EN EL CHOPO
Javier Hernández Chelico
Forever punk
El punk y la autoridad
EL SABADO 25 de mayo, a la 1 de la tarde, un grupo de
chavos punk que pegaban propaganda para una de sus tocadas en la esquina
de Eje 1 y Aldama, a un lado del Tianguis del Chopo, fueron detenidos por
la policía y subidos a una pánel, como las viejas julias
de los años 70. El motivo, más que simple: pegar propaganda.
"ALGUNOS
POLICIAS LE tienen fobia a los punks y a todo lo que huela a rock", dijo
Ignacio Hernández, uno de los punks que apañaron y que fue
liberado horas despues. En el momento se apeló al criterio de los
oficiales para alivianar la situación argumentando que era una injusticia
la detención de los chavos por pegar propaganda para una tocada
de ellos mismos organizan (La Tokada Anarkopunk, que se llevara a cabo
el domingo 9 en Neza), un toquín, decía Nacho, con
una finalidad cultural más que lucrativa. Pero no fue suficiente
la explicación y la situación se hizo más tensa, tanto,
que se llevaron entre jaloneos a tres de los propogandistas en medio de
gritos pidiendo ¡suéltenlos! En la pequeña trifulca,
un oficial sufrió una leve descalabrada. La banda que asiste al
Chopo está indignada también por el cateo al que son sometidos
por algunos policías en las inmediaciones del tianguis. Llegan al
extremo de pedir "la factura" de los discos que portan y si no se presenta,
simplemente les decomisan los cidis.
El punk no ha muerto
UN OSCURO ANTRO de Nueva York llamado CBGB fue la piedra
de toque para la eclosión de uno de los movimientos contraculturales
más importantes del último cuarto del siglo veinte: El punk.
Igualmente bandas como Television, Blondi y Talking Heads fueron piezas
medulares de esta nueva manifestación juvenil que inició
su andar al salir del CBGB. Con el tiempo perdió su origen neoyorquino
al ser adoptada por hordas de chavos, asentadas lo mismo en Londres -principalmente-
que en Madrid, Hamburgo o México. A mediados de los 70, en las esquinas
de esas ciudades aparecieron camarillas de chavos solitarios con facha
de perdedores, mirada escurridiza pero retadora, pelo corto erizado y teñido
escandalosamente; su vestimenta desgarrada y sucia contrastaba con la moda
discotheque de esos años.
A LAS CHAMARRAS viejas y pantalones navajeados se le unieron
gritos penetrantes, guitarras discordantes y una batería hermanada
con el bajo en un sólo afán: destruir lo establecido. Palabras
como piercing y frases como Hazlo Tú se hicieron himnos.
En medio de los excesos etílico-pacheco-sexuales resplandecían
nombres como Ramones, Iggy, Clash, Damned y Sex Pistols. Mientras, el encantador
sonido de la caja registradora era controlado por Malcolm McLaren. El punk
había trascendido fronteras, una nueva cultura había nacido.
Y un nuevo negocio también.
EN MEXICO, EL HIJO incómodo del rock, asomó
tímidamente. Fue visto, al principio, por las zonas privilegiadas
de la capital, para finalmente sentar sus dominios en las áreas
más jodidas de las ciudades; pero a donde llegó, se estableció
definitivamente. Al hablar de los inicios del punk aquí en México,
casi todos citan a Piro Pendas y su Dangerous Rhythm como los pioneros;
pero el punk necesitaba terreno natural para desarrollarse, y el caldo
de cultivo fueron los chavos más pobres de los barrios marginados:
Santa Fe, la San Felipe de Jesús, Nezayork, Ecatepunk, Tlalne
fueron sólo algunas zonas donde el punk floreció en forma
espontánea, arrojando inmediatamente bandas como Rebel'd punk, Masacre
68, El Síndrome, Colectivo Caótico y la banda de féminas
conocida como Virginidad Sacudida; los músicos Javier Baviera, Arturo
Beristáin, El soldado Amaya y Polo Pepo empezaron a enarbolar
la bandera del movimiento y personajes como El ganzo y La Zappa
se volvieron figuras indiscutibles dentro del paisaje punk mexicano.
ACTUALMENTE EXISTEN UNA gran cantidad de bandas y de colectivos
que hacen del punk una corriente no sólo musical sino también
sociocultural, y casi todos -músicos y militantes- acuden cada sábado
al Tianguis Cultural del Chopo, unos a tirar rol, otros a vender parafernalia
ad hoc, algunos a difundir sus publicaciones y su música,
otros simplemente a lucir el look y a manifestar que el punk no
ha muerto.