CIENCIA Y TECNOLOGIA: VISION GERENCIAL
Ayer,
en el foro de análisis La ciencia y la tecnología de México
en la agenda legislativa, realizado en el Instituto de Biotecnología
de la Universidad Narional Autónoma de México (UNAM), en
Cuernavaca, Morelos, fue posible apreciar dos concepciones divergentes
sobre la forma de impulsar en nuestro país la investigación
y el desarrollo. Al director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt), Jaime Parada, correspondió defender los lineamientos
gubernamentales en esta materia, y en esa lógica buscó cooptar
a científicos e investigadores para que presionen al Congreso de
la Unión para que el año próximo el Legislativo incremente
en 35 por ciento el presupuesto destinado a la investigación científica
y tecnológica. Según el "nuevo paradigma" que propugnó
el funcionario, nuestro país debe invertir 1 por ciento de su PIB
en ciencia y tecnología como condición para dejar de ser
una nación maquiladora y convertirse en "productor de bienes de
alto valor agregado", y aseguró que el presidente Vicente Fox y
su gabinete comparten esa perspectiva.
Sin embargo, buen número de los investigadores
y científicos convocados consideraron poco viables las metas esbozadas
por Parada y, lo más importante, señalaron algunas inconsecuencias
de fondo en los planes foxistas de desarrollo científico y tecnológico.
Varios participantes subrayaron el pragmatismo de los planes gubernamentales,
los cuales parecen orientarse a fortalecer la investigación tecnológica
de alta rentabilidad en el corto plazo, en detrimento de la investigación
en las ciencias puras, la cual no puede fijarse plazos ni objetivos de
utilidad práctica pero que es, sin embargo, la base imprescindible
para el desarrollo tecnológico ulterior. Otros dudaron de la disposición
del sector privado a invertir en ciencia y tecnología, especialmente
en las condiciones recesivas actuales. Desde otra perspectiva, los asistentes
al encuentro de Cuernavaca destacaron que es absurdo el objetivo de incorporar
al Sistema Nacional de Investigadores 17 mil nuevos integrantes, toda vez
que de las instituciones de educación superior del país no
ingresan profesionistas de posgrado en cantidad suficiente.
En términos generales, las propuestas gubernamentales
en materia de ciencia y tecnología repiten los más notorios
vicios del actual grupo gobernante: fijarse metas demasiado ambiciosas
o de plano inalcanzables -basta con recordar el 7 por ciento de crecimiento
ofrecido por Fox antes de asumir la Presidencia, o los "15 minutos" que
le tomaría resolver el conflicto chiapaneco- y no se analiza a fondo
los mecanismos para cumplirlas. Por otra parte, los estilos gerenciales
y utilitarios tan en boga en el sector público enfatizan la necesidad
de actuar en función de resultados concretos y, de ser posible,
contantes y sonantes; con esas actitudes, disciplinas como las matemáticas,
la biología, la física y la astronomía corren el riesgo
de quedarse sin presupuesto. Finalmente, en el ámbito de la investigación
científica y el desarrollo tecnológico las autoridades apuestan,
como en el resto del quehacer nacional, a que el sector privado realice
aportaciones sustanciales, posibilidad que, dadas las condiciones económicas
actuales y el estilo predominantemente depredador del empresariado nacional,
parece sumamente remota.