Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 15 de junio de 2002
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Sociedad y Justicia
Acuerdan alejarlos del sacerdocio y de los niños

Obispos de EU establecen tibia sanción para curas pederastas

Permanecerán en la Iglesia; inconformidad de víctimas

REUTERS, AFP Y DPA

Las muchas expectativas generadas en torno a la Conferencia Episcopal de Dallas para acabar con la impunidad de los curas pederastas no se concretaron, ya que los obispos católicos de Estados Unidos decidieron no expulsar a todos los sacerdotes que hubieran abusado sexualmente de menores, y la única sanción que acordaron fue prohibirles ejercer el sacerdocio y alejarlos de los niños, pero manteniéndolos dentro de la Iglesia.

Después de dos días de discusiones y de escuchar los testimonios dramáticos de víctimas de abuso sexual, los 300 obispos y cardenales reunidos en Dallas, Texas, adoptaron, de manera abrumadora, una posición considerada "tibia" por las víctimas y los críticos de la Iglesia católica, quienes demandan un enfoque de "cero tolerancia" hacia los curas pederastas.

"No es suficiente, porque de cada dólar que yo ponga en la canasta de limosnas, una parte se irá para alimentar y vestir a estos individuos que siguen todavía en algún lugar de los confines de la Iglesia", expresó Michael Emerton, vocero del grupo Voz de los Fieles.

Sin embargo, los obispos argumentaron que las medidas adoptadas protegerán a los menores, y quien no lo considere suficientemente rígido es porque "no ha leído cuidadosamente el documento".

Con una votación de 239 votos a favor y 13 en contra, los obispos aprobaron La carta para la protección de los niños y los jóvenes, en la que la Conferencia Nacional de Obispos Católicos estableció "una nueva política" para sancionar a los religiosos acusados de violaciones y otros abusos sexuales.

Sin embargo, a pesar de la indignación de la población estadunidense por la impunidad propiciada por el alto clero, la resolución final de los obispos permite que los sacerdotes con un historial de abusos permanezcan en la Iglesia, aunque no podrán realizar tareas o parroquiales que los pongan en contacto con menores.

Los curas encontrados culpables de actos de pederastia antes de la aprobación del documento podrán también seguir desempeñando el sacerdocio, aunque no los deberes de párroco.

La nueva política permite, pero no ordena, que los jefes de la Iglesia separen de sus funciones clericales a sacerdotes acusados de ese delito, expulsándolos del templo y revocándoles sus pensiones y viviendas. En algunos casos, particularmente con sacerdotes de edad avanzada, que podrían enfrentar acusaciones de delitos cometidos hace varias décadas, la medida permitirá a los obispos locales tener "misericordia con ellos" y dejar que permanezcan en la Iglesia, pero sin derecho a oficiar misas ni vestir sotanas.

El documento aclara que los casos de abuso sexual correspondientes al pasado, deberán ser analizados "uno por uno".

Antes de que se diera a conocer el resolutivo final se hablaba de expulsar a todo clérigo que hubiera abusado de un niño, y acabar con ese "cáncer en la Iglesia". Incluso, el arzobispo Harry Flynn, responsable de la comisión de obispos encargada de investigar los casos de pederastia, aseguró que el documento pastoral inicial ?redactado una semana antes?, que contenía cláusulas indulgentes, fue cambiado por un borrador de "cero tolerancia".

Durante una reunión previa, Flynn sostuvo que lo esencial es que ningún sacerdote o diácono que haya abusado sexualmente de un menor podrá permanecer en el ministerio.

Señaló que el documento original fue también modificado para instar a publicar los nombres de las diócesis que no cumplan con los términos de la carta pastoral que se aprobó.

"La suma de todas estas acciones significa que los obispos no tolerarán ni siquiera un acto de abuso contra un menor", aseguró el obispo William Gregory, quien presidió la reunión. Sostuvo asimismo que no habrá tolerancia, "ni segunda oportunidad o primera advertencia" para los sacerdotes pederastas.

El documento acordado luego de dos días de reuniones extraordinarias es la respuesta oficial del episcopado ante el escándalo que sacude a la Iglesia católica de Estados Unidos desde enero pasado, cuando se dieron a conocer documentos internos de la arquidiócesis de Boston con revelaciones de que el alto clero reubicó a curas con historial de abusos sexuales contra niños, sin advertir de ello a los feligreses.

La determinación de los obispos estadunidenses no dejó satisfechas a las víctimas de abusos, las que relataron el jueves pasado ante los propios prelados las terribles experiencias que sufrieron a manos de curas pederastas. Ayer expresaron tristeza porque, dijeron, se debería expulsar automáticamente a cualquier sacerdote responsable de agresiones sexuales.

La nueva política de los obispos estadunidenses deberá ser ratificada por el Vaticano antes de entrar en vigencia, aunque algunos observadores señalaron que se esperaba su puesta en marcha de inmediato, con el aval de Roma.

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