Garantiza utilidades y generará más desempleo y bajos salarios: investigadores

El proyecto foxista sólo favorece a inversionistas

KARINA AVILES

El proyecto del Ejecutivo de reforma estructural para el sector energético representa el método del gobierno federal de garantizar a la iniciativa privada ingresos y utilidades, lo cual traerá como efectos en las industrias del ramo: desempleo masivo, mayor explotación del trabajador, la disminución de aproximadamente 30 por ciento en los salarios, además de que éstos serán determinados por el mercado, advirtieron especialistas de la UNAM.

Por otro lado, al igual que el investigador Julio Boltvinik, manifestaron que la cifra oficial de 53.7 millones de pobres en el país es baja, y consideraron que el hecho de que se haya dado a conocer al inicio de esta administración significa que el gobierno de Fox "trata de lavarse las manos" para trasladar toda la responsabilidad a los gobiernos del PRI, partido que permaneció 71 años en el poder.

En entrevista, Alfonso Gómez Navarro, de la Academia de Economía Matemática y Econometría de la Facultad de Economía de la UNAM, criticó el proyecto del Ejecutivo en materia energética. Puntualizó que la privatización no sólo se da a través de la venta de los bienes, sino en la participación del sector privado en áreas públicas.

Destacó que el gobierno de Fox pretende vender la idea de que el sector energético es rentable si participa la iniciativa privada y no lo es si está en manos del sector público, lo cual resulta una contradicción.

Dijo que en caso de que se aprobara ese proyecto, el país sería aún más dependiente del sector privado, lo que provocaría un gran desempleo, porque la empresa privada, en su parte administrativa, trabaja con 50 por ciento menos de personal que el sector público; además de que en términos globales el ingreso del trabajador se reduciría 30 por ciento y los salarios estarían dictados por el mercado, cumpliendo con el principio de "obtener los máximos resultados para sí y ofrecer el mínimo salario" a los empleados.

Respecto de la marginación que impera en el país, manifestó que el modelo económico neoliberal "ha convertido en colonias de los países desarrollados" a naciones como México. Se trata de un colonialismo tecnológico, en donde los países poderosos son los únicos dueños del conocimiento y los demás hacen "el trabajo sucio".

De manera que México es ensamblador de computadoras y automóviles, y ha permitido que en sus fronteras se establezca la industria contaminante con la ilusión de que obtendrá beneficios económicos, cuando la realidad es que las ganancias salen del país dejando en el territorio nacional más miseria, subrayó.

Por su parte, el director de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Carlos Arteaga, subrayó que el modelo de exclusión social en el que sobrevive más de la mitad de los mexicanos significa, por un lado, que esas personas nunca van a tener los requerimientos mínimos de alimentación, como carne, leche y frutas, lo que tendrá grandes efectos en la talla, el peso y el desarrollo físico e intelectual.

Por otro lado, representa estar fuera de las posibilidades de acceso a la cultura y la educación. La exclusión social, subrayó, es un círculo vicioso que genera una serie de problemas como desintegración familiar, desempleo, expulsión de más niños a las calles, violencia, drogadicción y prostitución.

Al igual que Gómez Navarro, el director de la ENTS consideró que el número de pobres que reconoce el gobierno es bajo, porque la realidad muestra que existe un porcentaje mucho más alto de población sin las menores oportunidades de desarrollo.

Carlos Arteaga indicó que el gobierno no ha tomado nota de las experiencias de otros países latinoamericanos, cuyos ciudadanos han tenido que recurrir a la comisión de delitos para poder comer. Que existan tantos millones de pobres en México "es una vergüenza para el gobierno federal", concluyó.