MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
El quid de la iniciativa eléctrica
Abrir puertas a grandes corporativos, la meta
Acuerdo
político, sólo buenas intenciones
S UENA BIEN, DE entrada, el Acuerdo Político
por México que suscribieron el miércoles pasado cuatro
partidos, que en materia eléctrica se manifiesta a favor de que
"las empresas públicas deben seguir siendo la base del sistema (porque)
representan la garantía de que el Estado mantendrá el control
sobre un servicio público fundamental... Debe mantenerse la participación
del Estado y su condición rectora es uno de los elementos de fortaleza
de la soberanía".
CUATRO PARTIDOS POLITICOS (PRI, PT, PRD y PVEM, vía
un representante) participan en dicho acuerdo y -se supone- coinciden en
los conceptos referidos. Sin embargo, el esfuerzo pierde fortaleza cuando
se constata que en el pronunciamiento público referido no se condena
explícita, precisa y tajantemente la intención foxista de
privatizar el mercado eléctrico mexicano y abrirlo al capital privado.
EN SUS MAS RECIENTES declaraciones públicas, el
inquilino de Los Pinos ha reiterado que su iniciativa de reforma garantiza
que "no se privatizarán la Comisión Federal de Electricidad
ni la Compañía de Luz y Fuerza del Centro", lo que supone
que el Estado no dejaría de participar en el sistema eléctrico
nacional ni abandonaría su obligación de mantener "el control
sobre un servicio público fundamental", como establece el pronunciamiento
pluripartidista.
EL
QUID DE LA INICIATIVA presidencial en materia eléctrica no
es la privatización de la CFE y de la CLFC, sino privatizar la industria
y el mercado eléctricos -en los que participarían las empresas
paraestatales en "nichos sociales" determinados- para abrir las puertas,
de par en par, a los grandes corporativos energéticos trasnacionales
(en nichos jugosamente comerciales). Un ejercicio similar, que redondeará
la "reforma energética" foxista, se practicará más
adelante en el sector petrolero nacional y, sin ánimo de ser un
adivinador del cambio, puede preverse que cuando ello suceda el Presidente
remendón solemnemente asegurará -como ha hecho en reiteradas
ocasiones- que "Pemex no se vende". Sólo se privatizarían
la industria y el mercado petrolero, en el que, desde luego, participaría,
en áreas delimitadas, el consorcio estatal.
EL ACUERDO POLITICO por México puede tomarse
como un pronunciamiento de buenas intenciones, pero no como una garantía
de que la intentona foxista en materia eléctrica será contenida,
especialmente si se considera la falta de autoridad moral de algunos de
los personajes que suscribieron el mencionado acuerdo.
MIENTRAS EN MÉXICO distintas fuerzas y sectores
se esfuerzan para evitar que se concrete una nueva venta de garaje
de la infraestructura productiva del Estado, en otras regiones del mundo
otrora poderosísimas trasnacionales de la energía ya no saben
qué vender para salir del hoyo económico-financiero en el
que se encuentran de tiempo atrás.
TAL ES EL CASO DEL fraudulento y quebrado consorcio energético
Enron, que ayer hizo pública su intención de vender una docena
de sus "empresas más valiosas", acción que según los
observadores podría representar el inicio de su liquidación.
Sin embargo, en Houston, la transnacional informó que "aún
tenemos esperanzas de salir a flote tras la bancarrota, aunque nuestra
prioridad es maximizar el valor para los prestamistas, incluso si ello
significa vender los mejores activos... Enron considera que hay mucho más
por hacer antes de que se pueda llamar a esto una liquidación...
Decenas de activos quedarán en la compañía, incluso
si se venden los 12 negocios referidos", geográficamente distribuidos
en el norte y sur de América y en Turquía.
LA DECLARACION DE LA firma energética no tuvo la
repercusión esperada. De hecho, Steve Gidumal, de Trilogy Capital,
un fondo de inversión de alto riesgo, públicamente dudó
sobre el optimismo de Enron: "No quedará suficiente para una restructuración
si todos los activos del bloque son vendidos". Entre éstos se cuentan
Elektro Electricidade e Servicios, compañía local de distribución
de electricidad en el estado de Sao Paulo, Brasil; Cuiaba, proyecto energético
integrado que incluye una planta de energía en el estado de Mato
Grosso, Brasil; dos ductos de gas natural y dos firmas de suministro que
proveen gas a la planta de energía; Transredes, el ducto de Bolivia
a Brasil, formado por Gas TransBoliviano y Transportadora Brasileira Gasoducto
Bolivia-Brasil, el mayor ducto de gas natural internacional en Sudamérica
y Eco-Eléctrica, en Puerto Rico, entre otros.
YA ENTRADOS EN CUESTIONES del mercado energético,
la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) informó que entre
1999 y 2001 el corporativo erogó 30 mil millones de dólares
por concepto de impuesto sobre la renta, dividendos y regalías.
Durante el periodo se lograron cifras históricas en aporte al accionista,
como en el año 2001, que alcanzó a 12 mil 97 millones de
dólares y que representa un incremento de 48 por ciento con respecto
a 1998.
PARA EL PRESENTE AÑO las cifras muestran una tendencia
a la baja. Según la última revisión del plan 2002,
la contribución total de la petrolera estatal de Venezuela sumó
8 mil 133 millones de dólares, 33 por ciento menos que en 2001.
Al mismo tiempo, el producto interno bruto petrolero en el primer semestre
registró un delicado descenso de 16.7 por ciento, como resultado
de la caída de inversión en esta actividad.
DE ACUERDO CON información del Banco Central de
Venezuela, el gobierno del presidente Chávez ha recibido en tres
años y medio de gestión 75 mil 600 millones de dólares,
sólo por exportaciones petroleras. En 2000, la comercialización
de crudo en mercados extranjeros generó una histórica entrada
de divisas (27 mil 800 millones), como resultado de un precio promedio
de 25.91 dólares por barril durante 12 meses (según los datos
del Ministerio de Energía y Minas). En los cinco años del
segundo gobierno de Rafael Caldera se registraron ingresos petroleros por
74 mil 490 millones de dólares; y en tres años de la gestión
de Chávez esa suma de divisas ya fue superada, aunque la fuga de
divisas que afecta al país pone en riesgo los beneficios. En los
últimos ocho años, dicha fuga se ha estimado en 20 mil millones
de dólares.
Las rebanadas del pastel:
VALGA LA PREGUNTA, POR segundo año consecutivo:
¿qué tiene que informar el presidente Fox?