Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 1 de septiembre de 2002
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Espectáculos
Hizo del vibráfono su medio de expresión musical

Falleció Lionel Hampton, el último de la generación de súper jazzistas

DPA

Nueva York, 31 de agosto. Cuando Lionel Hampton se subía al escenario, el entusiasmo no tenía límites. Con canciones como Hey Ba-Ba-rebop o Hamp's Boogie Woogie, llevaba al éxtasis a su público en los clubes de jazz y salas de concierto, desde Nueva York hasta Jerusalén.

Hileras enteras de sillas tenían que ser remplazadas tras algunos conciertos de la orquesta de Lionel Hampton a causa del fanatismo de los oyentes. No fueron roqueros como los Rolling Stones, sino jazzistas como Lionel Hampton, los primeros en volver locos con su música a los fans.

La conmoción fue grande hoy cuando se dio a conocer la noticia de la muerte de la última gran estrella de la generación de "súper jazzistas", como Benny Goodman, Louis Armstrong y Duke Ellington.

Emisoras de radio y televisión en Nueva York, Chicago, Nueva Orleans y otras ciudades interrumpieron sus emisiones para informar que "uno de los artistas estadunidenses más grandes de todos los tiempos" había muerto a las 6:15 de la mañana (hora local) en el centro médico Mount Sinai, en Nueva York, a la edad de 94 años.

Sus seguidores acudieron en masa al hospital para depositar flores. En Harlem, el principal barrio afroamericano en el norte de Manhattan, no hubo otro tema de conversación que la muerte del artista. "Aquí lo vivimos", dijo una mujer mayor frente al teatro Apollo de Harlem, en la calle 125. "Sin Lionel y su esposa Gladys tendríamos que haber abandonado Nueva York en ese entonces", agregó.

Hampton no era adorado en la Gran Manzana sólo por su música excepcional, sino también por su gran compromiso social. Entre sus muchas ocupaciones extramusicales se encargó de que se construyeran viviendas subvencionadas en Harlem.

Como miembro de la comisión de derechos humanos de Nueva York, denunció el racismo en la sociedad estadunidense. No sólo como músico, sino también como defensor de los derechos civiles, Hampton -miembro del Partido Repúblicano- tenía acceso a presidentes como Harry S. Truman, Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y George Bush durante sus actuaciones en la Casa Blanca.

Con Armstrong y Goodman

Era imposible ignorar a Lionel Leo Hampton, nacido en Louisville, estado de Kentucky, hijo de un pianista y cantante, cuando irrumpió en los escenarios a finales de los años 20, como baterista de distintas bandas en Chicago. En 1930 llegó el momento en que Hampton se convirtió en vibrafonista.

En un estudio de Culver City (California), le tocó acompañar con la banda de Les Hite en la grabación de discos a uno de los mayores músicos de jazz del mundo: Louis Armstrong. Este le mostró un viejo vibráfono (instrumento musical de percusión, semejante al xilófono) y le preguntó a Hampton: "¿Puedes tocar algo así?". Hampton practicó apenas una hora y grabó luego junto a Armstrong Memories of you. Es así como el vibráfono renació como instrumento dentro del jazz.

Rápidamente, Hamp se convirtió en un músico solicitado y los líderes de las bandas se peleaban por él. Unos años más tarde se convirtió en estrella internacional con el cuarteto de Benny Goodman. En 1938 dio su primer gran concierto con banda propia en el Carnegie Hall de Nueva York. A partir de 1950, la Lionel Hampton Orchestra comenzó a recorrer el mundo.

Israel lo conmovió especialmente, y lo inspiró en su única composición mayor, la suite de jazz King David (Rey David). La obra, de 18 minutos de dirección, fue estrenada por Dimitri Mitropoulos en el Townhall de Nueva York en 1957.

El vibráfono siguió siendo, hasta sus últimos días, cuando ya no había big-bands, su medio de expresión musical preferido. Incluso estando atado a una silla de ruedas tras una serie de infartos, aún solía tocar de vez en cuando el vibráfono en algunos clubes de Nueva York, acompañando su propio canto.

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