Con esta medida se anularán procesos contra empresarios y banqueros por delitos financieros
Deroga el Congreso argentino la Ley de Subversión Económica
Cerrada votación de 35 en favor por 34 en contra; cumple el gobierno de Duhalde con el FMI
Para poder acceder a créditos falta cumplir otras exigencias, como el recorte del déficit fiscal
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 30 de mayo. El cumplimiento de una de las medidas exigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Argentina: la derogación de la Ley de Subversión Económica, conseguida hoy por el gobierno de Eduardo Duhalde, parece alentar la corrupción en un país ya bastante castigado por este flagelo.
Aunque para el organismo financiero esta ley contribuía a la "inseguridad jurídica" en el país y por ello alejaba las inversiones extranjeras, la verdad es que deja en el olvido causas por delitos económicos, como una contra el banquero argentino Carlos Rohm, así como contra empresarios extranjeros vinculados a la espectacular fuga de depósitos que derivó en el corralito financiero o virtual confiscación de ahorro de los argentinos. Confiscación que no afectó a los poderosos, advertidos y con sus dineros en el exterior, sino a muchos que tenían depositados sus ahorros de toda la vida o las indemnizaciones que les permitían sobrevivir tras las olas de despidos que afectan al país.
La derogación de la polémica ley se dio en el contexto de fuertes presiones para tratar de obtener lo que finalmente fue una escasa mayoría, con 35 votos a favor por 34 en contra. Esta mañana, el presidente Eduardo Duhalde había advertido que si no se derogaba la ley este jueves, "no se deroga nunca más, porque ya no hay alternativa", y acusó a los opositores de no querer ayudar al país a salir adelante.
Duhalde, que ya cumplió con lograr la sanción de una nueva ley de quiebras que favorece a los acreedores extranjeros en perjuicio de las empresas locales, aún tiene que cumplir otras exigencias del FMI antes de poder reclamar créditos suspendidos, entre ellas, nada más y nada menos que lograr un recorte del déficit fiscal de 60 por ciento en las empobrecidas provincias argentinas, así como terminar con el corralito financiero, cuando los bancos extranjeros se niegan a compartir responsabilidades y buscan que el Estado cargue con los costos de la devaluación.
Desde Washington, el vocero del FMI Francisco Baker dijo a Afp que "lo que preocupa es que no se cree un clima antibusiness que desestimule las inversiones en Argentina, porque no va a ser la plata del Fondo la que saque a Argentina del pozo"
Fomento a la impunidad
Pero para muchos aquí, el problema es que la derogación de la Ley de Subversión Económica va a crear un clima de impunidad, ya que esta norma permitía castigar penalmente a empresarios y banqueros que hubiesen realizado operaciones como el vaciamiento de empresas.
La ley permitía además investigar el comportamiento de banqueros y ejecutivos financieros en la fuga de divisas que desembocó en la crisis bancaria y el corralito impuesto en diciembre, que terminó dejando a la gente sin un peso, provocando quiebras y un estallido popular que se llevó por delante al gobierno de Fernando de la Rúa.
Ahora se cerrarán los procesos contra empresarios y banqueros, entre ellos el ex subsecretario del Tesoro estadunidense, David Mulford, y el ex banquero Carlos Rohm, y las investigaciones sobre el ex titular de Economía y padre del corralito, Domingo Cavallo.
Otros banqueros acusados eran de los bancos Scotiabank, Santander, Citibank, Sudameris, entre otros.
La derogación se logró tras una larga y acalorada sesión que fue acompañada en las afueras del Legislativo por un impresionante operativo de seguridad para tratar de evitar la protesta de manifestantes que intentaban cercar el Congreso.
La posibilidad de sesionar se había destrabado ayer, cuando una comisión del Senado aprobó ratificar por mayoría simple la derogación de esta ley.
Los legisladores del gobernante peronismo hicieron posible esta mayoría simple, incluyendo la asistencia de dos senadores enfermos. Pero lograron la victoria cuando una senadora de la Unión Cívica Radical (segunda fuerza en la cámara) abandonó el recinto legislativo sin dar explicaciones, mientras sus colegas partidarios le gritaban "traidora".
Durante el debate, el jefe del bloque de senadores radicales, Carlos Maestro, advirtió que con la derogación "se está tratando de amparar y proteger a banqueros que han hecho mucho daño".
El actual senador radical y ex presidente Raúl Alfonsín consideró, a su vez, que esta exigencia del FMI, apoyada por Washington, es una muestra de la decisión de Estados Unidos de actuar cada día más de "manera imperial en el mundo".
En cambio, para el secretario general de la presidencia, Aníbal Fernández, la derogación de la ley no dará impunidad ya que, consideró, es de "nula aplicación", poniendo como ejemplo que desde su creación, hace casi 30 años, sólo ha tenido dos condenas.
Aunque el gobierno logró finalmente que se derogara la ley por apenas un voto, el asunto es más una derrota que un triunfo para el peronismo, porque le habrá costado al Partido Justicialista (peronista) no sólo un enorme caudal de votos en las próximas elecciones, sino el ahondamiento de la ruptura al interior del partido.
En esta ocasión hubo una fuerte resistencia dentro del peronismo para la derogación de la ley, medida a la cual también eran contrarios 85 por ciento de los argentinos, según revelaron recientes sondeos.
Precisamente, dentro del peronismo hay quienes piden un adelanto de las elecciones, originalmente programadas para 2003, mientras reapareció el ex presidente Carlos Menem, afirmando que el país vive un "velorio" -del que la mayoría de los argentinos lo hacen responsable tras su década de gestión, en la que se cumplieron a rajatabla las recetas del FMI, en medio de salvajes privatizaciones- y consideró que se necesita un gobernante con "liderazgo sólido". Sin embargo, dijo querer que Duhalde, su rival partidario, termine su mandato.
Reaparece Cavallo
Otro que reapareció fue el ex ministro Cavallo, quien acusó a Duhalde de ser un "gran defraudador", en declaraciones al diario español El País que fueron conocidas aquí.
Por lo pronto, la agitada jornada no se vivió hoy solamente en el Congreso. A la par del debate, cientos de personas formaban filas frente a las casas de cambio para comprar dólares, que ya se cotizan a 3.63 pesos. Duhalde se reunió hoy con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, para estudiar medidas contra la caída del peso, que en cinco meses ya perdió 70 por ciento de su valor.