Dura 38 minutos y se transmitirá por la frecuencia de Radio Educación
La gran ala, de Pietro Formentini, primer radiomural para provocar la imaginación
RENATO RAVELO
Un radiomural ofrecerá la noche de este miércoles trasfondos, profundidades auditivas, evocaciones sobre una historia cíclica de personajes que demuestran cómo lo que funciona, lo efectivo y nuevo, impide la memoria. La gran ala, del radioasta italiano Pietro Formentini, recordará por las frecuencias de Radio Educación una de las vocaciones remotas y vigentes de la radio: provocar la imaginación.
El título completo del primer radiomural es La gran ala o el día que los terrícolas invadieron el planeta Tierra. La historia de su realización se remonta a una invitación que Lidia Camacho, directora de la emisora cultural, hiciera al dramaturgo a propósito de su trayectoria en programas radiofónicos, misma que le ha significado premios internacionales, como los otorgados a Fantafilm, Tarzan'Story y Robot.
Formentini vino a México para la Bienal de Radio. Después, durante tres semanas, desempolvó en un grupo de 40 locutores y actores, esa práctica perdida del radioteatro. Los guió y los sorprendió de lo que ellos mismos eran capaces de hacer y habían olvidado. Con presupuesto mínimo, de apenas 20 mil pesos, pero con la más alta tecnología adquirida por XEEP 1060, el producto de 38 minutos conocerá sus alcances al filo de las 22:30 horas.
Para su realización se contó con esos bajos tabuladores que tiene Radio Educación, pero también con el apoyo del Instituto Italiano de Cultura y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Su productora, Perla Olivia Rodríguez, destaca las actuaciones de María Eugenia Pulido, Patricio Castillo, Ioanisca, Talía Marcela, Tere Lagunes y Sergio Bustos, en este experimento que inaugura un género: ''Decimos mural porque consideramos que se establecen planos sonoros, movimientos, profundidades en este trabajo de provocar imágenes que critican la práctica moderna de la repetición, que tiene humor y reflexión sobre lo nuevo que anula lo anterior."
Una ''historia infinita''
Para su autor ''es una historia infinita que vuelve a iniciar desde el principio donde parece que debe concluir; es la historia de nuestro modo contemporáneo de ser habitantes de la Tierra. Seres humanos en continua búsqueda de nuevos comportamientos mediante la repetición de habituales y antiguas fórmulas de vida".
Dicho así no se entenderá, sin embargo, cuando pasen 38 minutos de duración de radiomural que plantea una anécdota simple que pasa a un segundo plano, porque en realidad la experiencia de asistir -pues no sólo se escucha- a La gran ala es una relaboración de lo simple: la llegada de un objeto a la Tierra.
La obra de Formentini es cruda, de escarnio de los propios elementos de que se vale para causar impacto y atañe a la crítica ''de la repetición estéril de modos y modas humanas, que mientras traen aparentes resultados de progreso, anulan anteriores grados de conquista ética y civil".
La gran ala gira como un mecanismo, una visión y su fin tiene que ver con el inicio de la siguiente, donde pueden aparecer King Kong, Elvis Presley o la Madre Teresa de Calcuta. La radio pasa de ser una máquina de tonalidades a una de imágenes, en una sabiduría por lo demás ya anunciada en su primera vocación de contar de noche, cuando el ojo, el más soberbio de los sentidos, dejaba descansar las apariencias.