Lamenta que congelaran la iniciativa de sociedad
en convivencia
Señora directora: Nuevamente fuimos testigos
de los grandes circos que acostumbran montar nuestros diputados. Ahora
tocó que el circo se montara en la Asamblea Legislativa y que su
principal protagonista fuera un diputado sin palabra, con un doble discurso
y al parecer, con una doble moral. El diputado Solis Peón, de todos
conocido por sus visitas a los table dance, y por su sobrenombre
Pancho cachondo, dijo hasta el cansancio, antes de la discusión
de la iniciativa de sociedad en convivencia, que él votaría
a favor de la ley, sin importarle la línea de su partido, y señaló
que incluso podría ser objeto de expulsión, pero que ello
no importaba ya que estaba convencido de que la ley contaba con todos los
elementos necesarios para ser aprobada. Dicho diputado fue integrante,
incluso, en una mesa de debate en la Semana Cultural Lésbico-Gay,
donde presentó una ponencia de muy baja calidad y donde señaló
que el tenía muchos amigos homosexualex, y que frecuentaba lugares
de ambiente gay, donde había colocado carteles que tendían
a evitar la discriminación en dichos lugares. Qué pena da
que uno de los poderes que rigen esta ciudad lo integren diputados de esta
calidad que carecen de toda palabra, credibilidad, honestidad, que acostumbran
siempre un doble discurso y arraigados en una doble moral. Qué pena
que existan políticos como Solis Peón o como Diego Fernández
de Cevallos, que acostumbran mofarse de los grupos que requieren ser reconocidos
por la ley. Buen intento diputado Solis Peón de tratar de hacerse
el héroe, el protagonista que gusta salir en todos los diarios,
y que generalmente lo logra, pero no porque sea un diputado distinguido,
sino porque logra distinguirse de los demás.
Una vez más también fuimos testigos de ese
amor un tanto más ilegal, más inmoral, más sucio,
más descarado, más fuera de los principios de la Iglesia
de lo que ellos señalan se puede dar en una sociedad de convivencia,
entre el PRI y el PAN. Bravo, volvieron a triunfar en perjuicio de nuestra
ciudad, de nuestro avance, de nuestra democracia, de nuestras necesidades,
volvieron a demostrar que las duplas históricas de Caín y
Abel, Batman y Robin no son tan fuertes como la de ustedes.
Qué lastima que la iniciativa de sociedad en convivencia
fue modificada en comisiones, en donde se propuso desaparecer la posibilidad
de que una sociedad pudiera constituirse por varias personas, porque creo
que de haberse aprobado tal cual, el PRI y el PAN hubieran podido legalizar
su relación que hasta ahora está al margen de la ley y que,
sin embargo, la Iglesia no ve del todo mal, como sí vio la posibilidad
de crear una sociedad de convivencia, no será que en esa pareja,
¿la Iglesia es el tercero?.
Nuevamente triunfó la derecha en nuestro país,
¿por cuánto tiempo más? Ojalá que por poco
tiempo por el bien de nuestro país y de las generaciones venideras.
Héctor Arteaga Montes
Marta Lamas se deslinda de afirmaciones
Señora directora: Mucho me sorprendió
leer el viernes 5 de julio, en la página 39 del diario que dirige,
unas declaraciones que supuestamente yo hice en relación con la
votación en la Asamblea Legislativa respecto a la ley de sociedad
en convivencia. Aunque apoyo la iniciativa, no he dado ninguna declaración
y no me reconozco en las apreciaciones que se publican bajo mi nombre.
Supongo que se trata de una confusión, tal vez con mi casi homónima
Marta de la Lama, quien sí estuvo presente en esa sesión
de la asamblea. Te agradecería que los reporteros que firman la
nota aclararan si mi hipótesis de la confusión es cierta
o si ya me inicié en el duro camino del Alzheimer.
Marta Lamas
Exige justicia en el caso de su hijo preso en BC
Señora directora: La presente misiva es
para exigir justicia a las autoridades correspondientes y pedir la intervención
expedita de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así
como de organismos civiles humanitarios en el caso de mi hijo Sergio Alvarado
Peña, quien se encuentra detenido injustamente en el Cereso de La
Mesa, en Tijuana, Baja California, y cuya vida se encuentran en grave peligro.
