Bárbara Jacobs
Biblioteca de aula para políticos
No estaría mal la formación de una biblioteca de aula (o despacho) para los políticos mexicanos, del Presidente para abajo. Habría que empezar por establecer que la finalidad sería que los libros que la formaran los sacara de dudas diarias en cultura general, o sea, en conocimientos básicos en las ciencias y las humanidades. Para no equivocarnos al formar la biblioteca, sería buena idea tener claro el nivel cultural de la población (es decir, los políticos mexicanos activos hoy) a la que se destinaría.
Con algunas preguntas y uno que otro ejemplo detectaríamos ese nivel. Si la mayoría de los políticos mexicanos vacila ante el doble nombre y la pronunciación del apellido de Jorge Luis Borges, sabríamos que su nivel cultural sería medio bajo, y que el texto que sacaría al usuario de sus dudas podría ser el Pequeño Larousse Ilustrado, diccionario de origen francés. Sin embargo, el político mexicano medio, Ƒsabría que en un diccionario de lengua encontraría a Borges para salir de su duda de si el nombre es Jorge Luis o José Luis? ƑSabría en qué sección del Larousse localizarlo? Además, dicho usuario hipotético, Ƒsabría bajo qué apartado encontrar las reglas elementales de pronunciación del español, descontando que supiera que el diccionario las contiene?
Dado el nivel de esa media, quizá convendría preguntarse, antes de hacerle llegar al destinatario el diccionario para su biblioteca, y aun si siquiera es consciente de tener dudas de las que éste lo puede sacar, si sabría qué hacer con el libro, aparte de medirlo a ver si cabe en el anaquel, y siempre y cuando, al colocarlo, el diccionario no tapara la fotografía del papa Juan Pablo II que estaría ocupando ese espacio.
Por otra parte, si la mayoría de los políticos mexicanos no vacila ni ante el doble nombre Jorge Luis, ni ante la pronunciación española del apellido Borges, el libro Gramática castellana, de Andrés Bello, con notas de Caro y Cuervo, que, aunque no incluyera a Jorge Luis Borges como autor, pues se trata de una gramática por demás anterior a Borges, sí incluiría la regla de pronunciación española para el sonido ge, misma que distinguiría del que resulta con una u intermedia.
La de Bello es una gramática escrita por un venezolano en el siglo XIX. Si al político mexicano le molestara que dicha gramática no señalara algún uso específicamente mexicano y actual del español, tendríamos que averiguar si existe una gramática de la lengua española hecha por filólogos mexicanos que superara la de Bello. Si la mayoría de los políticos mexicanos sabe pronunciar el sonido ge, sobra decir que estaría más que apto para contar con los Diálogos del orador, de Cicerón, para salir de dudas más serias. Si no tiene prejuicios nacionalistas, en otros asuntos de lengua podría asesorarse en su biblioteca de aula con el diccionario y la gramática de la Academia de la Lengua Española, o la ortografía reciente.
Habría que aplicar ejercicios de esta naturaleza en cada una de las disciplinas que conforman la cultura general. En Historia, digamos, Ƒtodos los políticos mexicanos activos tienen el mismo nivel cultural? Si sitúan la expropiación del petróleo en 1936 en vez de en 1938, el libro de referencia que habría de integrar el apartado correspondiente en la biblioteca tendría que ser el más elemental y local, por ejemplo, el de Rius, con la ventaja de que está ilustrado y su texto es más que coloquial.
Pero si la mayoría de los políticos mexicanos saben bien la fecha de la expropiación, el libro con el que se integraría la sección de Historia de su biblioteca de aula (o despacho) bien podría ser Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano, de Edward Gibbon, que aun cuando trata lo que su título indica, explica la actual situación mundial, por lo menos de las poblaciones no orientales y blancas.
Otro ejercicio consistiría en soltar a la mayoría de los políticos mexicanos en una librería con la indicación de que buscaran, por ejemplo, El Periquillo Sarniento. Bastaría verlos dirigirse a la sección infantil, o a la de ornitología, para confirmar que su nivel cultural es medio bajo. Y con una población así, que es resultado del sistema educativo mexicano que ha imperado hasta el día de hoy, Ƒqué puede hacerse? ƑCon qué libros formarías su biblioteca de aula que no fuera con los más elementales de los elementales, apenas preparatorios para introducir al usuario, no ya a lo que es un libro de referencia de cultura general, sino a lo que es un libro; a lo que significa referencia, y a lo que es, por último, la cultura, aunque sea general?