Hizo del vibráfono su medio de expresión
musical
Falleció Lionel Hampton, el último de
la generación de súper jazzistas
DPA
Nueva York, 31 de agosto. Cuando Lionel Hampton
se subía al escenario, el entusiasmo no tenía límites.
Con canciones como Hey Ba-Ba-rebop o Hamp's Boogie Woogie,
llevaba al éxtasis a su público en los clubes de jazz y salas
de concierto, desde Nueva York hasta Jerusalén.
Hileras
enteras de sillas tenían que ser remplazadas tras algunos conciertos
de la orquesta de Lionel Hampton a causa del fanatismo de los oyentes.
No fueron roqueros como los Rolling Stones, sino jazzistas como Lionel
Hampton, los primeros en volver locos con su música a los fans.
La conmoción fue grande hoy cuando se dio a conocer
la noticia de la muerte de la última gran estrella de la generación
de "súper jazzistas", como Benny Goodman, Louis Armstrong y Duke
Ellington.
Emisoras de radio y televisión en Nueva York, Chicago,
Nueva Orleans y otras ciudades interrumpieron sus emisiones para informar
que "uno de los artistas estadunidenses más grandes de todos los
tiempos" había muerto a las 6:15 de la mañana (hora local)
en el centro médico Mount Sinai, en Nueva York, a la edad de 94
años.
Sus seguidores acudieron en masa al hospital para depositar
flores. En Harlem, el principal barrio afroamericano en el norte de Manhattan,
no hubo otro tema de conversación que la muerte del artista. "Aquí
lo vivimos", dijo una mujer mayor frente al teatro Apollo de Harlem, en
la calle 125. "Sin Lionel y su esposa Gladys tendríamos que haber
abandonado Nueva York en ese entonces", agregó.
Hampton no era adorado en la Gran Manzana sólo
por su música excepcional, sino también por su gran compromiso
social. Entre sus muchas ocupaciones extramusicales se encargó de
que se construyeran viviendas subvencionadas en Harlem.
Como miembro de la comisión de derechos humanos
de Nueva York, denunció el racismo en la sociedad estadunidense.
No sólo como músico, sino también como defensor de
los derechos civiles, Hampton -miembro del Partido Repúblicano-
tenía acceso a presidentes como Harry S. Truman, Dwight Eisenhower,
Ronald Reagan y George Bush durante sus actuaciones en la Casa Blanca.
Con Armstrong y Goodman
Era imposible ignorar a Lionel Leo Hampton, nacido
en Louisville, estado de Kentucky, hijo de un pianista y cantante, cuando
irrumpió en los escenarios a finales de los años 20, como
baterista de distintas bandas en Chicago. En 1930 llegó el momento
en que Hampton se convirtió en vibrafonista.
En un estudio de Culver City (California), le tocó
acompañar con la banda de Les Hite en la grabación de discos
a uno de los mayores músicos de jazz del mundo: Louis Armstrong.
Este le mostró un viejo vibráfono (instrumento musical de
percusión, semejante al xilófono) y le preguntó a
Hampton: "¿Puedes tocar algo así?". Hampton practicó
apenas una hora y grabó luego junto a Armstrong Memories of you.
Es así como el vibráfono renació como instrumento
dentro del jazz.
Rápidamente, Hamp se convirtió en
un músico solicitado y los líderes de las bandas se peleaban
por él. Unos años más tarde se convirtió en
estrella internacional con el cuarteto de Benny Goodman. En 1938 dio su
primer gran concierto con banda propia en el Carnegie Hall de Nueva York.
A partir de 1950, la Lionel Hampton Orchestra comenzó a recorrer
el mundo.
Israel lo conmovió especialmente, y lo inspiró
en su única composición mayor, la suite de jazz King David
(Rey David). La obra, de 18 minutos de dirección, fue estrenada
por Dimitri Mitropoulos en el Townhall de Nueva York en 1957.
El vibráfono siguió siendo, hasta sus últimos
días, cuando ya no había big-bands, su medio de expresión
musical preferido. Incluso estando atado a una silla de ruedas tras una
serie de infartos, aún solía tocar de vez en cuando el vibráfono
en algunos clubes de Nueva York, acompañando su propio canto.