Autor de Revolucionario por amor, libro sobre el presidente de la
isla
Con Castro y sin él, la revolución se
mantendrá en Cuba: De Cházaro
El Che ayudó ''a construir el movimiento, pero se fue y no
participó en su institucionalización''
La obra, resultado de varios años de investigación, será
presentada el jueves en Casa Lamm
CESAR GÜEMES
Germanista, zoólogo, sicólogo, Ernesto Fidel
de Cházaro, criado en Austria y con actual residencia en Suecia,
suma a su larga lista de libros de estudios sociológicos el nuevo
trabajo realizado a lo largo de varios años en Cuba: Revolucionario
por amor, el pensamiento político de Fidel Castro, que da a
conocer en México bajo el sello editorial Presente y Futuro, que
será presentado este jueves a las 19 horas en Casa Lamm, con los
comentarios de Angel Guerra, José Steinsleger y Sergio Rodríguez
Lascano.
De Cházaro explica los motivos de su reciente volumen:
''Encontré en Cuba a la gente del todo identificada con su sistema
político, algo que no se da en ningún país de Europa.
He realizado varios viajes de estudio a la isla, al menos siete, a fin
de recorrer con calma el país. El resultado ha sido el mismo. Digamos
que soy seguidor del sistema cubano. Hoy es claro que aunque Fidel Castro
lo niegue o no quiera reconocerlo, él es la revolución. Y
aunque no me gusta mucho esto que voy a decir, afirmo que sin él
no se habría dado el movimiento que ahora gobierna la isla. La obra
revolucionaria es producto de su dirigencia".
Contra la idolatría por el Che
''Me
he opuesto -matiza De Cházaro- a la idolatría por el Che
Guevara, cuya imagen veneran lo mismo adictos a la droga que el intelectual
más brillante. Lo digo con todo respeto: el Che contribuyó
en mucho a la revolución, pero se fue. A partir de 1955 Ernesto
Guevara realizó considerables aportes, pero para ese momento ya
Fidel llevaba mucho trabajo adelantado. El Che participó
activamente en la construcción del movimiento, pero cuando se inició
el trabajo diario, tedioso, de institucionalizar la revolución,
se fue. En cambio Fidel se quedó con la parte laboriosa y aburrida
que finalmente dio por fruto la solidez actual del país.
-Si por alguna razón Castro se aleja de la política,
¿ocurriría un cambio grave en Cuba?
-No lo creo, porque la isla ya funciona en gran medida
a partir del trabajo de varios dirigentes, de manera destacada el canciller,
Felipe Pérez Roque, entre otros, a los que es necesario sumar al
Consejo de Ministros. Además existe el partido, que cohesiona ideológicamente
a los cubanos. Es verdad que Fidel está detrás de todo esto,
pero él procura que cada vez vayan apareciendo otras figuras a su
lado. Mi especulación es que Pérez Roque puede ser visto
como sucesor de Fidel. El canciller es un hombre joven, tiene cuando mucho
40 años, pero se apoya en su larga experiencia laboral. Hace muy
poco Pérez Roque pronunció un discurso que considero fundamental
para sustentar lo que digo porque por vez primera alude a la desaparición
de Fidel Castro y de esa generación de políticos. Hace más
tiempo, cuando el desmayo de Castro en la tribuna, de inmediato cruzaron
dos o tres palabras Lage y Pérez Roque, y este último es
quien se dirige a los escuchas en ese momento tan delicado. Vamos, no es
ningún secreto que él ha crecido como secretario privado
de Castro a lo largo de mucho tiempo.
-A diferencia de otros países de corte socialista,
¿la edad del actual canciller no sería un obstáculo,
desde este punto de vista?
-No lo sería porque los cubanos apuestan con frecuencia
por sus cuadros jóvenes. En caso de que no lo consideraran maduro,
hay otras opciones. Para sustituir a Fidel a favor del proyecto revolucionario,
si algo tiene Cuba son personas muy bien preparadas.
Inquebrantable unidad
-Esa posibilidad múltiple ¿generaría
a la isla algún inconveniente en la sucesión?
-No. Ni siquiera en la ex Unión Soviética
se dio en firme la lucha por el poder, pues las transiciones fueron siempre
relativamente suaves. Es cierto que afuera hay personas que bien podrían
esperar una lucha intestina, pero con los cubanos se dan dos condicionantes
que impiden la pelea interna: son muy unidos en cuanto a la idea de país
que tienen y no son suicidas. Saben que cualquier grieta en el sistema
los pone en peligro incluso de muerte. Agreguemos a esto la organización
del pueblo, que fortalece con sus semanales tribunas abiertas la actual
forma de organización política. No hay forma de lesionar
esa unidad.
''Por otra parte, tomemos en cuenta que los cubanos no
odian a los estadunidenses, pero saben que con ellos no hay que jugar porque
es muy evidente que de-sean captarlos de nuevo hacia su órbita económica
y social. Esto no lo desea nadie, ni siquiera la disidencia. Habrá
por ahí un porcentaje mínimo de personas que esperarían
la anexión, pero como país es algo impensable. Es más,
estoy seguro de que en los 15 o 20 años que me resten de existencia
no viviré para ver que Cuba caiga frente a Estados Unidos por problemas
de orden interno.''
-Resta descartar los factores externos, la medida extrema
de la guerra.
-Bueno, si a la Casa Blanca le impiden agredir a ciertos
países contrarios a su postura y ya no tiene manera de demostrar
su fuerza ante el mundo, seguramente se dirigiría contra Cuba. Sin
embargo, este es un peligro del cual son conscientes los cubanos y para
ello tienen medidas de defensa.
''Una invasión a Cuba costaría más
vidas que en casi cualquier otra parte del mundo; no se puede excluir,
pero la veo muy lejana.''