de San Fernando, de manera similar estaba vestida
la figura esbelta de Guerrero, que está acompañada con una
inscripción que recuerda una de sus frases más famosas: "Vivir
por la patria o morir por la libertad", misma que fue adoptada por el EZLN
desde sus orígenes, hace casi 20 años.
Un chavo del barrio que jugueteaban con sus amigos en
ese parque para olvidar los estragos de la cruda de la noche anterior decía,
mientras el fotógrafo le tomaba fotos a la estatua de Vicente Guerrero:
"Chale, no manchen, vistieron a Guerrero de zapatista. Se ve chido".
De la misma manera fueron adornadas estatuas de estos
personajes históricos en el centro de Tlalpan, Xochimilco, Iztapalapa,
en Periférico, avenida Presidente Mazaryk, en Polanco; Indios Verdes,
entre otros. Un vecino del norte de la ciudad, al conocer la anécdota,
relató que, en forma coincidente, esta mañana aparecieron
pintadas de blanco las letras EZLN cerca del Cerro del Chiquihuite.
Como en Fuenteovejuna, nadie reivindicó la acción,
pero se dejó constancia de la intención: rendir homenaje
a los insurgentes que hace 200 años lucharon por México vistiendo
sus imágenes de piedra y bronce con los colores y símbolos
de los que hoy se llaman a sí mismos insurgentes zapatistas en Chiapas.