Los Arieles, para una cinta sin distribuidora
Cuento de hadas para dormir cocodrilos acaparó los galardones principales
JORGE CABALLERO
En una accidentada y desorganizada entrega del Ariel, las películas Cuento de hadas para dormir cocodrilos y De la calle se llevaron la noche. La primera fue la gran ganadora al llevarse los premios en las categorías de: película, dirección, edición, música y guión original, así como el de mejor actor masculino (Arturo Ríos). La cinta fue dirigida por Ignacio Ortiz Cruz, quien también realizó el guión original.
El filme, curiosamente, no ha sido exhibido en forma comercial, puesto que no tiene distribuidora y sólo fue presentado en la reciente Muestra Internacional de Cine.
De la calle, de Gerardo Tort, se tuvo que conformar con los galardones plateados en las categorías de: escenografía, diseño de arte, vestuario, maquillaje, guión adaptado, ambientación, mejor actriz (Maya Zapata), actor de cuadro (Mario Zaragoza), coactuación femenina (Vanesa Bauche) y mejor opera prima para el director de la cinta.
La 44 entrega del Ariel estuvo dedicada al guionismo, para que se le dé la misma importancia que a la dirección o a la fotografía.
También hubo un homenaje musical, con la participación de Eugenia León, para recordar a todos los astros cinematográficos que se fueron en el último año, como Paco Rabal, Silvia Derbez y, por supuesto, María Félix, La Doña.
La primera sorpresa de la noche se dio en la categoría de mejor fotografía, ya que Sergei Saldívar Tanaka se llevó el galardón por su trabajo en Sin dejar huella. En el camino quedaron la gran favorita De la calle y El Gavilán de la sierra que, por cierto, fue gran perdedora porque no obtuvo premio alguno.
Siguió la categoría de mejor cortometraje: ficción, documental y animación. Paso del norte, de Roberto Rochin, se llevó el galardón en ficción; en el cortometraje de animación las expectativas se cumplieron y el trabajo de René Castillo sobre la muerte, Hasta los huesos, se llevó el reconocimiento.
En el cortometraje documental, en el que ahora también se recibieron trabajos en formato video para concursar, Chenalhó, el corazón de los Altos, de Cristina Fragoso, fue vencedor.
Las actrices Helena Rojo y Diana Bracho distinguieron con el Ariel de Oro al guionista, escritor y dramaturgo Emilio Carballido, y al investigador y ahora novelista Emilio García Riera, por su contribución a la industria cinematográfica mexicana.
En emotivo discurso, Carballido refirió que desde que empezaba a hacerse una carrera en las letras quiso ganarse un Ariel, "pero nunca de oro, porque esos sólo se los dan a los grandes. Por supuesto, mi trabajo no se compara con el de Gabriel Figueroa".
García Riera no pudo recibir su premio por cuestiones de salud. Otra de las grandes sorpresas de la noche la protagonizó el actor José Sepúlveda. Por su trabajo en la cinta Un mundo raro fue distinguido con la mejor coactuación. El premio a mejor actriz de cuadro se lo llevó Cristina Michau por su actuación en la película Sin dejar huella, de María Novaro. Cabe mencionar que Michau estaba postulada en la misma categoría por su trabajo en De la calle.
En esta 44 edición se revivió la postulación a la mejor película iberoamericana, que por tercera vez se entrega y distingue a lo mejor de la cinematografía en español. En Miel para Oshún, del cubano Humberto Solar, fue donde recayó el premio.
Los gestos de inconformidad se dieron en todos lados de Bellas Artes. El presidente de la academia, Jorge Fons, fue quien inauguró la velada con algunas críticas suaves a la industria cinematográfica mexicana.
