Oliver Kahn
Es el partido de nuestra vida
AFP Y DPA
Seul, 27 de junio. Mientras el capitán y arquero de la selección alemana, Oliver Kahn, opinó que para vencer a Brasil "cada jugador deberá hacer el mejor partido de su vida", el técnico Rudi Voeller reflexionaba sobre cómo reforzar la defensa, por temor a los contragolpes de los habilidosos brasileños encabezados por la Triple R: Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho.
A tres días de lo que Kahn definió como una "final de locura" entre las naciones más exitosas del mundo en futbol, el seleccionador alemán admira, casi con envidia, las posibilidades de su colega Luiz Felipe Scolari:
"Los brasileños podrían enviar prácticamente un segundo equipo de 23 hombres, si se cuenta a la gente de clase que dejaron en casa, sólo en la Bundesliga", dijo.
Voeller estudia todavía la manera de cubrir la labor del centrocampista Michael Ballack, suspendido por acumulación de tarjetas el pasado martes en la semifinal frente a Corea del Sur.
Sin embargo, el asistente Michael Skibbe reveló que Jens Jeremier, del Bayern Munich, podría tomar el puesto, aunque "será difícil sustituir a Ballack pues ha sido el artífice del éxito del equipo desde hace al menos dos años".
Skibbe alerta sobre el contragolpe
Skibbe, quien espió la semifinal Brasil-Turquía, constató que la verdeamarelha "pueden rápidamente pasar de la defensa al ataque, así que debemos poner atención para que no nos sorprendan en el contragolpe".
Oliver Kahn, del Bayer Munich y una de las figuras del Mundial, fue decisivo para que su equipo llegara a la séptima final y la primera que disputará con Brasil en 72 años de historia de la justa.
El arquero alemán, que en el torneo sólo ha recibido un goldijo tener el presentimiento "de que seremos campeones.
"Brasil probablemente tiene el mejor equipo del mundo en términos individuales, con futbolistas excepcionales en cada posición, pero el equipo con los jugadores más dotados técnicamente no siempre es el que gana, y las finales suelen definirse por cosas pequeñas; a veces por suerte."
Y mientras la escuadra teutona cerraba su preparación en Seúl y daba la última conferencia antes de viajar a Yokohama, sede del partido donde entrenarán a puertas cerradas, en Alemania las agencias de viajes vivían un estado febril.
Al tiempo que trataban de negociarse entradas al estadio, algunas aerolíneas fletaron vuelos adicionales que se agotaron en instantes, pese a los altos precios de los paquetes con una noche de habitación doble, que rondan en 2 mil 200 dólares por persona.