A UN AÑO DEL 11-S
Ayer, sesión especial del Congreso para conmemorar
aniversario de los atentados
Políticos de Estados Unidos usan imágenes
de los ataques para ganar posiciones en año electoral
"Como nuestra libertad llegó con un alto precio,
no tenemos intención de permitir que se desvanezca", dice Cheney
El tema de la "seguridad nacional" pasa a segundo plano
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 6 de septiembre. Trescientos legisladores
federales llegaron esta mañana a Nueva York para participar en una
sesión especial del Congreso y realizar así lo que es sólo
uno de los muchos actos conmemorativos programados por el primer aniversario
del 11 de septiembre, que tienen como propósito declarado recordar
esos terribles atentados, pero también otro no comentado: usar las
imágenes y eventos con fines políticos en medio de un ciclo
electoral nacional.
Aunque hay una pesada agenda legislativa pendiente en
Washington -desde la aprobación del próximo presupuesto federal,
hasta el debate de una próxima guerra contra Irak-, los políticos
estadunidenses dedicarán mucho tiempo la próxima semana a
participar en actos enfocados al aniversario del 11 de septiembre.
Después
de esta sesión especial, en Nueva York, los legisladores realizarán
otra en Washington para conmemorar este aniversario el próximo miércoles.
El presidente George W. Bush hablará en el Pentágono, visitará
el sitio donde se estrelló uno de los aviones secuestrados en Pennsylvania
y culminará su peregrinaje en Nueva York ese mismo día.
El acto de hoy estuvo rodeado de historia patriótica.
Fue realizado en un viejo edificio, en la zona sur de Manhattan, la parte
más vieja de Nueva York. Ahí, en Federal Hall, la legislatura
federal sesionó por primera vez hace 200 años, y también
se realizó la toma de posesión del primer presidente de este
país, George Washington, en 1789.
Este viernes, legislador tras legislador, elogió
"la valentía, el sacrificio y la labor" que esta ciudad demostró
el pasado año. Empezaron el acto coreando el juramento de lealtad,
cantaron el himno nacional y concluyeron, tomándose las manos, cantando
la patriótica melodía Dios bendiga a América.
"Como nación nacida en revolución, sabemos
que nuestra libertad llegó con un alto precio. No tenemos ninguna
intención de permitir que se desvanezca", declaró el vicepresidente
Dick Cheney en uno de varios discursos en el podio, ante legisladores y
representantes de los medios. "Hemos sido una nación en guerra,
llamada una vez más a defender nuestra libertad y nuestras vidas,
y a salvar a la humanidad del peor de los horrores."
Este acto, difundido por televisión a escala nacional,
era uno que ningún político importante podía perderse.
Los líderes demócratas y republicanos del Congreso tomaron
el micrófono, y cuando todos los legisladores acudieron al sitio
donde estaban las Torres Gemelas, uno por uno -los 300- colocaron una corona
de flores. Fue un acto lo necesariamente lento para que un fotógrafo
capturara el momento.
El presidente Bush ha declarado el 11 de septiembre como
el "día de los patriotas", y el primer aniversario se marca justo
en medio del ciclo de comicios legislativos nacionales. La elección,
en noviembre, determinará cuál de los dos partidos controlará
cada una de las cámaras del Congreso. En medio de sus campañas
y las de sus colegas, este acto no podía desperdiciarse. Además,
nadie importante deseaba que su ausencia se prestase a acusaciones de poco
patriotismo.
Pero el aniversario brinda un desafío algo delicado
para los políticos estadunidenses. Habrá una cobertura incesante
de todos los actos de esta semana y, naturalmente, todo político
desea tomar ventaja de esto. Pero al mismo tiempo, nadie desea ser presentado
como un oportunista buscando capitalizar el aniversario de la tragedia.
"En esta gran lucha de fe no hay republicanos, no hay demócratas,
sólo hay estadunidenses. Ninguno de nosotros, no importa que tan
largo vivamos o que más deje marca en nuestros tiempos, jamás
olvidará el 11 de septiembre", declaró el representante Richard
Gephardt, líder de la minoría demócrata de la Cámara
baja, en uno de los discursos dedicados a la unidad nacional.
Aunque Gephardt y sus colegas se reunieron en el mismo
sitio donde el primer Congreso ratificó la Carta de Derechos, que
garantiza las libertades básicas en este país, nadie se atrevió
a repetir las críticas de que estos mismos derechos han sido erosionados
por las políticas del gobierno de Bush en respuesta al 11 de septiembre.
Los legisladores estuvieron acompañados por decenas
de figuras políticas locales y estatales, entre ellos el alcalde
de Nueva York, Michael Bloomberg, el gobernador George Pataki y el candidato
demócrata a ese puesto. También estaba presente el ex alcalde
de Nueva York, Rudolph Giuliani, cuyo comportamiento ante los ataques lo
convirtieron en una figura de perfil nacional cuyo apoyo es anhelado por
todo candidato republicano en este país.
De
hecho, el 11 de septiembre elevó a Giuliani a niveles estratosféricos
en el ámbito político nacional. Una encuesta reciente de
la revista Time registró que Giuliani es más popular
que el presidente Bush y casi al mismo nivel que el político nacional
de mayor aprobación en este momento, el secretario de Estado Colin
Powell.
"Esto está más allá del politiqueo.
Tenemos que hacer lo correcto para la seguridad de este país. El
politiqueo no tiene nada que ver con esto", declaró a la CNN el
líder republicano de la Cámara baja, Dennis Hastert. Pero
pocos creen este tipo de afirmaciones. Los políticos están
atentos a las encuestas, y entienden que al aproximarse las elecciones
de noviembre los temas que resulten ser el enfoque central podrán
determinar los resultados. Los republicanos saben que si el enfoque nacional
es la economía y los escándalos empresariales, no será
positivo para ellos -apenas una mayoría de los encuestados cree
que Bush y su partido están manejando bien la economía.
Pero si el enfoque es la guerra y la defensa nacional,
los demócratas podrían verse en problemas: una abrumadora
mayoría -casi 90 por ciento- piensa que Bush está manejando
bien la guerra contra el "terrorismo".
Cómo y quién maneje mejor las imágenes
de la próxima semana será, inevitablemente, parte del juego
político en este país. Para muchos que estarán en
las pantallas, radios y periódicos a lo largo de esta semana, las
banderas, las Torres Gemelas, los himnos patrióticos y los votos
serán parte de un panorama que tiene, entre otras cosas, fines político-electorales.