Rechaza proporcionar atención médica de urgencia a no asegurados
de la ciudad
Frena el IMSS negociación sobre adeudo de 5
mil millones al GDF
Pide López Obrador a Levy consulte con Fox o presente propuesta
a directiva del instituto
ELIA BALTAZAR
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se niega
a cancelar el aval económico que exige a los pacientes no asegurados
de la ciudad para ofrecerles atención médica de urgencia.
Esta posición detiene el avance de las negociaciones con el gobierno
capitalino sobre la deuda de más de 5 mil millones de pesos que
enfrenta la institución por el incumplimiento en el pago del impuesto
de 2 por ciento sobre nómina.
El
jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López
Obrador, incluso solicitó ayer que el director del IMSS, Santiago
Levy, consulte con el presidente Vicente Fox o someta a la opinión
del consejo directivo del instituto la propuesta presentada por las autoridades
locales, para ofrecer de manera gratuita la atención médica
de urgencia a los capitalinos no asegurados y el costo vaya con cargo a
su deuda con la hacienda pública local.
Dijo: "La decisión está en manos del director
del IMSS, porque él tiene la facultad. Pero desde luego cabe la
posibilidad de que lo consulte con el Presidente y se presente la propuesta
al consejo directivo", porque es justo hacerlo de manera gratuita.
Frente al retraso en la respuesta del IMSS a sus propuestas,
López Obrador advirtió que "no tiene caso que apliquen prácticas
dilatorias en el asunto del pago de la deuda, pues más temprano
que tarde habrá resolución de los tribunales y sostenemos
que nos asiste la razón".
Los motivos de la propuesta
Según cifras de la Secretaría de Salud del
Distrito Federal, en la ciudad de México existen al menos 4 millones
de habitantes no asegurados. Un estudio elaborado por esta instancia ofrece
argumentos suficientes para advertir la necesidad y la obligación
del gobierno federal de apoyar la atención médica para este
sector de la población.
En principio, advierte, el gobierno federal sólo
destina 2.6 por ciento del PIB a salud. Este presupuesto no sólo
es uno de los más bajos en términos globales en América
Latina, sino que está mal distribuido, pues apenas 0.74 por ciento
se destina a la gente que no cuenta con seguridad social y constituye 59
por ciento del total de la población en el país, y 1.86 por
ciento se orienta hacia las familias aseguradas, que significan 41 por
ciento de los mexicanos. Las proporciones son muy similares en la ciudad.
De acuerdo con estudios de las autoridades de salud del
DF, si se toma en cuenta que el IMSS destina 5 mil 500 pesos por cada familia
asegurada -aun cuando este costo sólo cubre gastos de operación
y no de infraestructura-, el déficit en el gasto federal en salud
para la población no asegurada es de 69 por ciento, lo que obligaría
a triplicar el presupuesto. En el caso del gasto de las entidades federativas
en este mismo rubro, el déficit alcanza 52 por ciento, que significaría
duplicar el presupuesto.
En las cifras federales en materia de salud se advierte
el rezago, pues actualmente el gasto federal promedio por familia es de
2 mil 232 pesos, donde la cantidad máxima es de 6 mil 435 pesos
y la mínima de mil 306. En los estados la situación es peor.
El gasto en materia de salud es, en promedio, de 427 pesos, donde el máximo
alcanza 2 mil 950 pesos y el mínimo nada. Es decir, cero pesos para
algunos habitantes.
En
el caso del Distrito Federal, sin embargo, aunque el gobierno federal destinó
sólo mil 553 pesos por familia, la cifra ascendió a 2 mil
950 pesos en el año 2001, lo que significó reducir 18 por
ciento el déficit en el gasto de salud en la ciudad.
Cabe señalar que de los mil 457 millones de pesos
de presupuesto para salud que recibió de la Federación el
año pasado el gobierno del DF -contra más de 4 mil millones
del GDF-, 88 por ciento se destinaron a cubrir la nómina de los
trabajadores de la Secretaría de Salud local, que se rigen por las
condiciones de trabajo federales.
En comparación, el estado de México recibe
de la Federación mil 748 pesos para cada familia, pero sólo
destina de su presupuesto 58 pesos para salud. Esto explica, de algún
modo, "la gran afluencia de mexiquenses a los servicios médicos
del GDF", indica el estudio.
En el caso de los servicios de urgencia, por ejemplo,
las autoridades capitalinas aseguran que 23 por ciento de los pacientes
provienen del estado de México y en algunos hospitales, dependiendo
de la zona, el porcentaje aumenta a 80 por ciento.
Por eso, apunta, "es urgente acordar con las entidades
federativas circunvecinas el establecimiento de mecanismos de compensación
para soportar económicamente los servicios prestados a su población
residente que acude a atenderse a esta ciudad".
Para la Secretaría de Salud del DF es apremiante
llevar adelante el sistema integral de urgencias médicas propuesto
al IMSS, para corregir los rezagos y mejorar la calidad del servicio, pues
se advierte que por la ausencia de un sistema adecuado de referencia y
contrarreferencia, 85 por ciento de los casos atendidos al menos en los
hospitales del gobierno capitalino "no son urgencias propiamente hablando,
sino consultas diferidas".