Es un problema de seguridad nacional, señalan organismos campesinos y ambientalistas
Exigen al gobierno exponga en la FAO caso del maíz transgénico
JOSE ANTONIO ROMAN
Diversas organizaciones ambientalistas y campesinas, así como empresas comercializadoras de productos del campo exigieron al gobierno de México exponer en la Cumbre Mundial de la Alimentación, a realizarse la próxima semana en Roma, la contaminación que sufre ya el maíz mexicano a causa de los transgénicos.
En conferencia de prensa, los representantes de estas organizaciones señalaron que desde septiembre pasado se hizo pública la contaminación de variedades criollas de maíz, sobre todo en Oaxaca y Puebla, hecho que aceptó la Secretaría de Agricultura, con el compromiso de realizar una investigación molecular de las muestras colectadas, cuyos resultados no se han dado a conocer.
"Nos preocupa el silencio de la secretaría responsable del desarrollo agrícola ante un problema de seguridad nacional y de relevancia mundial, como es la contaminación genética del maíz mexicano", dijo Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.
Por su parte, Jaime Castillo, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), denunció que el gobierno federal no sólo guarda silencio ante la contaminación de nuestro grano, sino que permite la entrada de transgénicos al país.
Explicó que las nuevas disposiciones de los programas de Alianza para el Campo subsidian directamente a la empresa Monsanto, ya que se da a los agricultores semillas transgénicas de algodón y soya como parte de los programas públicos.
En la Cumbre Mundial de la Alimentación, auspiciada por la FAO, delegaciones de 185 países se reunirán para evaluar los avances hechos en el compromiso de eliminar el hambre del planeta. Durante esta reunión se abordará también lo relativo a la seguridad alimentaria mundial, y es en este punto en el que el gobierno mexicano, cuya delegación será encabezada por el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, debe tomar la iniciativa y exponer a la comunidad internacional que el maíz mexicano está contaminado con transgenes.
Silvia Robeiro, del grupo ETC, advirtió que el gobierno no puede continuar simulando que no ha sucedido la contaminación del maíz mexicano. Y es que, según explicaron en la conferencia, esta contaminación se dio a raíz de que los agricultores y campesinos de Oaxaca y Puebla utilizaron como semilla para la siembra grano transgénico que fue importado por la paraestatal Diconsa para consumo humano.
Y es que los transgénicos, como en el caso del maíz, son semillas cuya molécula fue modificada genéticamente para ser estéril. Si es comercializada, esta tecnología impedirá que los campesinos guarden semillas de su propia cosecha para utilizarlas en el próximo ciclo agrícola. Las "semillas suicidas", que en este momento tienen un costo mucho menor que los granos o plantas naturales, obligarán a los agricultores a acudir año tras año a las corporaciones semilleras, con lo que se podría extinguir la tradición de 12 mil años de la agricultura, que consiste en guardar, adaptar e intercambiar semillas libremente con el fin de enriquecer la biodiversidad y tener mayor seguridad alimentaria.
Sin embargo, tampoco existen evidencias claras de que el consumo de este tipo de productos no genere efectos secundarios en la salud. Incluso, la FAO ha señalado que los organismos genéticamente modificados entrañan riesgos potenciales para la salud y para el medio ambiente, por lo que se debe tener cautela si se considera introducirlos.
En México incluso existe la prohibición de hacer experimentos con este tipo de productos, pero, contradictoriamente, no hay ninguna disposición legal que prohíba su importación.