El secretario de Hacienda refuta revelaciones del contralor sobre el caso Pemex

Barrio es mentiroso o tiene Alzheimer: Gil Díaz

Rompen la "armonía y concordia" que reinan en el desempeño del gabinetazo

RENATO DAVALOS Y JUAN MANUEL VENEGAS

Los desencuentros en el gabinete foxista llegaron ayer a un punto crítico, cuando el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, al referirse al contralor Francisco Barrio dijo: "šes un mentiroso o tiene Alzheimer!"

El escenario de la más reciente confrontación entre integrantes del gabinetazo de Vicente Fox fue el Congreso Nacional de Turismo, donde apenas el jueves pasado Barrio Terrazas relató que el Presidente sabía de las implicaciones que las investigaciones en Pemex tendrían sobre su propuesta fiscal, pero que no "cambiaría cacahuates por lingotes de oro".

El contralor general reveló que el presidente Fox dijo en una ocasión, ante varios de sus colaboradores: "ustedes saben cuánto me importa la reforma fiscal y cuánto le hemos apostado. Sin embargo -decía el Ejecutivo-, frente a este asunto que considero crucial (Pemex), la reforma fiscal son verdaderos cacahuates".

Sin embargo, resulta que nada de eso es cierto. El encargado de corregir a Barrio fue su propio compañero de gabinete, Gil Díaz, a quien -en el mismo congreso turístico- le preguntaron sobre aquellas reuniones privadas:

"šYo nunca lo oí!", dijo el titular de Hacienda.

-ƑQué opinión tiene sobre lo que señaló el secretario Barrio? -preguntaron los reporteros.

-Yo no recuerdo eso. Simplemente šno es cierto! O es mentiroso o tiene Alzheimer.

-Aparece en los periódicos...

-šYo no sé... no lo leí!

-ƑExistió o no esa reunión?

-Ya les dije que no se dijo lo que se dice.

-ƑQué se mencionó en esa reunión?

-No platico lo que se trata en una reunión de gabinete; yo no lo platico nunca, ni lo voy a hacer.

-ƑHay mentirosos en el gabinete?

-La alternativa es que sea (Barrio) mentiroso o que tenga Alzheimer. Ya se los dije.

-ƑAlguna de esas dos (clasificaciones) hay en el gabinete?

-Ustedes escojan una persona. Concretamente Barrio...

Y se despidió: "ya me voy, hasta luego".

En contraste, la Secretaría de la Contraloría trató de matizar el incidente; en un comunicado remitido a los medios de comunicación rectificó las declaraciones de Barrio y sostuvo que el propósito de esas afirmaciones fue poner un ejemplo del "compromiso del gobierno con el combate a la corrupción".

La dependencia refrendó su compromiso de que los procesos administrativos y judiciales siempre deben ser conducidos independientemente de los temas políticos. La convicción del combate a la corrupción "presente y pasada" es compartida por los miembros del gabinete, entre los que se encuentra el secretario de Gobernación, Santiago Creel.

No es la primera vez que Barrio Terrazas alude al caso de los desvíos en Pemex con la frase de los cacahuates y los lingotes de oro. El mismo día que La Jornada dio a conocer el escándalo, el contralor se refirió en esos términos sobre este asunto ante empresarios de Ciudad Juárez.

El equipazo

El 6 de noviembre de 2000, todavía como presidente electo, Vicente Fox Quesada presumió, en entrevista con este diario, que estaba conformando un equipazo, un auténtico gabinetazo. Avanzado ya su gobierno, aseguró que se sentía muy seguro y confiado en los resultados que le entregarían sus colaboradores, los que en todo momento "trabajan en armonía y concordia".

Sin embargo, la historia de los desencuentros en ese equipo de trabajo se ha ido tejiendo desde hace varios meses. Y el ambiente de confrontación y disputa lo acentuó el empresario Juan Sánchez Navarro, quien destapó a Creel Miranda para contender por la Presidencia de la República.

Sin embargo, la de Sánchez Navarro no es sino respuesta al activismo del canciller Castañeda, quien fuera destapado previamente por el New York Times.

El primer diferendo que ocupó grandes espacios en la prensa lo protagonizaron en marzo del año pasado el canciller Jorge G. Castañeda y la señora Marta Sahagún, entonces vocera de Los Pinos. En esa ocasión el secretario de Relaciones Exteriores calificó al gobierno cubano de "ardido" por la abstención de México en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. La vocera lo rectificó, aduciendo que eran declaraciones "a título personal" que no reflejaban el sentir del gobierno de México.

Un caso más de confrontación se generó con la ley de acceso a la información. La paternidad de la iniciativa fue disputada por la señora Sahagún, el contralor Barrio y el secretario de Gobernación.

En septiembre del año pasado, después de los atentados en Estados Unidos, el canciller pidió "no regatear" el apoyo al gobierno estadunidense y, desbordado, señaló que estaba en su derecho de tomar las represalias que juzgara convenientes contra cualquier país. Al paso salió Creel Miranda, quien demandó prudencia y exigió ajustar la política exterior mexicana a los principios de no intervención.

Los pleitos se trasladaron en octubre a Shangai. Los protagonistas fueron el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, y otra vez Castañeda. En el centro, la organización de la reunión del mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se celebrará este año en México. Ganó Derbez.

De regreso a la arena nacional, otro enfrentamiento fue por la creación de la fiscalía para investigar las desapariciones forzadas de los años 70 y 80. Aquí se impuso Creel sobre Castañeda, quien pugnaba por una comisión de la verdad.

Un caso extremo de diferencias fue el convenio con Estados Unidos para distribuir el agua del río Bravo. Aquí estuvo envuelto hasta el presidente Fox, quien ofreció que cumpliría con el acuerdo; lo secundó el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, quien agregó que México sí tiene líquido para cumplir. Creel Miranda, en cambio, sostuvo que no era tiempo aún de que los estadunidenses reclamaran su cuota y que, además, no hay agua.

Estos son sólo algunos de los desencuentros entre los integrantes del gabinetazo... por lo menos los que se saben.