Fin a la leyenda de El Pueblito
Envían 2,200 reos a nueva cárcel; los 44 más peligrosos, a penales de alta seguridad
JORGE ALBERTO CORNEJO CORRESPONSAL
Tijuana, BC, 20 de agosto. Dos mil 200 internos que purgaban condenas en la penitenciaría estatal La Mesa de este municipio fueron trasladados la madrugada del martes al nuevo penal construido en El Hongo, Tecate, unos 80 kilómetros al oriente de Tijuana, mediante un dispositivo que involucró a más de 2 mil agentes policiacos federales, estatales y municipales, así como militares.
En la cárcel de La Mesa, también conocida como El Pueblito, las autoridades penitenciarias locales procedieron al reacomodo de 4 mil 500 internos, muchos de los cuales no tenían una celda y dormían en el piso.
El gobernador Eugenio Elorduy Wal-ther dijo que la operación fue "un éxito rotundo" al enviar a cárceles de alta seguridad, fuera del estado, a los 44 internos más peligrosos y desalojar de manera pacífica a 100 mujeres y 220 menores de edad que compartían el penal con familiares presos.
El procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana de Baja California, Raúl Ramírez Baena, informó que no se recibió queja alguna sobre violación a las garantías de los internos o sus familias durante la acción, que se prolongó hasta pasado el mediodía, cuando comenzaron a ser ubicadas las mujeres y los menores de edad en dos albergues habilitados por las autoridades municipales en instalaciones del auditorio deportivo local y del DIF.
Para aliviar los problemas de hacinamiento, los 4 mil 500 reos que permanecen en La Mesa se repartirán en los tres edificios construidos hace una década. La parte conocida como el centro de El Pueblito, donde se ubicaban 700 carracas (casas habitación para los internos), así como unos 150 comercios, comenzó a ser demolida este mismo martes por órdenes del gobernador, quien advirtió que ''la leyenda de El Pueblito La Mesa se acaba hoy".
La acción del traslado de internos comenzó a las dos de la madrugada con el arribo al penal de mil 325 agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP), apoyados por 300 efectivos de la policía estatal y otros tantos de la municipal, además de que el perímetro fue cubierto por unidades del Ejército.
Los primeros en salir fueron los 44 reos de alto riesgo, quienes, a decir del gobernador, mantenían un autogobierno en el penal, vendían estupefacientes y bebidas alcohólicas, además de que rentaban espacios para dormir.
Posteriormente salieron las 100 mujeres acompañadas de 220 menores, algunos de los cuales nacieron en las instalaciones carcelarias y nunca habían salido de ellas.
Luego arribaron varios tráileres, en cuyas cajas fueron subidos los internos bajo la custodia de las policías Federal Preventiva y estatal. En las unidades viajaron integrantes de la PFP con equipos antimotines.
Un helicóptero MI-17 vigiló el traslado de los reos al nuevo penal de El Hongo, cuya construcción terminó en mayo, y se ubica en la región montañosa llamada La Rumorosa.
El general Francisco Arellano, coordinador de las fuerzas de apoyo de la PFP, precisó que a los 44 reos de alta peligrosidad se les envió en un avión de la corporación a los penales de Matamoros (15 internos); Puente Grande, Jalisco (15), y La Palma, en el estado de México (14).
Según se informó, el operativo fue planeado hace cuatro meses mediante un acuerdo entre el gobernador Elorduy Walther y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Alejandro Gertz Manero, quien desde ayer arribó a esta frontera para coordinar las acciones.
Al igual que el gobierno del estado, la PFP, en voz de Arellano Noblecía, calificó el operativo de exitoso, al no registrarse incidentes violentos a pesar de ser el traslado de reos más grande registrado en la historia mexicana, según se hizo notar.
Durante la demolición de las carracas, que durante años ocuparon principalmente narcotraficantes y secuestradores, quienes mantenían la disciplina intimidando al resto de la población penitenciaria, Arellano Noblecía sentenció que hoy se cerró uno de los capítulos más oscuros de las prisiones en México.
Por su parte, el alcalde de esta ciudad, José de Jesús González Reyes, indicó que con el operativo se cierra una de las paginas más negras de la historia de Tijuana.
Según el edil, El Pueblito era uno de los puntos que hacían que se hablara mal de Tijuana en los ámbitos nacional e internacional, por lo que felicitó la disposición de los gobiernos estatal y federal de acabar con el problema que el penal representaba.
Destacó el grado de coordinación "sin precedentes" entre los tres niveles de gobierno para el traslado de reos y la demolición de El Pueblito, y ofreció el apoyo del DIF municipal para atender con albergue y despensas a las familias de los reos que también fueron desalojadas del reclusorio.
Por la tarde, familiares de los internos se manifestaron frente a la penitenciaría en demanda de que las autoridades ofrecieran el listado de los reos trasladados a El Hongo y a los penales de Matamoros, Jalisco y estado de México para conocer su paradero.
Denunciaron que el nuevo penal se ubica en una zona de difícil acceso y falta el servicio de transporte público, lo cual perjudicará a las familias acostumbradas a visitar todos los días a sus parientes presos.
La manifestación estuvo vigilada por elementos de la PFP, mientras que al interior de la cárcel sólo se escuchaba el ruido de la maquinaria pesada destruyendo las carracas y comercios.