Opera en malas condiciones 65 por ciento de las clínicas familiares,
señala en informe
Admite el IMSS que no puede mejorar servicios
Propone establecer convenios de servicios médicos con otras instituciones
públicas
ANGELES CRUZ
El rezago tecnológico que padece el Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) le impide evitar enfermedades complejas, sus complicaciones
e incluso muertes prematuras de sus derechohabientes. En lo inmediato,
y sólo para garantizar la adecuada prestación del servicio
médico a quien lo requiera, necesita sustituir 105 mil 724 equipos,
lo que implica un gasto superior a 5 mil 600 millones de pesos, aunque
este año no dispone de presupuesto para este rubro.
Ante esta problemática, el IMSS plantea como alternativa
el establecimiento de acuerdos con otras instituciones públicas
de salud y la subrogación de servicios. Admite que por el castigo
presupuestal al que ha sido sometido y la falta de previsión financiera
que lo llevó a la descapitalización, está imposibilitado
para mejorar los servicios.
El informe sobre la situación financiera y los
riesgos del IMSS da cuenta de la obsolescencia del equipo médico,
las malas condiciones en que opera 65 por ciento de las clínicas
familiares, así como la existencia de menos de una cama de hospital
y apenas 0.4 consultorios para cada mil derechohabientes.
El instituto admite que está rezagado con respecto
a la evolución de la medicina. Así, aunque ya existe tecnología
diagnóstica y terapéutica de avanzada para, por ejemplo,
el estudio de diferentes tipos de cáncer y el manejo de otras enfermedades
complejas, no puede adquirirla.
Otro frente que debe resolver el órgano de seguridad
social más importante del país es el déficit de infraestructura.
Para estar en condiciones de satisfacer la creciente demanda de servicios,
el IMSS tendría que incorporar en los próximos cuatro años
al menos 7 mil camas y 2 mil 500 consultorios adicionales.
Debido a la crisis financiera, a la fecha existen 13 obras
inconclusas, así como siete clínicas y seis hospitales que
no han empezado a operar por falta de recursos para contratar al personal
médico y administrativo.
La demora en la apertura de los servicios de estas unidades,
explica el reporte, impide la incorporación inmediata de 170 consultorios
y un mil 40 camas hospitalarias. Resalta que de mantenerse el crecimiento
anual de la población usuaria de 2.24 por ciento en la última
década, para el año 2006 el instituto tendrá casi
35 millones de usuarios.
Alternativa
Una alternativa para mitigar la problemática son
los acuerdos de atención con otras instituciones públicas,
que permitiría aprovechar la infraestructura del sector salud. Esta
alternativa es posible debido a las reformas a la Ley del Seguro Social
aprobadas en diciembre pasado, señala el texto.
Para la institución, este asunto reviste la mayor
importancia por el creciente aumento de la demanda de servicios. La población
derechohabiente y la usuaria se incrementaron en más de tres veces,
al pasar de 14.3 millones en 1974 a 45.8 millones en 2001, y de 10.6 a
30.9 millones, respectivamente. En el mismo periodo el número de
consultorios apenas se duplicó y se agregaron 5 mil 500 camas hospitalarias;
es decir, sólo 25 por ciento más.
A pesar de las estrategias encaminadas a la racionalización
y optimización de la infraestructura, como la cirugía y diálisis
ambulatorias, puerperio de bajo riesgo, cirugía endoscópica
y algunos otros procedimientos invasivos y no invasivos que permiten el
manejo del paciente sin requerimiento de la cama de hospital, la institución
mantiene un rezago importante.
Lo deseable sería que hubiera al menos 1.07 camas
por cada mil derechohabientes, pero únicamente se cuenta con 0.95.
En cuanto a los consultorios, el índice pasó de 0.6 a 0.4
por ciento en los últimos 30 años.
Según el informe, la insuficiencia en la infraestructura
se traduce en la saturación de los servicios, diferimiento en la
atención, tiempos prolongados de espera, mala imagen e inconformidad
de la población.
El apartado relativo al estado que guardan las unidades
médicas menciona que únicamente 35 por ciento de las unidades
de primer nivel, dos de cada tres hospitales de tercer nivel y dos de cinco
hospitales de segundo nivel mantienen el inmueble, las instalaciones y
su equipo en buenas condiciones.
