Plantea el estudio de sucesos actuales, no sólo pasados
El Manifiesto de Historia a Debate fue presentado en Filosofía y Letras
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
El Manifiesto de Historia a Debate se presentó ayer en la Facultad de Filosofía y Letras, junto con los tres volúmenes de las actas del segundo Congreso de Historia a Debate, realizado en 1999 en Santiago de Compostela, España, que reunió a historiadores de los cinco continentes, como en 1993 (La Jornada, 5 de julio de 2002).
La publicación en Internet del manifiesto fue el pasado 11 de septiembre, y desde entonces lo han suscrito 400 historiadores de todo el mundo, entre ellos 60 mexicanos.
Las tesis del documento "abrazan planteamientos ontológicos, éticos, epistemiológicos y metodológicos de la historia como la superación del objetivismo-positivismo y del subjetivismo posmoderno, considerando que es el historiador quien construye el objeto de estudio acorde con las influencias que recibe del entorno en que actúa y del momento en que vive", señaló el historiador Boris Berenzon durante la presentación del manifiesto, a la que asistieron sus colegas Antonio García de León, Guillermo Turner y Norma de los Ríos.
El maestro Enrique Florescano, mediante una carta, indicó que el movimiento Historia a Debate, que comenzó en 1993 por iniciativa del historiador español Carlos Barros, "inaugura la discusión sobre las nuevas perspectivas de la investigación histórica en Hispanoamérica y el mundo".
Al respecto, el manifiesto indica en su parte final que en Historia a Debate "queremos cambiar la historia que se escribe y coadyuvar a cambiar la historia humana", y precisa que las propuestas son modificables.
Los 18 planteamientos del manifiesto son: Ciencia con sujeto, Nueva erudición, Recuperar la innovación, Interdisciplina, Contra la fragmentación, Tarea historiográfica, Historiografía global, Autonomía del historiador, Reconocer tendencias, Herencia recibida, Historiografía digital, Relevo generacional, Teoría pensada, Fines de la historia, Reivindicar la historia, Compromiso, Presente y futuro y Nuevo paradigma.
Berenzon destacó que el manifiesto "significa un primer recuento crítico que pone en la balanza las distorsiones y aciertos del quehacer histórico en el pasado, así como sus potencialidades al inicio del milenio", mientras García de León declaró que los apartados del texto "resumen los temores y desasosiegos entre los historiadores". Para Norma de los Ríos "sólo en esa relación indisoluble entre pasado, presente y futuro se puede garantizar la historicidad de nuestra reflexión, de nuestro trabajo histórico".
Por otra parte, en los tres volúmenes de las actas del segundo Congreso de Historia a Debate, que se realizó en julio del año pasado, se reunieron 79 ponencias e intervenciones orales que se presentaron en las 19 mesas redondas. Los volúmenes llevan por título Cambio de siglo, Nuevos paradigmas y Problemas de historiografía.