ENTREVISTA
Miguel Székely, subsecretario de Planeación,
Prospectiva y Evaluación de la Sedeso
En política social tenemos un diagnóstico
claro, pero no sabemos las causas de la pobreza
ALMA E. MUÑOZ
La política de desarrollo social en México
"nunca ha funcionado". Sin embargo "tuvimos que adoptar los cientos de
programas que nos heredaron los gobiernos anteriores para evitar que el
tren se descarrilara. Ahora estamos en el momento de darnos el espacio
para comenzar a innovar", reconoció el subsecretario de Planeación,
Prospectiva y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social
(Sedeso), Miguel Székely, quien admitió que en la dependencia
desconocen las causas de la pobreza.
Adelantó que se prepara un acuerdo nacional de
planificación de desarrollo social, que obligará a Federación,
estados y municipios a homogeneizar el trabajo para alcanzar, en conjunto,
instrumentos que permitan combatir el rezago en que viven millones de mexicanos.
Explicó que el acuerdo está en manos del
gabinete de Desarrollo Social y Humano. En primera instancia -expuso- trabajamos
en la evaluación de los programas heredados por los gobiernos anteriores
para terminar con las duplicidades. Citó: hay 50 esquemas de proyectos
productivos cuando tal vez sólo se necesite uno.
Cifra indefinida
En esta etapa, afirmó el economista, "revisamos
todos los instrumentos de política social y analizamos lo que debemos
crear, transformar, reforzar, reducir o compactar de las acciones, cuando
muchas se inventaron para responder a manifestaciones o huelgas. Y tal
vez el problema para el que se crearon ya ni existe, pero siguen operando
y tienen su clientela".
Los
acuerdos, señaló, deberán ajustarse a los fundamentos
de Contigo (transparencia, equidad, cohesión social, corresponsabilidad
e integralidad), para garantizar que los apoyos realmente lleguen a quien
los necesita, pero sobre todo -subrayó- deberán contar con
un diagnóstico claro del problema que atienden; tener un buen manejo
presupuestal y bases técnicas claras, además de contribuir
al crecimiento económico.
Aunque descartó ahondar en las cuestiones económicas
y los números que brindarán los nuevos enfoques a los programas
de desarrollo social, el funcionario estableció la posibilidad de
que las acciones se apliquen a partir del próximo año.
-¿Cuándo habrá resultados?
-Las áreas de planeación de las dependencias
trabajamos en conjunto y primero nos alinearemos, pues de lo contrario
cada una va por lo suyo. Por motivos presupuestales debemos terminar el
informe sobre los resultados en abril-mayo para notificar al Congreso de
la Unión a mediados de octubre. Esto nos deja un tiempo muy corto
para evaluar los programas. Por eso, dentro del gabinete acordamos el establecimiento
de otro proceso de mediano plazo que nos permita tener continuidad en la
metodología para, cada año, continuar la revisión
y, de ser necesario, hacer modificaciones. Este año buscamos definir
nuestras prioridades y después presupuestar.
"Por nuestro lado estamos haciendo la tarea. Entendemos
que es un paquete muy grande pero como gabinete ya estamos muy avanzados.
Si esto funciona, los diputados lo podrían legislar para que esto
no quede como una suma de buenas voluntades."
-Al momento, ¿cuál es el estimado de las
pérdidas por la duplicidad de acciones?
-No lo tenemos claro como gabinete, pero es una cifra
que debemos trabajar. El problema de la política social es que tenemos
un diagnóstico claro, pero no sabemos realmente cuáles son
las causas de la pobreza. Ninguna disciplina lo ha resuelto y si alguien
las supiera, el problema estaría solucionado. Sabemos que hay un
conjunto de factores, pero no tenemos la certeza de cuál es elemento
central que la causa. El gran problema del desarrollo es que no tenemos
una receta. Además, ni siquiera tenemos manera de medir el impacto
de los instrumentos que sí tenemos, cuáles sirven y cuáles
no. Como sector de política social, la verdad es que estamos en
pañales en México.
