El ex director del organismo recomienda que éste no descuide sus tareas culturales
Imposible disociar los teatros del IMSS de la seguridad social, expresa García Sáinz
La sociedad, clave en el rescate de esos espacios, dice en mesa de análisis de la institución
CARLOS PAUL
En el proceso de reorganización financiera por el que atraviesa el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) "es necesario también reordenar sus tareas, pues se debe buscar que la seguridad social atienda las más sustantivas", consideró Ricardo García Sáinz, ex director del organismo.
La historia política y financiera de la institución -marcada por la caída del valor real de los salarios, la disminución en la generación de empleos, el incremento en las expectativas de vida y la sustitución del sistema solidario de pensiones por el de ahorro individual, entre otros elementos- sirve al ex funcionario para argumentar que en el contexto de ese reordenamiento de tareas, "los teatros del IMSS deben ser reubicados administrativamente y entregados intactos a la sociedad".
Este diario informó del rechazo del sector privado a la posibilidad de aumentar las cuotas obrero-patronales como alternativa para hacer frente a la crisis financiera del IMSS, así como de la solicitud de usuarios de los centros deportivos y recreativos del instituto al Congreso para que éste revierta el incremento en las cuotas de esos centros, "en promedio de 900 a mil 600 por ciento" (La Jornada, 5 de julio de 2002).
No se puede disociar el desarrollo histórico y financiero de la seguridad social de nuestro país con la construcción, el desarrollo y el futuro de los espacios teatrales, expresó García Sáinz.
El IMSS -señaló el ex funcionario en el contexto de las mesas de análisis sobre el programa Teatros para la Comunidad Teatral- inicia de manera legal sus funciones en 1943, cuando se nombra director a Vicente Santos Guajardo, "año en el que el instituto quedó inmovilizado por las presiones de los sectores obrero y empresarial. La tesis patronal era que primero había que reunir dinero suficiente, y con el rendimiento de ese capital empezar a proporcionar los servicios.
"Frente a ese problema, se designa en 1944 a Ignacio García Téllez, considerado el verdadero creador de la seguridad social en México."
Corrupción inmensa
"Al cambio del sexenio se nombra director a Antonio Díaz Lombardo. Epoca negra de la seguridad social, pues no se hizo prácticamente nada, los márgenes de corrupción y desviación de recursos alcanzaron niveles inmensos. Luego se designa al frente del IMSS a Antonio Ortiz Mena, cuyo mérito fue lograr extender el proyecto de manera gradual por toda la República."
Años después "el presidente Adolfo López Mateos nombra a Benito Coquet, quien da una dimensión inmensa al instituto, al impulsar el concepto de bienestar social integral. Coquet se lanza a la construcción de clínicas con mármoles, impulsa un inmenso proyecto de unidades habitacionales, de centros de recreo (...) y dentro de ese proyecto se construye también la infraestructura teatral.
"El pecado en que incurrió Coquet es que dentro de esa visión gigantesca de la seguridad social fue más allá de las posibilidades financieras. Al término de su ejercicio, en 1964, con el teatro en esplendor, resultó que había grandes pasivos e insuficiencia de recursos, así como riesgos en el equilibrio financiero del Seguro Social.
"Cuando llega al poder Gustavo Díaz Ordaz es designado Sealtiel L. Alatriste, quien -dice García Sáinz- comete el grave error de creer que la solución al problema heredado era frenar todas las actividades, en un país que estaba en pleno proceso de crecimiento en la generación de empleos.
"En ese contexto los teatros se convierten en simples espacios donde se entregaban premios de distintas escuelas. No se realiza ni una inversión más (...) En ese época a mí me toca ser designado subdirector del IMSS (1966-76) y me quedo como responsable de la parte administrativa de los teatros.
"No se pudo regresar a la concepción del gran apoyo, ni a ser el detonador de las actividades teatrales que se tuvo en la época de Benito Coquet -reconoce García Sáinz-. Las resistencias sociales se habían construido de tal tamaño que eso ya no era alcanzable. Entonces nos dedicamos ha hablar con los grupos teatrales más organizados, no me atrevo a decir que eran empresas, y abrimos los teatros sin restricciones a las puestas en escena; se les dio sin ningún costo el arrendamiento y se pagaba con cargo a los intercambios, la cartelera teatral.
"Sin embargo, en ese mismo periodo empezaron a aparecer síntomas de deterioro en las finanzas de la institución, sobre todo por la contención al valor real de los salarios que se había establecido en la ley.
"En esas condiciones entregó Morones Prieto la administración. La formula establecida para los teatros se desarrolló sin mayores cambios durante casi dos décadas, aunque la situación del IMSS continuó deteriorándose.
Grandes mentiras de Zedillo
"En 1995 se hace un diagnóstico en el que se reconoce la insuficiencia de la cuotas y se decide unilateralmente y sin mayores bases que el sistema solidario de pensiones debía ser sustituido por el sistema del ahorro individual. Esto por sí solo sería motivo de una conferencia.
"Ese año se hace una reforma a la ley, a partir de grandes mentiras de Ernesto Zedillo, una de ellas era que esa reforma le restituiría al Seguro Social su capacidad económica para hacerle frente a sus compromisos, lo cual fue falso.
"Eso determinó que en el proceso administrativo se tomaran una serie de medidas para liberarse de algo que se empezó a entender como carga, y así empezamos a vender las unidades habitacionales, yo participe en eso. La razón es que incurrimos en un error fundamental, los recursos excedentes, los que no eran inmediatamente necesarios, sino que constituían el fondo de reservas de las pensiones, fueron invertidos en bienes inmuebles, en activos fijos, pero no se tuvo el cuidado de que éstos tuvieran el rendimiento adecuado.
"Llegó un momento en que las unidades habitacionales Independencia, Legaria, Santa Fe fueron literalmente regaladas a sus ocupantes, porque resultaba ya menos onerosa la entrega de las unidades que seguirlas manteniendo.
"Si consideramos las razones históricas antes expuestas, que la expectativa de vida es 20 años más que antes, lo que quiere decir que el tiempo de disfrute de las pensiones es 20 años más, y que existe una disminución en las cuotas dependientes de los salarios, pienso que hay que rehacer el concepto de seguridad social."
En la actual restructuración financiera por la que atraviesa el IMSS, agrega García Sáinz, "debe buscarse que la seguridad social atienda las tareas sustantivas, como es la medicina preventiva, el fomento a la salud, la curación médica y el uso y disfrute de pensiones dignas.
"Si esta consideración es cierta, desde mi punto de vista los teatros deben ser reubicados administrativamente, nunca cerrados ni destruidos, nunca manipulados en intentos de soluciones parciales. En esta restructuración de la seguridad social debe preservarse el esfuerzo cultural que representaron los teatros y entregarlos de manera ordenada a la sociedad o a grupos organizados vinculados al teatro o a empresas no comerciales que fomenten una calidad teatral. Los teatros del IMSS deben ser entregados intactos para que puedan seguir vigentes como una gran aportación a la cultura."