La novia no permitió cámaras de
tv; ''no quiero cursilerías''
Critican opositores despliegue ''poco austero'' en
la boda de la hija de Aznar
AFP
Madrid, 5 de septiembre. El presidente del gobierno
español, José María Aznar, acompañó
la tarde del jueves a su hija Ana hasta el altar del monasterio de El Escorial,
donde se unió en matrimonio a Alejandro Agag, en presencia de los
reyes de España, jefes de Estado y de gobierno, ministros, empresarios
y personajes de la farándula.
La ceremonia religiosa de la "boda del año", ocurrida
a las 19 horas locales (17 horas GMT), fue oficiada por el presidente de
la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María
Rouco Varela, en la basílica de El Escorial, a 50 kilómetros
de la capital española.
Entre
los mil 100 invitados destacaron los reyes de España, Juan Carlos
y Sofía, el presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi,
que estrenó traje y nueva figura tras una dieta, y el primer ministro
británico Tony Blair.
De América Latina asistieron el presidente de El
Salvador, Francisco Flores, y los ex mandatarios de Colombia, Andrés
Pastrana, y de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, con sus respectivas
esposas.
Allí estuvieron también los cantantes Julio
Iglesias, Raphael y Plácido Domingo.
José María Aznar fue el encargado de acompañar
a Ana, de 20 años, su única hija mujer, hasta el altar, donde
la esperaba su novio, Alejandro Agag de 31.
Al cabo de la ceremonia, que duró aproximadamente
una hora y cuarto, y de la que sólo la estatal televisión
española (TVE) transmitió los diez primeros minutos, los
invitados fueron trasladados en autobuses al lugar del festejo: una finca
de cría y doma de caballos ubicada frente al Valle de los Caídos,
símbolo del franquismo.
Allí, en un palacete neobizantino y en enormes
carpas dispuestas en tres patios, los mil 100 invitados degustaron un menú
típico español.
Según la prensa española, la ausencia de
cámaras durante el servicio religioso responde a que la novia habría
dicho que no quería ''cursilerías'' en su boda.
Dada la importancia pública de los invitados, el
ministerio español del interior estableció un importante
dispositivo de seguridad en torno al monasterio de El Escorial, indicaron
fuentes cercanas a la organización del evento, sin brindar ninguna
precisión.
Según la prensa local, el ministerio del Interior
pidió a los invitados que una vez que se retiren de la iglesia prescindan
de sus escoltas privados.
"Casi una boda de Estado, pero sin el 'casi'", repiten
comentaristas españoles, algunos de los cuales afirman que la boda
adquirió un despliegue "indecente" y "poco austero" para los tiempos
que corren.
Desde la opositora Izquierda Unida (IU) su coordinador,
Gaspar Llamazares, opinó que la boda de la hija de Aznar "simboliza
la involución democrática" que atraviesa la realidad política
española.
El costo de la boda, sin contar los gastos de seguridad
a cargo del Estado, asciende a 120 mil euros (casi igual en dólares).