Suma 32 goles en 61 partidos internacionales
Rivaldo, ante la oportunidad de brillar más
REUTERS
Tokio, 27 de junio. La final de la Copa que disputarán
Alemania y Brasil ofrece a Rivaldo la oportunidad de convencer a sus detractores
que merece un lugar entre los grandes del balompié brasileño.
Nacido
en la pobreza de Recife (noroeste de Brasil), Rivaldo tuvo una dura infancia
vendiendo souvenirs a los turistas, además de que jugaba
futbol en la playa cuando los visitantes ya se habían ido.
La muerte de su padre, cuando él tenía 16
años, lo alentó a esforzarse por hacer realidad el sueño
de su familia de ser un jugador profesional.
"Nadie creía en mí entonces", dijo el seleccionado
brasileño, quien aseguró que "ellos decían que otros
podían ser estrellas, pero nunca dejé que me vencieran."
Alto, desgarbado mediocampista que apoya su habilidad
en el pie izquierdo, debió luchar para convencer al público
brasileño, pese a la nada despreciable marca de 50 goles en 86 partidos
para el club San Pablo, en un lapso de dos años.
Después de ayudar a la verdeamarelha a ganar
el campeonato juvenil de 1993, hizo su debut internacional ese mismo año,
pero no le alcanzó para convencer al técnico Carlos Alberto
Parreira de incluirlo en el plantel que logró el título mundial
en EU 94.
Integró el equipo eliminado en semifinales de los
Juegos Olímpicos de Atlanta 96, previo a su traslado al Deportivo
La Coruña, también duramente criticado.
De repente fue apreciado. Los 21 goles en 41 partidos
y su gran esfuerzo le abrieron puertas mediante transferencia millonaria
al Barcelona.
"Luiz Felipe Scolari tuvo mucha fe en mí", comentó
el futbolista al asegurar que "la gente criticaba mi juego, pero él
me dijo que mi lugar estaba asegurado y que no debía preocuparme
por las opiniones adversas."
Rivaldo suma 32 goles en 61 partidos internacionales.