También pretende disminuir el índice de deserción
Prepara el IPN profunda reforma para elevar su calidad educativa
JOSE GALAN
El Instituto Politécnico Nacional anunció ayer una "profunda" reforma académica que tiene como propósito evitar la deserción de 53 por ciento de los alumnos, el índice de reprobación de 26 por ciento, y resolver los problemas de inserción de sus egresados en el mercado de trabajo, mediante un modelo basado en el aprendizaje y el apoyo tutorial.
La reforma académica, que instituirá los troncos comunes desde las vocacionales, incluirá la modificación de algunos de los programas académicos de la institución. El IPN sostiene que responde a las señales tanto de los alumnos y egresados como de la iniciativa privada y que será sometida a aprobación del Consejo General Consultivo en los próximos meses.
Para Enrique Villa, secretario académico del IPN, el actual modelo educativo "ya dio muestras de agotamiento" que se refleja en los bajos índices de eficiencia terminal, aprobación e inserción en el mercado laboral, y reveló que dicha reforma ya ha sido consensada "hasta en 99 por ciento" desde el año pasado con los consejos técnicos consultivos de escuelas superiores y vocacionales, así como con el Colegio de Directores.
"Sobre todo con los maestros, porque no puede haber reforma académica sin su consenso", agregó. Sólo falta la ratificación por parte del Consejo General Consultivo, que tendrá lugar probablemente entre septiembre y octubre próximos.
La reforma académica constituye uno de los ejes principales de las reformas a la ley orgánica cuya discusión inició desde hace año y medio en esa casa de estudios, y que apuntan hacia la posibilidad de separarse de la Secretaría de Educación Pública para convertirse en una institución capaz de ejercer con autonomía sus recursos.
La iniciativa propone que los planes de estudio del IPN sean semiflexibles, por créditos, conformados por unidades de aprendizaje -asignaturas, talleres, laboratorios, proyectos de investigación, vinculación, servicio social, extensión y prácticas-, organizadas en ciclos escolares semestrales, susceptibles de ser ofrecidos por varias escuelas, centros o unidades -con partes comunes acordes a la rama y perfil del programa-; con salidas intermedias -técnico medio, profesional asociado, especialidad u otras que se consideren necesarias-; con diversos tipos de actividades de enseñanza y aprendizaje y con tránsito fluido entre los distintos niveles y subniveles y entre las redes que conformes las escuelas, centros y unidades.
En vocacionales, los planes de estudio exigirán un mínimo de 200 y un máximo de 220 créditos, de los cuales 70 por ciento se orientarán a la formación propedéutica que será homogénea para ese nivel, y 30 por ciento de los créditos dedicados a la formación técnica especializada.
En el nivel superior, los planes de estudio de profesional asociado obligará al estudiante a obtener un mínimo de 150 créditos y en licenciatura 350 como mínimo y 450 como máximo.
Para el posgrado, la formación de alto nivel estará enfocada a las áreas científicas y tecnológicas que han sido y seguirán siendo "una fortaleza del instituto, por lo que se alentará un posgrado profundamente ajustado a la realidad productiva y económica del país, y a los avances del conocimiento".
La implantación del nuevo modelo será gradual -se espera que alcance su auge en 2025-, y requerirá el diseño de la metodología para modificaciones en los planes de estudio; análisis integral de la oferta educativa (fusiones, nuevas especialidades en la media superior); rediseño y adecuación del Programa de Formación del Personal Académico y de gestión.