Carlos Monsiváis comentó el libro
de Marina Castañeda en Casa Lamm
Inhibe el machismo la modernización del país
''La comandante Esther quizá pronunció
el discurso de la condición femenina del siglo''
ANASELLA ACOSTA NIETO
El machismo se responsabiliza en México de retardar
la modernización crítica y el proceso de mínima armonización
social, al sujetar a poco más de la mitad de la población
a la minoría de edad síquica, familiar y laboral, y al aplazar
los procesos de conocimiento y autonomía de las mujeres, expresó
Carlos Monsiváis durante la presentación del libro de Marina
Castañeda, El machismo invisible (Raya en el agua, Grijalbo).
El título, que alerta a los progresistas sobre
las formas sutiles en las que el machismo prevalece y se multiplica, se
presentó la tarde del jueves en Casa Lamm con los comentarios de
Monsiváis, Germán Dehesa y Sabina Berman.
Sinceridad aparente
Castañeda parte de la tesis de que la causa de
muchos problemas en las relaciones personales y sociales es la incongruencia
surgida cuando el machismo supuestamente se ha superado pero sigue operando
bajo la superficie, cuando los hombres consideran con toda sinceridad que
no son machistas pero siguen reproduciendo las costumbres que demuestran
lo contrario.
Al comentar la edición del libro, Monsiváis
se refirió a la ''parte complementaria" de esta publicación,
''el machismo visible" que da constancia de una trayectoria que va ''del
Indio Fernández a Diego Fernández de Cevallos".
Monsiváis citó algunas de las manifestaciones
de ese machismo, ''sin duda alguna, y todavía, el más dañino",
entre éstas el refuerzo de la infelicidad laboral de las mujeres
de clases populares, que es también ''opresivamente una parte significativa
de su sicología, en el orden fatídico de las jornadas de
semiesclavitud"; muestra de ello son los horarios de las maquiladoras en
las fronteras norte y sur.
También se refirió a la anulación
de los derechos humanos, como el caso de las costureras de San Antonio
Abad, revelado por los terremotos de 1985. ''La situación laboral
de las mujeres es parte de un machismo estentóreo".
Agregó que ''en la política, por más
presidentas que hayan tenido el PRI y el PRD y por más gobernadoras
que tuvo Colima alguna vez, y por más diputadas y senadoras, secretarias
generales y presidentas municipales que se acumulen, la política
es todavía territorio del machismo; una sola prueba: ¿algún
político admitiría en serio la posibilidad de una presidenta?"
Hace poco -comentó el autor de A ustedes les
consta-, con la sutileza que le fue dada, el líder histórico
del Partido Acción Nacional, Diego Fernández de Cevallos,
al ser impugnado por una militante panista que demandaba el sistema de
cuotas para mujeres en la representación parlamentaria, replicó:
de ninguna manera, si ahora concedemos las cuotas para mujeres terminaremos
dándoselas a los jotos. ''Por lo visto, la trayectoria del machismo
visible va del Indio Fernández a Fernández de Cevallos".
Y para no ir tan lejos añadió: ''El presidente
Fox ha hecho esfuerzos por no dirigirse unívocamente al sector masculino
y ha hecho incluso materia de humor lo de chiquillos y chiquillas, pero
pese a ese intento de corrección política su esposa se sigue
llamando Marta Sahagún de Fox, con lo cual la independencia de ese
sector queda bastante cuestionada al usar esa suerte de yugo antiguo que
es la pertenencia a un apellido, a un hombre, a una situación de
comodidad y respeto. Le creeré lo de chiquillos y chiquillas si
su esposa se llama nada más Marta Sahagún".
La Iglesia católica llama al conformismo
Monsiváis, autor de Nuevo catecismo para indios
remisos, se refirió a los llamados de la Iglesia católica
hacia el conformismo: las mujeres no son necesarias, porque ya están
los hombres y Dios hace que los unos actúen por las otras.
El mismo sector cultural no está exento de pruebas
de machismo, precisó. Es increíble que no se pueda hablar
de ''poetisa" porque es cursi y si se quiere elogiar la calidad literaria
de una mujer se le diga poeta, lo que lleva a una situación de machismo
estrambótico.
Consideró que probablemente el discurso de la condición
femenina del siglo XXI en México lo pronunció el 28 de marzo
del 2001 la comandante Esther, en el que se refiere al desprecio
y marginación de las mujeres indígenas, al padecimiento de
maltrato y analfabetismo, así como al desconocimiento de sus derechos.