ASTILLERO

Julio Hernández López

SEMANAS ANTES DE las elecciones presidenciales de 2000, el espacio cibernético era cruzado por correos electrónicos enviados por brigadas foxistas que así trataban de reforzar en los votantes con Internet la convicción de que el paraíso estaba al alcance de la mano con sólo cruzar una boleta electoral a favor de la Alianza por el Cambio. Uno de aquellos envíos (al estilo de El bulto, aquella famosa película de Gabriel Retes en la que Lauro, un hombre caído en coma en 1971, despertaba dos décadas después) narraba cómo una persona, luego de estar largos años fuera de todo conocimiento terreno, llegaba a su natal ciudad de México, tomaba un taxi y, por el camino y mediante la plática del conductor, se iba enterando de los grandiosos cambios habidos en ese país que ahora era de primer mundo, lleno de rascacielos y torres ejecutivas, sin limosneros ni tragafuego en las esquinas, con orden en las calles, trabajo para todos y prosperidad inocultable. Deslumbrado por tantos y tan positivos cambios cuya causa no conocía, el viajero (en el taxi y en el tiempo) encontró la clave de todo cuando el taxista le hizo saber el costo del servicio que le había prestado: son 50 foxes, le dijo, y entonces el impresionado pasajero entendió a qué héroe nacional de años atrás se debía la transformación increíble.

ESTE TECLEADOR DISCOLO y viajero confiesa haberse sentido Bulto parecido ayer, cuando, recién salido de alguno de sus retiros espirituales, se topó de pronto con la siguiente declaración: "Hoy podemos asegurar que estamos en un país diferente, en un país con rumbo, en un país que tiene metas y objetivos, en un país que trabaja en equipo, en un país que sabe a dónde va y sabe cómo va a llegar ahí". De inmediato el escribiente, astillado en su honor y temeroso de haberse quedado dormido durante varios años, se lanzó sobre el calendario de hojas desprendibles y el reloj electrónico de pulsera a prueba de holocaustos nucleares: jueves 27 de junio de 2002, 18 horas con nueve minutos, decían los datos nostálgicos del futuro tan tempranamente llegado.

ENTRETENIDO EN CONFIRMAR que hoy era hoy, hoy, y no 20 años después, el columnista desfasado apenas alcanzaba a escuchar otros fragmentos de las marcha(da)s presidenciales: "a veces el debate político nos hace perder de vista que el país marcha, marcha a paso acelerado, marcha a paso firme y marcha logrando importantes resultados". Cesó entonces el periodiquero marchón de hacer como que oía los alegatos de los políticos ("burros e ignorantes", por ejemplo, acababa de llamar el doctor en orejas de las que hablar, Diego Punta Diamante, a quienes creen que hay conflicto de intereses entre su accionar abogadil y sus influencias políticas senatoriales). Concentrose en hacer ejercicios esotéricos para saber si así podría sintonizar la imagen prometida, muy al estilo del niño aquel del clásico de Carlos Rivas Larrauri, Por qué me quité del vicio, que le entraba duro al refino para ver a la mamá difunta con la que el padre decía hablar cuando estaba bien briago: "šNo me pegues... no me pegues,/ no soy malo, papacito!/ šJue pa' ver a mi mamita/ como cuando habla contigo/ Jue pa' que'lla me besara/ y m'hiciera hartos cariños"/, declamaba a esas alturas el tecleador, bañado en llanto y temeroso del cinturón paterno vengador, porque, no es por hacerles desaigre, pero nomás no logra ver los tales cambios, "manque me lleven los pingos".

TEMEROSO DE QUE a causa de sus notables conocimientos (cine de Retes, poesía de Rivas Larrauri) se le nombrara cónsul o agregado cultural en alguna de las paradas del tren bushista-zedillista llamado Plan Puebla-Panamá que ayer fue puesto bajo el mando colonialista del canciller Castañeda, el anacrónico autor de estas líneas prefirió seguir degustando la producción lírica del país de los foxes: "estamos orgullosos de estos logros", decía al inaugurar las nuevas instalaciones de la Agencia Federal de Investigación que, según la poesía presidencial, ha tenido un cambio total, pues fue levantada desde cero: otro México, pues, sin policías judiciales federales corruptos. Pero, añadía entusiasta, "sobre todo tenemos una gran confianza cuando vemos a este maravilloso país trabajando todos los días, dando el debate político, pero trabajando sin descanso para profundizar en los cambios, para lograr las metas que como país nos hemos propuesto".

CONTINUABAN LAS MAÑANITAS adelantadas que el Presidente y su gabinete se están dando estos días mediante discursos de ensueño llenos de datos y pruebas de que México ha cambiado muchísimo y que los que no lo entiendan así son meros bultos: "una a una van saliendo y se van dando estos resultados. Uno a uno de los cambios van consolidándose en el país y, por tanto, nuestro optimismo y nuestra confianza es plena de que tendremos un México al día y a la vanguardia, como nos lo hemos propuesto; de que tendremos un México exitoso y un México a la altura de lo que demandaron las familias y los ciudadanos el 2 de julio, y hablo del 2 de julio porque estamos ya a dos años de que se diera esa gran fiesta democrática" (pero sólo por eso es que habló el Presidente del 2 de julio, no porque esté en campaña mediática de bombardeo de presuntos logros para enfrentar la generalizada percepción de que nomás no ha hecho nada). Ya se retiraba esta columna a la cantina más cercana para tirarse al vicio y ver si con el refino se le aparecía la imagen viva de los cambios, cuando alcanzó a escuchar a la distancia más palabras radiodifundidas: "hoy somos la novena economía en tamaño en el mundo, hoy somos la séptima economía en tamaño de comercio, hoy somos un país en pie de lucha, un país con una gran dinámica, un país que, repito, está en marcha y está logrando sus metas y objetivos.

BUSCOSE EL TECLEADOR en los bolsillos unas monedas para pagar la bebida tal vez milagrosa, pero no encontró "foxes", aunque sí un billetuco sobrante de alguna visita a los campus de la Universidad de Walt Disney. Entonces comprendió el milagro: el dólar valía ahora más, 10 foxes con 7 centavos. A ver, infames bultos: Ƒquién dijo que no ha habido cambios?

ASTILLAS: INTELIGENTE DECISI0N LA de nombrar a Rosario Ibarra de Piedra, Miguel Angel Granados Chapa y Magda Gómez para que, a su vez, designen a un fiscal que retome la investigación del caso Digna Ochoa... Dos nuevos partidos han recibido registro oficial: el México Posible, dirigido por Sergio Aguayo y Patricia Mercado, y el Frente Liberal Progresista, encabezado por Salvador Ordaz Montes de Oca, que se ha especializado en hacer productivos los galones masónicos (en noviembre del año pasado, don Salvador regaló estas gotas de sabiduría al definir lo que pretende ser su partido: "más que oposición, aspira a ser posición. Se tiene la convicción que la única manera de ser posición es la de la congruencia entre lo que se piensa, lo que se declara y lo que se hace"). Cada uno de esos partidos recibirá 100 millones de pesos... En el camino han quedado las opciones Woldenberg: Fuerza Ciudadana-Pemexgate, de Jorge Alcocer, y el Partido de la Rosa, que Ricardo Raphael de la Madrid había ido arrebatando a Gilberto Rincón Gallardo...šFeliz fin de semana!

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