Los ritmos latinos acercan al público
porque contagian de alegría, expresa en entrevista
El gran movimiento de jazz en AL triunfa en el mundo:
Michel Camilo
El pianista dominicano se presentó en el Zócalo
junto con José Calatayud y Heberto Castillo
GABRIEL LEON ZARAGOZA
Como parte de su gira mundial, que comenzó en abril
en Europa, el mejor sincopista latino, Michel Camilo, llegó a México
para ofrecer una hora de recital la tardenoche del sábado en la
Plaza de la Constitución, donde alternó por primera vez en
el escenario y en un piano gran concherto con los mexicanos Juan
José Calatayud y Heberto Castillo.
Procedente de Nueva York, donde reside, el viernes a las
23 horas el pianista arribó a México para salir el domingo
a las 8:45, acompañado de su esposa Sandra Camilo. Bajo el brazo
presume sus dos más recientes producciones: Jazz y Clásico.
El primero es trío "y por eso se llama triángulo". El segundo
es el primer concierto para piano y orquesta que graba acompañado
de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres.
Antes
de su turno al Steinway de cola, el músico dominicano concede un
par de minutos de entrevista. Siempre atento y con la sonrisa a flor de
labios detalla que en esta gira, que pretende concluir en noviembre, ha
tocado casi todos los puntos jazzísticos del mundo.
En esta visita, la quinta que hace a México, y
tras siete años de ausencia, explica que el Zócalo le representa
la oportunidad de alcanzar una audiencia que quizá no lo conoce
o que no ha podido acudir a los conciertos de paga. "Por lo general un
artista viene a este mundo a compartir su música con el público
y de alguna u otra forma creo que esta ocasión es muy relevante
y espero que el público pueda disfrutar de nuestra música
y que me conozca a través de ella."
-¿Qué pasa en América Latina con
el jazz?
-En América Latina hay también muchos grandes
seguidores del jazz. De hecho, soy parte del consejo del Festival de Jazz
de Puerto Rico, que se realiza desde hace 12 años durante cuatro
noches consecutivas al aire libre. Es una fiesta ideal y su capacidad es
de cuatro a cinco mil personas por noche y siempre se llena. Hay un gran
movimiento latinoamericano que viene subiendo y triunfando a escala mundial.
En los grandes festivales del mundo nos dan por lo menos una noche, dos
o tres, porque saben que son las más monumentales. Se habla inclusive,
dentro del circuito de los críticos de jazz, como la segunda ola
del jazz latino, con una generación muy importante que existe con
las puertas abiertas. Fernando Trueba retrató ese movimiento en
Calle 54, cinta que ha recorrido el mundo y nos ha abierto más
puertas.
-¿Hay diferencias entre el jazz latino, el sajón
y el europeo?
-El latino se nutre de los ritmos autóctonos. En
el Caribe, del son, del songo, salsa, merengue y más. De la otra
vertiente caribeña se nutre del calypso, zoca, sucko y el filin,
entre otros. El europeo se nutre más de folclorismos y cantos irlandeses.
El estadunidense, de la diáspora africana, como el blues, e inclusive
de los latinos porque pasa un fenómeno muy curioso, los estadunidenses
utilizan los ritmos latinos para proyectarse. En México tienen a
un gran baterista, Antonio Sánchez.
-¿Qué país encabeza esta ola de jazz
latino?
-No se puede hablar así, diría que hay una
vertiente cubana muy fuerte, pero igualmente hay una puertorriqueña
y dominicana. Hay argentinos muy buenos que mezclan el tango con el jazz.
Carlos Santana es un amante del jazz y ha experimentado con él.
Hay un gran mundo en el que, sobre todo, todos somos hermanos, nos queremos
y apoyamos mucho.
-¿Hacia dónde puede pintar la música?
-Hacia lo latino. Porque con los ritmos latinos estamos
acercando una audiencia que quizá no sabía que le gustaba
el jazz y que le encanta ese ritmo contagioso que penetra, esa alegría
que poseemos. Ese romance, esa melodía, ese sentimiento melódico.
El público reacciona a todo eso y se acerca mucho más al
jazz y los mismos jazzistas se dan cuenta, como los estadunidenses, y por
eso hacen búsquedas en nuestra música.
-¿Dónde le gusta más tocar?
-Es difícil, me encanta Japón porque la
fanaticada comienza muy joven y es muy amplia, tengo público de
14 a 70 años. Increíble, entregado y que me sigue de cerca.
En Europa tengo muchos fanáticos. En mi país me quieren mucho.
Me han condecorado dos veces, con la Gran Cruz de Plata de la Orden Heráldica
de Duarte Sánchez. Las mejores críticas que me han hecho
han sido de la prensa mexicana y esas lo tengo guardadas con mucho cariño
en mi baúl de recuerdos. Así que espero que le guste esta
noche.