Comenzó la temporada de danza española
en el Centro Cultural del Bosque
Patricia Linares invoca el flamenco como protesta social
ANASELLA ACOSTA NIETO
Un programa de flamenco tradicional y contemporáneo
se presenta durante la temporada de danza española que el jueves
comenzó con la participación de Patricia Linares y su Compañía
de Baile Flamenco.
Linares
estrenó Bolero y Garrotín, cuyas presentaciones continúan
este sábado a las 19 horas y mañana a las 18 en el Teatro
de la Danza del Centro Cultural de Bosque (atrás del Auditorio Nacional).
La bailadora afirma que los ritmos dramáticos del
flamenco le han permitido protestar por la extrema pobreza, la desaparición
de los bosques y los animales. En esta ocasión su propuesta coreográfica
está basada en la idea de la creación de un planeta nuevo
y la exploración de las cualidades que éste podría
tener.
La temporada continuará con las presentaciones
de María Elena Anaya, del 11 al 14 de julio; la Compañía
de Danza Flamenca de Mercedes Amaya, del 18 al 21; María Antonieta
La Morris, del 25 al 28, y Caña y Candela Pura del 1 al 4
de agosto en esa sede y en los mismos horarios.
Génesis y evolución multicultural
Patricia Linares y Mercedes Amaya coinciden en que el
flamenco es un baile que conjuga todas las emociones humanas, pues parte
de una fuerza interior. ''Puedes llorar, reír, enamorar, asustar",
dice Amaya.
El origen y la evolución de este baile es multicultural,
parte del siglo XVI y abarca la esclavitud de la población negra
subsahariana, la presencia de la población árabe en tierra
española, la expulsión de los moros, la hospitalidad de los
gitanos para con los perseguidos y la colonización de América.
Linares manifiesta que el flamenco, nacido en Andalucía,
''al principio surgió como un lamento y una protesta", que después
se fundió con el folclor para dar lugar al género tradicional.
Mercedes, sobrina de la bailadora Carmen Amaya, subraya
el origen incierto de este baile, pero destaca la participación
de los gitanos, grupo errabundo que acogió a esclavos y moros, y
con éstos a sus respectivas manifestaciones culturales.
Género bien recibido en México
En los años 50 aparecen los tablaos y con
éstos se impone una nueva escuela de cante, toque y baile.
La fuerza de los pies y el brío del movimiento son cualidades que
sobresalen en los bailadores de flamenco, de los cuales la española
Manuela Carrasco dio ejemplo sin igual en la década de los 70. Ahora
destacan propuestas innovadoras, como las de los españoles Antonio
Canales, Javier Barón, Carmen Cortés y Javier Latorre.
En México, expresa Mercedes Amaya -quien ha trabajado
al lado de Antonio Canales-, el flamenco es bien recibido por las personas
y hay mucho talento; el problema son las instituciones, que apuestan poco
por los artistas. ''Es un crimen que vayas al extranjero, lleves el nombre
de México en alto y se te respete, pero llegues a tu tierra y nadie
te apoyen".