"A esto hay que sumarle la falta de recursos humanos.
Las personas disponibles para hacer evaluaciones de la política
social se cuentan con los dedos de las manos. Como sector de desarrollo
social nunca hemos funcionado. Por un lado la Sedeso tiene sus programas
y, por el otro, los estados tienen los suyos. Hasta hace un año
se creó un consejo con los secretarios de Desarrollo Social de todas
las entidades y ahora la oficina a mi cargo surge para que la Federación
articule los trabajos con los estados. Este es el primer paso: alcanzar
un acuerdo nacional de planificación de desarrollo social.
-Para esto se requiere una verdadera medición de
la pobreza.
-Definitivamente, esa una de las cosas que nos han pedido
mucho. Sabemos que las cifras son totalmente manipulables, por eso nosotros
estamos trabajando en ello, para definir un número oficial que nos
permita ajustar nuestras acciones al tamaño real de la pobreza.
Desde el punto de vista del diseño de la política, un número
aislado no nos sirve de mucho.
-Hemos visto desfilar muchos programas para abatir la
miseria, pero ésta continúa en ascenso.
-Es resultado de la falta de planeación. Tuvimos
70 años de gobierno con un mismo partido. El año pasado fue
de transición, con cosas positivas y negativas, pero no pudimos
dejar de operar los 22 programas que encontramos al llegar al gobierno.
Es como el transporte público, no porque cambie el gobierno van
a dejar de operar. El gran reto de esta secretaría fue mantener
su operación, ya no digamos innovar, para que el tren no se nos
descarrilara. La verdad es que tomó todo un año; yo diría
que si después de 70 años de un mismo gobierno veníamos
con una inercia muy grande en el sector social y de repente hay un cambio
tan fuerte, el que no se descarrile el tren ya es ventaja.
"Sedeso está en un momento en que puede darse el
espacio para empezar a innovar, para ver que las duplicidades no se repitan.
Continuamos con los mismos programas porque era mucho más grave
dejar de gastar el dinero a brindar, por lo menos, un beneficio para la
población. A partir de ahorita ya no hay pretextos, tenemos que
hacer algo de muy alto impacto, algo que le cambie la vida a la gente.
"En esta evaluación encontramos cientos de programas;
todos destinados para el combate a la pobreza. La estrategia Contigo nos
sirve mucho para ordenar y ya teniendo el control, ahora sí tenemos
opciones que brindar a la población y definir los instrumentos para
cada dependencia. Es un esfuerzo muy difícil, porque desafortunadamente
nos hemos acostumbrado a que todo mundo quiere maximizar presupuestos y
programas."
-¿Esperamos más programas o más cambios
de nombres?
-Cambiar nombres es lo de menos. Debemos transformar la
orientación. Para restructurar contamos con una serie de pruebas,
que llamamos del ácido o de priorización, en las que se verá
si los instrumentos cumplen su objetivo o tendremos que eliminar, transformar,
compactar e incluso llenar huecos en términos de capacidad de opciones,
patrimonio y protección. Al final tendremos menos instrumentos,
pero mayor claridad sobre el objetivo y el impacto.
Gabinete social
Según Székely, las evaluaciones concluirán
este año y las modificaciones a realizar incluirán la cifra
oficial del combate a la pobreza, también en proceso de valoración.
El gabinete social está integrado por las secretarías
de Trabajo, Desarrollo Social, Educación Pública y Salud,
así como las oficinas para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas,
para Mexicanos en el Exterior y de Promoción e Integración
Social para las Personas con Discapacitadas, además de las comisiones
para la Paz en Chiapas y la Nacional del Deporte; el Consejo Nacional de
la Educación para la Vida y el Trabajo, el Banco de Comercio Exterior,
el Conacyt y la Coordinación de Asesores de Planeación Estratégica
y Desarrollo Regional.