Se le expropiaron a terrateniente que vendió una parte
Plantón de campesinos en Coahuila; reclaman 179 has. que no recibieron
ANTONIO PEREZ CARDONA CORRESPONSAL
Saltillo, Coah., 19 de agosto. Aproximadamente 200 campesinos iniciaron el domingo un plantón en el ejido Emiliano Zapata, municipio de Arteaga, en reclamo de 179 hectáreas que, aseguran, les fueron despojadas hace más de 30 años, lo que provocó la movilización de 14 patrullas y 30 policías ministeriales y preventivos, que mantienen vigilancia permanente en el predio en disputa.
El terreno, uno de los más boscosos en la zona, pertenece actualmente a familiares del contralor interno de la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam), Rosendo Villarreal Dávila, y del presidente del Grupo Industrial Saltillo (GIS), Isidro López del Bosque, quienes prácticamente lo dedican a actividades recreativas particulares como la práctica del tiro con arco o de golf.
Ramón Lara García, abogado de los campesinos, refirió que en 1963 el gobierno federal expropió 179 hectáreas al terrateniente de la región Margarito González, quien aprovechó la dilación en la ejecución del decreto presidencial por parte de la Reforma Agraria, para venderle una parte a las familias López del Bosque y Villarreal Dávila.
Desde 1968 se ha mantenido el litigio por las tierras y, según los campesinos, llevan tres juicios con resoluciones a su favor de diferentes instancias, pero hasta ahora ninguna autoridad ha ejecutado los fallos, por lo que decidieron manifestarse. Aseguraron que mantendrán el plantón por tiempo indefinido, en tanto no se presente un representante de la Secretaría de Gobernación para que conozca los pormenores del caso y se tome una resolución.
"Ahora hacemos una manifestación pacífica porque creemos en el diálogo, pero este es un problema que se arrastra desde hace muchos años y hay compañeros que están dispuestos a buscar otros métodos para lograr que nos atiendan", advirtió el abogado Lara García.
La noche del domingo, el ambiente se volvió tenso tras el arribo de la policía y la posibilidad de que los campesinos fueran desalojados por la fuerza, pero la situación no llegó a mayores.