Con relación al equipamiento, el informe que el
instituto entregó la semana pasada al Congreso de la Unión
y al presidente Vicente Fox resalta que, "en términos generales,
es antiguo". Al menos uno de cada cinco de los equipos relevantes (los
más complejos, los de mayor costo de adquisición o de operación,
así como los esenciales para programas prioritarios) para la atención
médica tiene más de 15 años.
A partir del análisis de una muestra representativa
de todo el equipo con que cuenta el IMSS, uno de cada cuatro aparatos de
imagenología y de laboratorio tiene más de 15 años,
así como dos de cada 10 equipos relevantes de especialidades y de
mecánica de fluidos.
En el transcurso de 2002 se destinarán 16.5 millones
de pesos para la instalación de 113 equipos. Dentro del programa
de inversión se incluyeron 14 obras mayores, con un costo de 44
millones de pesos, en beneficio de 117 unidades de medicina familiar y
48 hospitales. Nada más.
Más adelante, el texto detalla que en los tres
niveles de atención se requiere la sustitución de 105 mil
724 equipos médicos, que implicaría un gasto superior a 5
mil 600 millones de pesos. Explica que este requipamiento es indispensable
para proveer servicios adecuados a los derechohabientes.
Permitiría, por ejemplo, evitar que cuatro de cada
10 pacientes permanezcan más de ocho horas en urgencias de los hospitales
por insuficiencia de equipos de rayos X, imagenología y laboratorio
clínico, como sucede actualmente. Se disminuirían las listas
de espera de consultas de primera vez en gineco-obstetricia, medicina interna
y oftalmología, que hoy en día suman aproximadamente 80 mil
derechohabientes.
Además, con la adquisición de equipo para
la realización de pruebas de diagnóstico se podrían
evitar muertes prematuras, a la vez que representaría un ahorro
importante para la institución. Al privilegiar la atención
preventiva se evitaría la hospitalización y rehabilitación.
El informe refiere el caso de los mastógrafos, cuyo empleo ha permitido
disminuir la mortalidad por cáncer de mama en 15 por ciento en Estados
Unidos entre 1985 y 1998, cuando se aumentó de 27 a 70 por ciento
el número de mujeres mayores de 50 años con una mastografía
en un periodo de dos años.
En México esta enfermedad es la segunda causa de
muerte por cáncer entre mujeres. Al año ocasiona el deceso
de más de tres mil personas de ese sexo.
De acuerdo con el análisis sobre la situación
de las instalaciones y equipo del IMSS, el rezago con respecto a la evolución
de la medicina se traduce en la carencia de un equipo de radiocirugía
estereotáxica para el tratamiento no invasivo de tumores encefálicos
benignos y malignos, malformaciones arteriovenosas y trastornos cerebrales
funcionales, como epilepsia, Parkinson y neuralgia del trigémino.
Tampoco está disponible en el IMSS la tomografía
por emisión de positrones (PET, que sí tiene la UNAM), para
el estudio con radioisótopos de vida corta del funcionamiento cerebral
y cardiovascular, así como para el estudio de diferentes tipos de
cáncer y la úbicación de metástasis a distancia.
Subraya la necesidad de planear la instalación
de una unidad de alta especialidad en medicina genómica, aplicable
para el diagnóstico y manejo de males como el cáncer de mama,
ovario, próstata o colon, la diabetes, el asma o la enfermedad de
Alzheimer.
El estudio propone que algunos de los problemas de obsolescencia
de equipos se pueden "resolver por medio de la contratación de servicios
integrales. En el caso de estudios de laboratorio o imagen se pueden pagar
por prueba por conducto de contratos de servicio".
Además, indica, se pueden establecer convenios
y contratos de prestación de servicios médicos con instituciones
estatales de salud o con otros organismos públicos, como el ISSSTE.
Concluye que aun cuando estas estrategias contribuirían
a resolver el problema de equipamiento, no será suficiente. Deberán
atenderse las necesidades de inversión, pues de no hacerlo se perjudicaría
aún más la calidad de la atención médica que
se brinda a los derechohabientes.