Comenzó visita de Juan Pablo II a Azerbaiyán
"Paz verdadera" sin extremismo ni imperialismo, demanda el Papa
AFP
Baku, 22 de mayo. Juan Pablo II pidió este miércoles a su llegada a la capital de Azerbaiyán una "paz verdadera basada en el rechazo al extremismo y a toda forma de imperialismo", al comenzar su visita a esta república ex soviética, que está formalmente en guerra con la vecina Armenia.
El Papa abogó también por la reconciliación con los ortodoxos, en el país que alberga a la más pequeña comunidad católica del mundo, con apenas un centenar de fieles.
Prácticamente inmóvil y ayudado en cada paso, Karol Wojtyla, afectado por mal de Parkinson y artritis, usó una plataforma mecánica para subir y bajar del avión, y después un estrado con ruedas para desplazarse.
La parálisis de los músculos faciales ca-racterística del Parkinson le impide pronunciar por entero sus discursos, leídos prácticamente por uno de sus colaboradores.
El Papa no pudo ocultar la fatiga y el do-lor, pero mostró su determinación a proseguir su misión. "Mientras pueda hablar, gritaré la paz, en nombre de Dios", dijo ayer a políticos e intelectuales en Bakú.
Su frase confirma de nuevo que no tiene la intención de abandonar su misión, contrariamente a las hipótesis de dimisión evocadas incluso por algunos cardenales, dijo su portavoz, Joaquín Navarro Valls.
Durante su visita de 24 horas a este país centroasiático, Juan Pablo II hizo un llamamiento a la paz, concretamente en la capital Bakú, que calificó de "puerta entre Oriente y Occidente".
Sin precisar a qué países se refería, insistió en "el rechazo del fundamentalismo y toda forma de imperialismo", y destacó que "el diálogo es el único medio capaz de resolver las tensiones sin precipitar a las naciones a la barbaridad de un baño de sangre".
Pero para Azerbaiyán, que se encuentra aún formalmente en guerra con Armenia, cualquier alusión a la guerra remite a la de Nagorno Karabaj, territorio azerbaiyano de mayoría armenia.
El presidente Heydar Aliev hizo referencia a ello en su discurso de bienvenida, centrándose en los "más de un millón de refugiados azerbaiyanos que tuvieron que abandonar sus hogares tras la ocupación de tierras por Armenia".
Juan Pablo II visitó por la tarde el monumento a las víctimas azerbaiyanas de la guerra de Nagorno Karabaj y a las de los combates por la independencia contra los tanques rusos en enero de 1990.
En la puerta de Oriente, Juan Pablo II pidió "a los responsables de las religiones que rechacen la violencia, porque ofende a Dios", una frase interpretada como una alusión al conflicto israelí-palestino.
Reuniéndose a última hora del día con líderes espirituales, políticos e intelectuales, rindió homenaje a la Iglesia ortodoxa, agradeciéndole "haber acogido a los hijos de la Iglesia católica, desprovistos de sus lugares de culto y sus pastores, cuando se desató el furor del ateísmo en esta región".