Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 23 de agosto de 2002
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Política
Insisten en que se debe permitir a consorcios particulares la explotación de gas

Empresarios defienden ante senadores la iniciativa foxista de apertura del sector eléctrico

Reconocen que más allá de la modernización buscan la privatización energética

ANDREA BECERRIL

La cúpula empresarial demandó a los senadores que dictaminan la reforma eléctrica aprobar no sólo la apertura de ese sector al capital privado nacional y extranjero, sino que insistió en la necesidad de modificar el marco constitucional para dar a consorcios particulares la explotación de gas.

"Esto último es aún más prioritario para la industria y el comercio", señaló el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Rangel Domene, durante la reunión con los legisladores, en la que los representantes del sector privado calificaron de light el proyecto de reforma constitucional del presidente Vicente Fox y reconocieron que su interés central, más allá de que modernice el sector, es la privatización.

Reformas de 1992

Rangel Domene trató de evadir los cuestionamientos de los priístas. Incluso quería ya retirarse después de haber expuesto sus planteamientos sobre la urgencia de abrir la industria eléctrica a la inversión privada, pero el senador del PRI Manuel Bartlett le preguntó si el interés de los empresarios es que se resuelvan sus requerimientos de electricidad o lo que quieren es que se privatice ese sector.

"Queremos que se permita la inversión privada. Sí, señor, la nacional y la extranjera. No se tiene ahorro, seamos realistas, necesitamos el complemento extranjero y no nada más en electricidad. Si tenemos libertad en todo México, por qué no podemos darnos el lujo de tener libertad de escoger el servicio de energía eléctrica con quien queramos", respondió el también ex dirigente de los banqueros.

Inconforme con la respuesta, Bartlett insistió: "¿Si el sistema eléctrico que vamos a votar aquí resuelve el problema a los empresarios sin necesidad de inversión extranjera, que es la que vendría, si la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro (LFC) son suficientes para satisfacer las necesidades de ustedes, estarían contentos?

-No -respondió Rangel Domene.

-¿No? -repreguntó Bartlett- ¿Quieren entonces necesariamente la inversión privada?

-Así es -respondió finalmente ya muy molesto Rangel, mientras Bartlett sonreía malicioso.

El encuentro se había prolongado por casi tres horas y el presidente del CCE no aguantaba ya los cuestionamientos a su posición; le faltaba aún otro senador del PRI, el empresario jalisciense Raymundo Gómez Flores, quien puso en duda la representatividad de los asistentes, sobre todo porque no acudió ningún miembro de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) ni el titular de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Sabemos por experiencia, dijo, que el problema de hablar exclusivamente con las cúpulas es que después las bases no coinciden con las opiniones expresadas por las primeras.

Gómez Flores señaló a Rangel Domene y los demás dirigentes empresariales que lo acompañaron que con las reformas de 1992 al sector eléctrico debería estar resuelto el problema de la inversión privada -resaltó que él tiene planta eléctrica propia para sus empresas y le funciona muy bien- pero el sistema financiero nacional ha impedido que los bancos participen con inversión en varios sectores.

El presidente del CCE ya no quiso responder al legislador. "Tendría que repetir lo que he dicho ya", argumentó, y es que antes había tenido que salir en defensa de los bancos, ante las preguntas del senador Oscar Cantón Zetina, del PRI, y del perredista Antonio Soto.

Sobre ese punto, Rangel Domene expresó con toda tranquilidad que la banca tuvo que capitalizarse después de la crisis de 1995 con 30 mil millones de dólares y no se le puede por eso exigir tanto ahora.

"¡Claro, mucho menos con la monstruosidad de impuestos que les perdonan!", le reviró de pasada la senadora Laura Alicia Garza Galindo, mientras daba la palabra a otro de los senadores, ya que ella tuvo a su cargo moderar la sesión.

El presidente del CCE acabó por decir después, cuando los legisladores, entre ellos Antonio Soto, aludieron al resultado de la privatización de la banca, que prefiere "bancos fuertes, aunque estén en manos de extranjeros, que bancos débiles de mexicanos".

¿Qué tiene que ver Enron?

Fueron muchas las preguntas que Rangel Domene, el presidente de la comisión de energía de Concamin, José de Jesús Valdez, y el titular de la Asociación Mexicana de Energía Eléctrica, Eduardo Andrade Iturribarría, dejaron de contestar. No respondieron, por ejemplo, a la pregunta de la senadora Garza Galindo sobre el papel de LFC, la otra empresa pública a la que el CCE al parecer no toma en cuenta.

Algo similar ocurrió cuando Cantón Zetina difirió de la aseveración de Rangel Domene sobre "las experiencias exitosas" en privatización eléctrica y le pidió analizar el caso Enron, la trasnacional en quiebra, cuyas irregularidades han salido a relucir y afectado los mercados financieros.

"No me parece que tenga mucho que ver con esta reunión, tampoco soy experto en lo que pasó en Enron", respondió el presidente del CCE.

Se alcanzó a escuchar la exclamación de Garza Galindo: "¡Qué barbaridad!"

Rangel Domene leyó al principio un discurso que llevaba preparado, en el que repitió los argumentos que ha esgrimido el gobierno federal para privatizar la industria eléctrica. Expuso que en los próximos años la demanda de electricidad crecerá 5.6 por ciento en promedio anual y que se requerirán 60 o más plantas nuevas, con una inversión aproximada de 60 mil millones de dólares a precios de hoy.

Su argumento central fue la disyuntiva del Estado entre invertir esos 60 mil millones de dólares para producir energía eléctrica y otra cantidad similar para gas o destinar esos recursos en otras prioridades como seguridad, educación, salud y combate a la pobreza. Resaltó que los pasivos laborales de CFE y LFC suman más de 12 mil millones de dólares.

Reiteró la demanda de permitir la inversión privada en energía eléctrica y en gas natural; enumeró gran parte del contenido de la iniciativa de Fox. La misma fue calificada de propuesta light por Andrade Iturribarría, quien representa a los inversionistas privados que tienen ya 17 plantas eléctricas en México y que, según reconoció, son mayoritariamente de capital extranjero.

Hubo contradicciones, pues mientras el dirigente del organismo cúpula empresarial, Rangel Domene, insistió en que deben darse garantías y certeza jurídica a los inversionistas extranjeros, el representante de Concamin, Valdez, expuso que uno de los aspectos más importantes que debe incluir la reforma es "diseñar mecanismos apropiados para estimular la participación de inversionistas nacionales".

Pasadas las 14:15 horas, límite que Rangel Domene marcó a los legisladores para concluir el encuentro iniciado después de las 11:30 de la mañana, el líder empresarial urgía a Garza Galindo a dar por concluida la reunión. "Pues si quiere la corto aquí, pero el que falta de hablar es un senador del PAN", se oyó decir a la legisladora.

Fue muy breve la participación del panista Ricardo Alanís Posada, el único de los tres senadores del blanquiazul que permaneció hasta el final en la reunión. Sólo señaló que la iniciativa de Fox "lo que busca es el bien de la nación y que los mexicanos puedan vivir mejor". 

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