SEGUNDO INFORME

Los ciudadanos, decepcionados por la "incapacidad del presidente Vicente Fox"

"ƑPara qué ver el Informe? Son puras mentiras"

KARINA AVILES

Muchos ciudadanos hicieron todo lo posible para no ver el Informe presidencial: comprar boletos para El crimen del padre Amaro -para "no quedarse rezagados"-, ir al parque, hacer una cita con el novio(a), comer en algún restaurante, hacer las compras para surtir la alacena o simplemente quedarse en casa sin enterarse de lo que dijo el Presidente de la República. Cada uno tuvo sus razones para no escuchar al jefe del Ejecutivo, pero si en algo coincidieron fue en no atender el mensaje, porque estaban seguros de que Vicente Fox "iba a decir muchas mentiras" y a omitir "la única verdad: que nos está vendiendo, que sigue empeñado en vendernos a cachitos".

Es domingo primero de septiembre. La tarde en el Parque México transcurre con la concurrencia que suele tener cualquier fin de semana. Los papás llevan a sus niños a saltar en el colchón inflable de plástico, varios adultos se juntan para tomar clases de pintura, algunos jóvenes se deslizan en sus patines, unas parejas caminan lento, bajo los árboles, y algunos novios aprovechan para recostarse uno sobre el otro en las bancas.

Por ahí se pasea Fernando Campos con su esposa e hijo. Es jefe de familia, comerciante, y asegura que con Fox sí ha habido un cambio: "Ayudar más a los que tienen más". Por ello, contundente, expresa: "ƑPrivarnos de disfrutar un placentero fin de semana a cambio de escuchar las mismas mentiras? šPues no!"

El señor Campos dice que si el Presidente rindiera cuentas con la verdad, tendría que hablar primero del "desempleo brutal" y de que "los negocios pequeños se han ido cerrando con mayor celeridad".

"El Presidente está empeñado en vendernos a cachitos", afirma una joven

Las jóvenes Edith Roldán y Niuth Galindo, quienes platican en una de las bancas, de plano ya no creen en nada de lo que dicen los gobernantes. Edith considera que en los informes "se afirman cosas que la gente quiere escuchar, pero que no son reales. Se trata de ver algo que no es cierto".

En el mismo tono, Niuth dice que ver un informe "nada más es perder el tiempo escuchando mentiras. Y la única verdad no nos la dicen: que nos están vendiendo, que Fox sigue empeñado en vendernos a cachitos".

La señora María Elena Guzmán disfruta con su esposo de una caminata. Señala que la razón por la que no quiere ver el Informe es porque "estoy totalmente decepcionada del Presidente, de su falta de capacidad y de diplomacia, y de su mal manejo del país".

Y aclara que, aunque no votó por el panista, se siente "muy defraudada por tantas mentiras, como cuando vinieron los indígenas al Distrito Federal y les hizo creer otra cosa".

Mientras tanto, afuera de los cines, la preocupación era obtener boletos para ver la tan criticada película por la Iglesia y las corrientes de derecha. Sí, la del padre Amaro. O en su lugar, entrar a cualquier otra que recién se haya estrenado en cartelera. Cerca de la fila, la abogada Blanca Estela Guerra confiesa: "No me acordaba del Informe, aunque sí me interesa lo que tendría que decir el presidente Fox".

Y lo que debería informar, dice, "es que no le ha ido tan bien como él pensaba, sobre todo en economía. Las empresas atraviesan por falta de liquidez, hay recortes y la falta de empleo está a la vista de todos".

Gabriela López, quien tiene una plaza de técnico, comenta que no vio el Informe porque "sabemos que Vicente Fox va a prometer las estrellas y no va a cumplir nada. Lo que tendría que decir es que no ha hecho nada, que los pobres están más pobres y los ricos más ricos, y que muchas empresas extranjeras ya no confían en México para invertir por la inseguridad".

Los jóvenes Manuel Almanza y Patricia Lagunas coinciden en que se les hace "muy tedioso el Informe" y prefieren ver al otro día "los resúmenes" para enterarse de las cosas importantes. Además, enfatizan, el discurso no está dirigido a la juventud, sino "a las empresas".

Pero hay otros que hubieran querido ver el Informe y no lo hicieron, porque su trabajo no se los permitió. Este es el caso del vigilante de autos en un supermercado, José de Jesús Armendariz, quien destaca que en "lo único" en que no está de acuerdo es que Vicente Fox ha hablado mucho de las viviendas "y yo tengo más de un año que no me entregan la casa que según él nos están construyendo".