Hay entusiasmo, pero falta pasión en este Mundial
Los coreanos, respetuosos pero lejos del calor de aficionados
de otros países
Blatter pasó trago amargo cuando fue abucheado durante la inauguración
DPA
Seul, 31 de mayo. Si no hubiera
sido por el constante batir de un tambor en manos de los seguidores senegaleses
o el ocasional murmullo de excitación de los pocos miles de franceses
asistentes el moderno estadio local, el partido inaugural entre Francia
y Senegal se podría haber confundido con un encuentro amistoso.
Así, quedó de manifiesto el carácter
introvertido del público coreano, que presenció el juego
sentado en respetuoso silencio, y que hará que muchos equipos echen
de menos el calor de sus aficionados al que están acostumbrados.
Tal quietud contrasta con el impetuoso comportamiento
del típico aficionado inglés o con el bullicioso seguidor
italiano o español.
El sepulcral silencio se rompía de vez en cuando,
tan pronto el balón se acercaba a una de las dos áreas. Y
nunca se sabrá si los sonidos que vinieron de las tribunas tras
la amonestación a Emmanuel Petit fueron de protesta o aprobación.
En resumen, durante la inauguración del Mundial
de Corea del Sur- Japón los anfitriones pusieron entusiasmo, pero
se notó la falta de pasión.
Eso sí, el recinto con capacidad para 63 mil espectadores
fue un monumento a la tecnología que destacó sobre todo en
las pantallas gigantes.
Un medidor de decibelios reflejó el volumen de
lo que son capaces de alcanzar los gritos de apoyo de los aficionados.
También reveló la velocidad que alcanza el balón cada
vez que le pegan los jugadores (94 km por hora marcó el tiro de
Trezeguet al minuto 22).
Además se pueden ver los últimos datos del
parte meteorológico, la fecha y hora de los próximos partidos.
"Si no fuera por los cientos de hinchas franceses y los
50 senegaleses esto parecería un funeral", opinó un periodista
italiano.
No fue un funeral pero sí un trago amargo para
el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien fue abucheado por el público,
mientras a su lado el poderoso vicepresidente surcoreano del máximo
órgano rector del balompié, Chung Mong Joon, sorprendió
con su atuendo de guerrero de los tiempos de la dinastía Shilla.