Sergio sufrió un accidente automovilístico el 29 de diciembre
de 2001 en la carretera a Playas de Tijuana. En circunstancias que no han
sido del todo esclarecidas, el vehículo en el que viajaba mi hijo
y otro automóvil cayeron en un barranco. Cuatro personas murieron.
El conductor del auto en el que viajaba Sergio se dio a la fuga. Mi hijo
sobrevivió al percance pero tuvo severas lesiones en la columna
vertebral que le provocaron parálisis permanente de la cintura para
abajo.
Sergio fue detenido bajo los cargos de homicidio imprudencial,
a pesar de que él no conducía el vehículo. Luego de
ser atendido en un hospital fue trasladado a la enfermería del Cereso
de La Mesa. En espera de que le dicten sentencia por un crimen que no cometió,
mi hijo se encuentra en condiciones completamente insalubres y sin la atención
médica adecuada. En una reducida celda, además de Sergio
están otros reos enfermos de tuberculosis, hepatitis y VIH. Mi nuera
y yo hemos sido prácticamente también encarcelados, ya que
día y noche estamos a su lado para hacerle sus terapias, darle sus
medicamentos, alimentarlo y asearlo. Mi hijo se encuentra las 24 horas
del día acostado en una cama de piedra, casi sin movimiento y con
una sonda de Foley, por medio de la cual puede orinar.
A pesar de que el mismo jefe de la enfermería del
Cereso, un doctor de apellido Naranjo, ha reconocido que Sergio no puede
permanecer encarcelado por su delicado estado de salud, el juez octavo
de lo penal en Tijuana, Jaime Galindo Hernández, ha ignorado nuestras
peticiones para que mi hijo pueda ser trasladado a un hospital.
Al agravarse su salud (pues tiene riesgo de contraer peritonitis,
además de que padece insoportables dolores de abdomen, anemia, atrofia
de músculos, tiene bajas sus defensas, y sufre una fuerte infección
en las vías urinarias), Sergio fue llevado de urgencia al hospital
del Seguro Social número 20, en donde se le practicó una
operación en el vientre.
Ahora su vida corre peligro. Además de las irregularidades
en el proceso contra mi hijo (como la presentación de testigos falsos
por la parte acusadora y un peritaje mal realizado), mi familia y yo vivimos
una pesadilla por la intransigencia de las autoridades judiciales y la
falta de ayuda de los organismos oficiales de derechos humanos. Lo único
que pedimos es que a Sergio se le trate con dignidad y se le realice un
juicio apegado a derecho, aunque estamos seguros de su completa inocencia.
Hasta el momento las autoridades no han demostrado lo contrario.
Hacemos un llamado a las instancias federales y organismos
de la sociedad civil para que nos ayuden. Esperamos su apoyo en los teléfonos
01-66-46-20-90-57 en Tijuana, y 55-87-18-57 en la ciudad de México.
Blanca Estela Peña Corpus
La Condusef ofrece mediar entre GNP y Rodríguez
Araujo
Señora directora: Con motivo de mi artículo
Grupo Nacional Provincial no paga, publicado el jueves pasado, me
habló el señor Alfredo Nolasco, director de Comunicación
Social de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa
de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Al día siguiente
me habló el vicepresidente jurídico de la misma comisión,
Rodolfo Duarte Rivas. Ambos me expresaron su preocupación por mi
caso ante el GNP y su interés por intervenir como mediadores entre
las partes o lograr una revisión del expediente en conflicto. El
GNP, en cambio, se ha instalado en la soberbia típica de las empresas
que creen que todo lo pueden y, desde luego, me ha ignorado, como seguramente
ignora a otros asegurados que reclaman una actitud ética y honesta
de esta empresa de seguros. ¿Quienes hemos sido víctimas
de la arbitrariedad de las aseguradoras, y en particular de GNP, estamos
destinados a perder? ¿Tendríamos que formar un grupo de presión
y, dado el caso, un movimiento para que se nos haga caso y se rectifiquen
sus dictámenes? ¿No hay leyes y tribunales para estos casos?
Octavio Rodríguez Araujo