Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 13 de agosto de 2002
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Cultura
Autor de Revolucionario por amor, libro sobre el presidente de la isla

Con Castro y sin él, la revolución se mantendrá en Cuba: De Cházaro

El Che ayudó ''a construir el movimiento, pero se fue y no participó en su institucionalización''

La obra, resultado de varios años de investigación, será presentada el jueves en Casa Lamm

CESAR GÜEMES

Germanista, zoólogo, sicólogo, Ernesto Fidel de Cházaro, criado en Austria y con actual residencia en Suecia, suma a su larga lista de libros de estudios sociológicos el nuevo trabajo realizado a lo largo de varios años en Cuba: Revolucionario por amor, el pensamiento político de Fidel Castro, que da a conocer en México bajo el sello editorial Presente y Futuro, que será presentado este jueves a las 19 horas en Casa Lamm, con los comentarios de Angel Guerra, José Steinsleger y Sergio Rodríguez Lascano.

De Cházaro explica los motivos de su reciente volumen: ''Encontré en Cuba a la gente del todo identificada con su sistema político, algo que no se da en ningún país de Europa. He realizado varios viajes de estudio a la isla, al menos siete, a fin de recorrer con calma el país. El resultado ha sido el mismo. Digamos que soy seguidor del sistema cubano. Hoy es claro que aunque Fidel Castro lo niegue o no quiera reconocerlo, él es la revolución. Y aunque no me gusta mucho esto que voy a decir, afirmo que sin él no se habría dado el movimiento que ahora gobierna la isla. La obra revolucionaria es producto de su dirigencia".

Contra la idolatría por el Che

''Me he opuesto -matiza De Cházaro- a la idolatría por el Che Guevara, cuya imagen veneran lo mismo adictos a la droga que el intelectual más brillante. Lo digo con todo respeto: el Che contribuyó en mucho a la revolución, pero se fue. A partir de 1955 Ernesto Guevara realizó considerables aportes, pero para ese momento ya Fidel llevaba mucho trabajo adelantado. El Che participó activamente en la construcción del movimiento, pero cuando se inició el trabajo diario, tedioso, de institucionalizar la revolución, se fue. En cambio Fidel se quedó con la parte laboriosa y aburrida que finalmente dio por fruto la solidez actual del país.

-Si por alguna razón Castro se aleja de la política, ¿ocurriría un cambio grave en Cuba?

-No lo creo, porque la isla ya funciona en gran medida a partir del trabajo de varios dirigentes, de manera destacada el canciller, Felipe Pérez Roque, entre otros, a los que es necesario sumar al Consejo de Ministros. Además existe el partido, que cohesiona ideológicamente a los cubanos. Es verdad que Fidel está detrás de todo esto, pero él procura que cada vez vayan apareciendo otras figuras a su lado. Mi especulación es que Pérez Roque puede ser visto como sucesor de Fidel. El canciller es un hombre joven, tiene cuando mucho 40 años, pero se apoya en su larga experiencia laboral. Hace muy poco Pérez Roque pronunció un discurso que considero fundamental para sustentar lo que digo porque por vez primera alude a la desaparición de Fidel Castro y de esa generación de políticos. Hace más tiempo, cuando el desmayo de Castro en la tribuna, de inmediato cruzaron dos o tres palabras Lage y Pérez Roque, y este último es quien se dirige a los escuchas en ese momento tan delicado. Vamos, no es ningún secreto que él ha crecido como secretario privado de Castro a lo largo de mucho tiempo.

-A diferencia de otros países de corte socialista, ¿la edad del actual canciller no sería un obstáculo, desde este punto de vista?

-No lo sería porque los cubanos apuestan con frecuencia por sus cuadros jóvenes. En caso de que no lo consideraran maduro, hay otras opciones. Para sustituir a Fidel a favor del proyecto revolucionario, si algo tiene Cuba son personas muy bien preparadas.

Inquebrantable unidad

-Esa posibilidad múltiple ¿generaría a la isla algún inconveniente en la sucesión?

-No. Ni siquiera en la ex Unión Soviética se dio en firme la lucha por el poder, pues las transiciones fueron siempre relativamente suaves. Es cierto que afuera hay personas que bien podrían esperar una lucha intestina, pero con los cubanos se dan dos condicionantes que impiden la pelea interna: son muy unidos en cuanto a la idea de país que tienen y no son suicidas. Saben que cualquier grieta en el sistema los pone en peligro incluso de muerte. Agreguemos a esto la organización del pueblo, que fortalece con sus semanales tribunas abiertas la actual forma de organización política. No hay forma de lesionar esa unidad.

''Por otra parte, tomemos en cuenta que los cubanos no odian a los estadunidenses, pero saben que con ellos no hay que jugar porque es muy evidente que de-sean captarlos de nuevo hacia su órbita económica y social. Esto no lo desea nadie, ni siquiera la disidencia. Habrá por ahí un porcentaje mínimo de personas que esperarían la anexión, pero como país es algo impensable. Es más, estoy seguro de que en los 15 o 20 años que me resten de existencia no viviré para ver que Cuba caiga frente a Estados Unidos por problemas de orden interno.''

-Resta descartar los factores externos, la medida extrema de la guerra.

-Bueno, si a la Casa Blanca le impiden agredir a ciertos países contrarios a su postura y ya no tiene manera de demostrar su fuerza ante el mundo, seguramente se dirigiría contra Cuba. Sin embargo, este es un peligro del cual son conscientes los cubanos y para ello tienen medidas de defensa.

''Una invasión a Cuba costaría más vidas que en casi cualquier otra parte del mundo; no se puede excluir, pero la veo muy lejana.''

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