Evo Morales, en alza
Virtual triple empate en los comicios bolivianos
AFP
La Paz, 4 de julio. El ex presidente Gonzalo Sánchez
de Lozada, el ex militar Manfred Reyes Villa y el indígena cocalero
Evo Mo-rales, empatados en el escrutinio de los su-fragios emitidos el
domingo, esperaban el recuento de los últimos votos, que definirán
a los dos candidatos que disputarán la presidencia de Bolivia en
el Congreso.
Los
tres disputan ahora palmo a palmo 257 mil 733 votos (8 por ciento), procedentes
en su mayoría del campo, donde Morales se hace más fuerte
a medida que transcurre el "infartante recuento" de sufragios.
Computadas 92 por ciento de las mesas por la Corte Nacional
Electoral, Sánchez de Lozada recibe 22.27 por ciento (581 mil 568)
de los votos, Reyes Villa 21.50 (561 mil 447) y Morales 20.82 (543 mil
666), escrutados 2 millones 802 mil 14 sufragios en 18 mil 413 de las 19
mil 995 mesas electorales.
La estrecha diferencia entre Sánchez de Lozada
y Reyes Villa es de 20 mil 121 votos, y de éste con Morales de 17
mil 801. Se sitúan más abajo el ex presidente Jaime Paz Zamora,
con 16.28 por ciento, y el líder de los indígenas aymarás,
Felipe Quispe, con 5.9 por ciento de los sufragios.
Si Morales se inserta en la lucha congresal, será
la primera vez que un candidato de la izquierda de extracción campesina
gana el derecho a disputar la presidencia en una instancia parlamentaria
hegemonizada des-de 1825 (cuando se creó la república) por
la derecha o fuerzas progresistas citadinas.
En las puertas de la embajada de Estados Unidos, adonde
fue invitado a las conmemoraciones de la efeméride nacional, Paz
Zamora denunció que una supuesta conspiración entre Morales,
Sánchez de Lozada y Washington perjudicó su candidatura.
El líder socialdemócrata se refería
a una declaración del embajador estadunidense, Manuel Rocha, quien
advirtió al electorado, antes de los comicios, que su país
suspendería la cooperación si apoyaba "a los que quieren
que Bolivia vuelva a ser un exportador de cocaína importante".
La Constitución boliviana establece que, de no
accederse a una mayoría absoluta (50 por ciento más uno de
los sufragios), el Congreso debe elegir al mandatario entre los dos candidatos
más votados.