Usar nombres-trampa, nueva estrategia paramilitar
Desorientar, parte del plan contrainsurgente en Chiapas
Herrán acepta que un grupo se llame "sociedad civil"
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
Ocosingo, Chis., 30 de agosto. La actual escalada paramilitar ha resultado una mascarada de identidades. Parece parte del juego. Sus nombres-trampa engañan al propio procurador chiapaneco, Mariano Herrán Salvatti, quien basándose en los testimonios que fue a obtener a Villahermosa habría de aceptar tan tranquilo que el grupo al que pertenece el herido de Amaytik se llama "sociedad civil".
Bueno, el procurador Herrán también aseguró que sólo había un muerto en el "caso Amaytik", y que el cuerpo "fue entregado a sus familiares", mientras el comandante de policía de Ocosingo, Teógenes López Toledo, aseguró a su vez haber llevado un cuerpo a la cabecera municipal. El abogado general de Chiapas desestimó la "versión" de que había dos personas muertas, y ya ven.
Resulta que también se autodenominan "sociedad civil" los redactores del llamado a resistir a los zapatistas en Ocosingo y Altamirano, plagado de confusiones, xenofobia y falsas verdades. Se recordará que hace no mucho, con ese nombre se identificaban, sobre todo en la zona norte del estado, las organizaciones pro zapatistas, próximas a la diócesis de San Cristóbal, e incluso grupos de zapatistas verdaderamente amenazados por los paramilitares de Paz y Justicia entre 1996 y 1999.
Ahora, así como "protestan contra el Plan Puebla-Panamá", los paramilitares de Ocosingo proclaman su "ya basta" y se organizan en cuerpos de autodefensa, en una variante del modelo aplicado por la contrainsurgencia en Guatemala en los años 80. O bien se presentan, siempre falsamente, como miembros de Yomlej, Xi'Nich o de plano "desertores del EZLN". Lo mismo da; la cosa es confundir.
De paramilitares que no existen y cómo operan
Ante la ofensiva paramilitar en curso, que sólo para el Ejército federal y el gobierno de Chiapas "no existe", una conclusión parece evidente: todos los caminos conducen a Pedro Chulín Jiménez, diputado estatal priísta, ex dirigente de CNPI (que hoy lo repudia) y dirigente fundador de la Organización para la Defensa Indígena y Campesina (Opdic). Se le señaló como cabecilla del MIRA después de 1998.
La semana pasada se documentó su autoría y participación activa en el ataque al crucero Quexil, y todo indica que la agresión a La Culebra el 31 de julio tampoco le fue ajena. Efectuadas ambas acciones por miembros de Opdic, repiten un estilo: son hordas que se dejan venir dándoles a todos.
Un observador civil, de los muchos que han participado estos días en las meritorias brigadas de observación que acudieron de inmediato a todos los sitios donde se produjeron ataques, describía ayer vívidamente estas "hordas", y las contraponía al procedimiento del asesinato selectivo, practicado por Los Aguilares en Kan'Akil, y por la autodenominada "sociedad civil" priísta en Amaytik (y posiblemente en el homicidio de José López Santiz en la comunidad 6 de Agosto).
Y estos últimos casos, Ƒqué tienen que ver con los dos primeros? El de Kan'Akil, pareciera que nada: Los Aguilares son matones de larga carrera e impunidad probada. Han hecho narco, matado y desaparecido al menos a 10 personas; han despojado de sus tierras a muchas familias. Su jefe, Sebastián Aguilar, pagó ocho meses de prisión, para ser liberado y desagraviado por el gobierno de Roberto Albores.
Sin embargo, Los Aguilares, además de haber sido militares y policías, proceden de las filas de la CNPI, la misma organización que expulsó a Pedro Chulín (y lleva meses debatiendo con él sobre quién representa la verdadera CNPI, recurso retórico de Chulín, pues su organización es la Opdic).
El grupo priísta de Amaytik al parecer tampoco tenía mucho que ver con la organización del diputado priísta y presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso estatal. En todo caso, sus heridos andaban medio extraviados cuando la policía los condujo al hospital de Palenque.
Para su suerte, llegó para asesorarlos Ricardo Díaz Demesa, miembro de Opdic que "casualmente pasaba por Palenque", procedente de Ocosingo, "y como hablaba tzeltal", se ofreció de traductor de los indígenas en problemas. Al menos esa explicación dio a los visitadores del Prodh que lo interrogaron en el hospital. Ya ven que hay gente muy sociable; Díaz Demesa acabó de vocero, hablando para los medios a nombre de la "sociedad civil" presuntamente agredida. Interrogados por el Prodh, los heridos negaron reiteradamente conocer de antes a su oportuno asesor.
Acostumbrado a que lo acusen de paramilitar, en semanas recientes Pedro Chulín consideró pertinente negarlo un par de veces. Según el diputado (de un tiempo a esta parte ferviente defensor de Montes Azules como "patrimonio de la humanidad", cuando hace dos años todavía clamaba que Chiapas es para los chiapanecos), "el único grupo armado que hay en la selva son los zapatistas".
Y Herrán, a pregunta expresa del Diario de Chiapas "sobre la presunta participación del diputado local del distrito de Ocosingo, Pedro Chulín, en algunos hechos que han dado motivo al aniquilamiento de milicianos (sic) del EZLN", respondió: "puede ser materia de investigación de la PGR, quienes decidan (sic) lo conducente".
Priístas solicitan apoyo a autónomos
Cabe señalar que las autoridades autónomas realizan funciones de conciliación en las comunidades. También ejercen una justicia arraigada en la legitimidad comunitaria, de la cual nunca se ha denunciado un acto de violencia. Ha sido frecuente, en Flores Magón y otros municipios en rebeldía, que las propias comunidades priístas y de otras organizaciones, decepcionadas de la autoridad oficial (que en ocasiones ha protegido a delincuentes, sean la conocida banda de asaltantes del ejido Lacandón, los robacoches de Las Tazas, los talamontes de San Antonio Escobar o Los Aguilares de Chilón), soliciten a los concejos autónomos su ayuda para resolver problemas comunes, lo mismo de índole familiar que el castigo a delincuentes "intocables".
Un ejemplo cercano: dos meses antes del ataque paramilitar que salió de San Antonio Escobar el 31 de julio, las autoridades ejidales de dicha comunidad, mayoritariamente priísta, habían agradecido a los autónomos que detuvieran a unos talamontes que diezmaban las maderas preciosas del ejido en cuestión, para fabricar muebles en otra comunidad. (La estrategia contrainsurgente ha puesto especial cuidado en romper estos vínculos sociales, por aquello de los vituperados y escarnecidos usos y costumbres de los pueblos. A punto de conocerse el dictamen de la Suprema Corte sobre la denominada ley indígena, Ƒnada mejor que enlodar acciones comunitarias infinitamente más nobles que las habituales intervenciones de los cuerpos policiacos y sus investigadores?)
Ahora que fue asesinado Antonio Mejía, del municipio autónomo Olga Isabel, y se armó revuelo, las demás comunidades agraviadas anteriormente por Los Aguilares, incluidas las priístas, se atrevieron a hablar de crímenes y desapariciones que permanecían enterrados por la ley del terror.
ƑNo será que la hipótesis gubernamental de que los municipios autónomos son los responsables de la violencia, invierte los términos y pisa en falso? ƑNo han sido, acaso, más bien un factor de equilibrio en la frágil convivencia de estos pueblos, atrapados en el círculo militarización-coptación-contrainsurgencia? Todo indica que atacar a los municipios autónomos es lo que desestabiliza y confunde a las comunidades indígenas. Todo indica que de eso se trata.